El voto de la 'Generacion X'
Menos de la mitad de los votantes entre 18 y 32 a?os acudir¨¢ a las urnas
Todos los d¨ªas de la semana, David Siegel llega a su oficina en Tucson (Arizona) conduciendo una vieja furgoneta que le regalaron sus abuelos, saluda a sus 13 empleados y dedica hora y media a escuchar los mensajes de su contestador autom¨¢tico. Luego emplea el mismo tiempo en revisar su correo electr¨®nico. Siegel, que a los 21 a?os puso en funcionamieto el primer acceso directo a Internet en la ciudad de Tucson, tiene ahora 24 y es uno de los peque?os grandes protagonistas de una generaci¨®n cuya mayor¨ªa de edad en las urnas ha coincidido con la revoluci¨®n de las actitudes empresariales en el sector de la alta tecnolog¨ªa. Tachados por lo general de ap¨¢ticos y desconfiados, se volcar¨¢n por Clinton el pr¨®ximo 5 de noviembre."En las ¨²ltimas cinco o seis elecciones, a la gente no le gustaba ninguno de los dos candidatos, hab¨ªa que elegir al menor de los dos males", explica SiegeI. "Est¨¢ vez, los que hemos seguido los debates hemos visto algo distinto. Bill Clinton fue honrado y Dole, no. Clinton respod¨ªa a las preguntas y Dole se- sal¨ªa por las ramas. Para m¨ª, los debates decidieron la cuesti¨®n".
En realidad, los sondeos de opini¨®n dicen que en las elecciones de 1984 y 1988, los j¨®venes prefer¨ªan claramente a los candidatos republicanos Ronald Reagan y George Bush, respectivamente. En 1992, Clinton era el favorito, y este a?o, a¨²n mas: segun un sondeo reciente de la cadena MTV, Clinton aventaja a Dole por una diferencia de hasta 60 puntos entre la juventud (en las encuestas de ¨¢mbito general la ventaja ronda los 20 puntos).Sin embargo, del grupo de edad comprendido entre y los 18 y los 32 a?os (60 millones personas a los que se conoce con el impopular apelativo de Generaci¨®n X), se calcula que menos de la mitad acudir¨¢ a las urnas.
David Sieg¨¦l est¨¢ en la otra mitad. "?ste es un pa¨ªs con un ¨¢rea muy grande y 250 millones de habitantes, mucha gente cree que su voto no importa porque no sabe c¨®mo le afectar¨¢ lo que pase en Washington", dice. "En realidad, pasamos m¨¢s tiempo pensando en el dinero que tenemos en el bolsillo y en las decisiones estrat¨¦gicas que tenemos que hacer para asegurar nuestro futuro en los dos pr¨®ximos a?os. Qui¨¦n gobierne s¨®lo interesa cuando el Gobierno se est¨¢ admistrando realmente mal, cuando hay falta de libertad o crisis. A gente s¨®lo le interesa la pol¨ªtica si su Gobierno se est¨¢ administrando realmente mal, dictaduras, cosas as¨ª, crisis, calidad le vida... Si todo est¨¢ m¨¢s o menos bien y, controlas tu vida, te preocupas menos. Aqu¨ª hacemos en gran medida lo que queremos, y tos l¨ªmites son aceptables".
Siegel est¨¢ casado y tiene dos hijos, posee una casa con cuatro dormitorios en las afueras de Tucson y dedica su dinero extra a arreglarla, a comprarse juegos de ordenador y programas educativos para los ni?os. "Cuando quiero me voy conduciendo al Gran Ca?¨®n, a DisneyIandia o a M¨¦xico".
Es cierto que en tiempos de bonanza econ¨®mica es m¨¢s f¨¢cil experimentar en las peque?¨¢s empresas. D¨¢vid Siegel luce una larga melena rubia recogida en una coleta, y va a trabajar en camiseta y pantalones cortos. La furgoneta que conduce tiene m¨¢s a?os que ¨¦l. Un d¨ªa a la semana, re¨²ne a sus empleados al final de la jornada, piden pizzas por tel¨¦fono y se quedan charlando hasta la noche. Es la cara opuesta de Wall Street.
Siegel pertenece a una generaci¨®n de j¨®venes prodigio de la inform¨¢tica cuyas primeras figuras son Marc Andreessen (el creador de Netscape, el navegad¨®r de Internet) y Jerry Yang (que desarroll¨® en su casa el popular¨ªsimo ¨ªndice Yahoo!). Cobra 200 d¨®lares a la hora cuando, trabaja como consultor free lance de redes inform¨¢ticas, y rechaz¨® un puesto de trabajo de dos millones de pesetas al mes por mantener su propia empresa, RTD.
"El dinero nunca fue lo importante", afirma. "Quer¨ªa trabajar en lo que me gustaba y reinvertir en la empresa. Mis amigos me dec¨ªan: 'Dave, has dejado la universidad, est¨¢sen un campo muy puntero, vas a ser el pr¨®ximo Bill Gates...'. Esto nunca me ha inspirado. ?Qui¨¦n quiere ser como Bill Gates? Tiene demasiado poder y demasiadas responsabilidades".
Dej¨® la universidad porque le aburr¨ªa y no le ense?aba "lo que quer¨ªa aprender". Junto a dos compa?eros fund¨® RTD cuando ten¨ªa 20 a?os y empez¨® a dise?ar redes locales p¨¢ra medianas empresas. En 1993 crearon el primer acceso directo a Internet en Tucson (antes, las llmadas ten¨ªan que pasar por un nodo en Los Angeles), y al a?o siguiente ganaron una contrata del fabricante de misiles Hughes para Instalar una red local
Desde entonces, los ingresos de la empresa se han multiplicado por cuatro cada a?o. Durante unos meses, entre 1994 y 1995, Siegel trabaj¨® en Net99, una de las llamad¨¢s "espinas dorsales" de Internet (los sostenes f¨ªsicos de la red, cuyos primeros puestos ocupan Sprint y MCI).
Los j¨®venes de Estados Unidos constituyen una fuerza pol¨ªtica muy poco maleable. Su familiaridad con el medio publicitario, la rapidez con que asimilan todo y luego desprecian las modas les convierte en dificiles y, consecuentemente, con vistas a la pol¨ªtica se ha dicho que son el grupo de poblaci¨®n m¨¢s desconfiado de todo el pa¨ªs.
En este sentido, es interesante comprobar c¨®mo la baza de los valores ¨¦ticos, que Dole quiere usar como arma arrojadiza contra Clinton, carece de efecto en este ¨¢mbito. Siegel pone como ejemplo la controvertida afirmaci¨®n del candidato dem¨®crata sobre el d¨ªa en que fum¨® un porro sin inhalar: "No es un problema para la gente de mi edad. Hubo una ¨¦poca en este pa¨ªs en que fumar hierbaera muy normal, m¨¢s que ahora. La gente de mi edad y hasta los que tienen diez a?os m¨¢s, pensamos que Bill Clinton fue un idiota si, como dice, no lleg¨® a inhalar el humo del porro. ?Por qu¨¦ demonios no inhal¨®?, se pregunta Siegel.
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