Los italianos corruptos que confiesen su delito no ir¨¢n a la c¨¢rcel, pero deber¨¢n devolver lo robado
"La justicia por s¨ª sola no puede acabar con la corrupci¨®n", reza el ¨²nico principio que a estas alturas dicen compartir en Italia los pol¨ªticos, magistrados y abogados interesados los numerosos procesos de Manos Limpias realizados desde 1992, que han cambiado la fisonom¨ªa del pa¨ªs. El ministro de Justicia, Giovanni Maria Flick, asume ese planteamiento y anuncia un conjunto de medidas coherentes para salir de la situaci¨®n. Destaca una, programada "para antes de finales de a?o": quien confiese, se librar¨¢ de la c¨¢rcel, aunque deber¨¢ devolver lo robado y quedar¨¢ inhabilitado.
No se habla de amnist¨ªa ni de ley de punto final para salir de la mara?a procesal montada sobre Tangent¨®polis, la civilizaci¨®n de las comisiones ilegales, y de su secuela de guerras sin cuartel entre magistrados, entre ¨¦stos y pol¨ªticos o entre magistrados y abogados. "As¨ª se corre el riesgo de deslegitimarse rec¨ªprocamente, pero no se resuelven los problemas", dice Flick, en una entrevista concedida a La Repubblica en la que anuncia las reformas. "Habr¨¢ verdaderas con denas, con penas de interdicci¨®n y con resarcimiento del da?o. Tan gent¨®pofis no puede tener otra salida que la celebraci¨®n completa de los procesos", a?ade el ministro.Pero es claro que para cualquier pol¨ªtico, empresario o funcionario implicado en un asunto de este tipo la perspectiva de no tener que ir a la c¨¢rcel vale tanto como un indulto sustancioso. El ex l¨ªder socialista Bettino Craxi esgrime por estos d¨ªas sus senos problemas de salud para poder volver a Italia, aunque sea bajo arresto domiciliario.
Evitar la c¨¢rcel preventiva fue tambi¨¦n el primer punto de la reforma intentada por Silvio Berlusconi, y el gran escollo que comenz¨® a resquebrajar su alianza de Gobierno con la Liga Norte. Frente a esa misma roca, en el verano de 1994, zozobr¨® la popularidad del primer ministro que se hab¨ªa impuesto en las elecciones s¨®lo tres meses antes. Pero Berlusconi ten¨ªa una empresa bajo investigaci¨®n, resultaba sospechoso de actuar en inter¨¦s propio, y la norma que propuso era, adem¨¢s, espec¨ªfica, de modo que s¨®lo los relacionados con la corrupci¨®n tuvieran el beneficio de librarse de la c¨¢rcel.
Flick es, en cambio, un abogado que ha defendido a muchos acusados de Tangent¨®polis, y la norma que propone es general. T¨¦cnicamente establece una ampliaci¨®n del campo penal en el que es posible pactar la condena mediante un proceso abreviado, de modo que la reforma podr¨¢ ser aplicada a muchos tipos de delito. Pero lo m¨¢s importante quiz¨¢ sea que todo el contexto pol¨ªtico cambiado y que el sistema judicial italiano est¨¢ en peligro de hundirse en el caos,
El Presidente de la C¨¢mara de los Diputados, Luciano Violante, ex magistrado de prestigio, criticado hasta hace poco por la derecha. como el alma julticialista de la izquierda, afirma hoy que es preciso terminar con "el cortocircuito entre magistrados que hacen su carrera en los peri¨®dicos y periodistas que hacen carrera con los procesos". Un fiscal importante de una. ciudad clave como Mil¨¢n, Pier Camilo Davigo, afirma que, desde 1994 los jueces saben que el gran foco de la corrupci¨®n son los funcionarios que cometen una enorme cantidad de peque?os delitos, y pide ayuda a los pol¨ªticos, la categor¨ªa m¨¢s perseguida en un principio, para atajar ese mal por todos los medios
El ex fiscal y ministro de Obras P¨²blicas Antonio di Pietro, convertido en portavoz de sus ex compa?eros fiscales dentro del Gobierno, sostiene que los problemas no se resuelven criticando a la magistratura, sino definiendo nuevos delitos contra la Administraci¨®n y nuevos controles para atajar una corrupci¨®n que, afirma, todav¨ªa es rampante.
Transparencia
El ministro Flick sigue poco a Di Pietro por esta v¨ªa. Dice que los controles son necesarios, pero que ¨¦l defiende una transparencia de orientaci¨®n no simplemente represiva, sino que "garantice, sobre todo, la eficacia de las administraciones". Flick afirma que los procesos contra la corrupci¨®n han provoca do un deterioro de los derechos del ciudadano en Italia. En su proyecto de reforma de la justicia, la supresi¨®n de la c¨¢rcel para los confesos se acompa?a de una nueva reglamentaci¨®n de ,las escuchas telef¨®nicas que tutele al escuchado, de normas que potencien el papel de la defensa y ,regulen su derecho a investigar paralelamente a los fiscales, de una mayor distinci¨®n entre el magistrado que investiga y el que juzga, ya que en Italia no hay se paraci¨®n de carreras, y de con troles permanentes sobre la capacitaci¨®n t¨¦cnica de los magistrados.Sus propuestas fueron generalmente bien acogidas ayer por pol¨ªticos y abogados. ?Y si los magistrados se oponen? "Paciencia", responde Flick a La Repubblica. "Yo tengo que responder, al Parlamento, no a las distintas categor¨ªas".
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