Hierro, un central
Como cualquier aficionado pudo advertir, el mejor futbolista del Madrid en Compostela fue Hierro, de quien se apreciaron todas sus cualidades como central: su jerarqu¨ªa, la correcta interpretaci¨®n de las jugadas, la puntualidad en eso que los ingleses llaman timing y los suramericanos tiempismo, su poder¨ªo en el juego alto, la potencia para encimar a los delanteros contrarios, los recursos para sacar la pelota con el criterio que le falta al resto del equipo. En fin, todo el repertorio de un defensor formidable, el mejor del f¨²tbol espa?ol y quiz¨¢ de Europa ahora que a Baresi le peinan canas y le fallan los huesos.Los m¨¢s atentos a las minucias dir¨¢n que Hierro no jug¨® en Compostela, como si el argumento invalidara el juicio sobre el central madridista. Precisamente por no jugar, asomaron las innumerables deficiencias de la retaguardia del equipo, que tir¨® mal el fuera de juego, no cabece¨®, se meti¨® demasiado atr¨¢s, permiti¨® demasiados mano a mano con Illgner y siempre dio mala pinta. Todo esto no ha sucedido cuando ha jugado Hierro, a pesar del desesperante juego del Madrid. El f¨²tbol del equipo puede ser infame, como sucedi¨® en Compostela, pero con Hierro el orden defensivo est¨¢ asegurado, hasta el punto de que hasta ahora Illigner hab¨ªa pasado in¨¦dito. Desde el domingo, sabemos que el portero ha sido un buen fichaje.
Sobre Hierro se ha producido un debate perenne que el jugador no ha ayudado a aclarar. Antic le sac¨® de la defensa, le coloc¨® en el medio campo sin otra obligaci¨®n que aprovechar su llegada y el hombre marc¨® goles a chorros. Clemente, que quer¨ªa enmendar la plana a Valdano y jabonar el ego del futbolista, tambi¨¦n le puso en la media y dijo que era el mejor centrocampista europeo. Y Hierro sigue convencido de que su sitio est¨¢ en la media, porque all¨ª le excita la posibilidad del gol en los remates largos, en los cabezazos o en las irrupciones por sorpresa. Pero lo quiera o no, Hierro es central. En el medio campo genera poco, es vulnerable en el aspecto defensivo y siempre est¨¢ dos puntos por debajo de la velocidad del partido.
Incluso la historia le perjudica. Los dos ¨²nicos t¨ªtulos que ha conseguido Hierro han sido como central. Con Toshack en la temporada 89-90 y con Valdano en la 94-95. Sus introducciones en el medio campo s¨®lo han confundido por el fulgor que provocan los goles. Pero la realidad es terca y se aprecia en partidos como el de Compostela, donde la ausencia de Hierro result¨® decisiva en las calamidades defensivas de su equipo y ayud¨® a entender la verdadera naturaleza de este defensa singular: uno que de lejos es el mejor de Espa?a y no lo sabe. O no lo quiere saber.
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