El jefe de los rebeldes zaire?os proclama en Goma, que luchara hasta liberar todo el pa¨ªs
ENVIADO ESPECIALLos rebeldes tutsis zaire?os alzados en armas contra el presidente Mobutu Sese Seko abrieron ayer la frontera de Goma y permitieron recorrer, bajo una lluvia torrencial, las avenidas de lo que fue una hermosa ciudad tur¨ªstica, ahora saqueada hasta la m¨¦dula. En el chal¨¦ blanco del gobernador militar, el comandante Andr¨¦ Kissasse Ngandu, sobrado de peso y con uniforme de camuflaje, hizo la primera declaraci¨®n p¨²blica de los rebeldes que controlan Goma: "Queremos una liberaci¨®n democr¨¢tica de todo Zaire".
El jefe rebelde invit¨® a las Naciones Unidas y a las organizaciones humanitarias a negociar hoy mismo con ¨¦l en Goma el acceso al mill¨®n de refugiados que huyen despavoridos Zaire adentro. "Controlarnos el aeropuerto y pueden venir cuando quieran", a?adi¨®."Lo m¨¢s dif¨ªcil lo hicieron los ruandeses. Tomaron el aeropuerto y dejaron la ciudad bajo control rebelde", relata un europeo que resisti¨® en la ciudad los peores momentos de los combates iniciados el jueves pasado. Seg¨²n este expatriado, dispuesto a quedarse en Goma a pesar de haber sufrido tres saqueos en los ¨²ltimos 18 a?os, "junto a los rebeldes hay soldados de Ruanda, Uganda y Burundi".
El comandante Kissasse neg¨® rotundamente que el Gobierno de Kigali o alg¨²n otro de la regi¨®n de los Grandes Lagos combata a su lado. "Puede que alg¨²n antiguo soldado ruand¨¦s se haya sumado a nuestra lucha, pero detr¨¢s de nuestra rebeli¨®n s¨®lo est¨¢ nuestro pueblo". El militar, que confes¨® 35 a?os de oposici¨®n contra "la dictadura de Mobutu" y mucho tiempo de exilio, en Sud¨¢n y Alemania, reaccion¨® irritado a la pregunta de si el grueso de sus fuerzas eran banyamulenges (tutsis zaire?os). "Somos zaire?os cansados de la dictadura, a nuestro lado combaten muchos grupos ¨¦tnicos que quieren un Zaire unido".
Dos registros minuciosos por soldados bien armados fueron precisos para acceder al comandante Kissasse. Al preguntarle por sus objetivos, el militar fue contundente: "Seguiremos luchando hasta liberar por completo todo Zaire, y llegaremos hasta Kinshasa si es preciso". El jefe rebelde confirm¨® que su revuelta es la misma que encabez¨® Lauren Kabira hace tres semanas en Kivu Sur. Entonces anunci¨® que en la Alianza de Fuerzas Democr¨¢ticas de Liberaci¨®n de Congo-Zaire confluyen movimientos opositores de las provincias de Kassai, Shaba (la antigua Katanga), Kivu e incluso la lejana Kinshasa, 1.500 kil¨®metros al oeste de una revuelta que el corrupto y desmoralizado Ej¨¦rcito zaireflo es incapaz de atajar.
Estrategia pol¨ªtica
Los rebeldes, que controlan ya buena parte de la regi¨®n de Kivu, fronteriza con Burundi, Ruanda y Uganda, parecen seguir una firme estrategia pol¨ªtica. Aprovecharon la operaci¨®n de c¨¢ncer de Mobutu en Suiza para desencadenar los primeros ataques y tras la conquista de cada territorio lo primero que han hecho, como el lunes en Goma, es reunir a comerciantes, abogados y m¨¦dicos locales y extranjeros para asegurarles su deseo de que se queden y trabajen "dentro de lo que sigue siendo Zaire, unido, pero democr¨¢ticamente liberado".
Dos guerrilleros de 15 a?os, con chancletas y gastados Kal¨¢shnikov en bandolera, se encargaban de meter la mano hasta en los ceniceros de cada coche que ayer atravesaba el paso fronterizo de Goma, junto al lago Kivu. Por las calles, mezclados entre la poblaci¨®n, entre confiada y resignada, se paseaban guerrilleros, algunos de paisano, otros con restos de uniformes del Ej¨¦rcito zaire?lo.
A Anatole, director de un banco "que trabajaba con tres pa¨ªses", le han robado la caja fuerte y el coche. "De momento no hemos tenido problemas con las nuevas autoridades, pero hay que esperar y ver". Ni un negocio se ha salvado del tornado. Frente al despacho de las l¨ªneas a¨¦reas de Shaba, con los cristales volados, una nevera desventrada corta la calle. "Hasta 400 cad¨¢veres llevamos enterrados", anunci¨® un voluntario de la Cruz Roja local.
A pocos metros de la avenida de Mobutu Sese Seko, desierta, una pista forestal lleva a las residencias de los ricos de la localidad, todos blancos, por supuesto. Acababan de recibir la visita de un comisario pol¨ªtico rebelde, llegado en un veh¨ªculo confiscado del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), para anunciarles las directrices del nuevo poder regional. "Nos han dicho que estemostranquilos, que este pa¨ªs contin¨²a siendo Zaire y que quierenque nos quedemos y sigamos trabajando aqu¨ª".
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