Fallece un coronel de un pu?etazo en la tr¨¢quea por defender a una mujer
Un buen gesto le cost¨® la vida. Angel S¨¢nchez Aranda, coronel en la reserva de 64 a?os, encontr¨® la muerte la noche del lunes, de un pu?etazo en la garganta, por defender a una mujer que jam¨¢s hab¨ªa visto. El oficial del Ej¨¦rcito de Tierra estall¨® al ver c¨®mo un ciudadano portugu¨¦s de 35 a?os, ebrio y enfurecido, abofeteaba a una chica en la barra del bar Chus, en el n¨²mero 40 de la calle de Juan Duque (Arganzuela). "Fuera de aqu¨ª, ¨¦sos no son modales", le espet¨®:El agresor, un delincuente con ocho detenciones, dej¨® a la mujer y sali¨® del local increpando al militar. Despu¨¦s se escondi¨® en la calle y le esper¨®, para seguirle m¨¢s tarde. Con un golpe en la tr¨¢quea seg¨® la vida del jefe militar, a las 23.50, en la calle de la Pizarra.
El presunto homicida confes¨® que era experto en artes marciales
El cuerpo sin vida de Angel S¨¢nchez Aranda yac¨ªa sobre la acera a 50 metros de su casa, el tercer piso del n¨²mero 37 de la calle de Linneo. Seg¨²n los m¨¦dicos del Samur, el hombre dej¨® de respirar tras recibir el violento impacto a la altura del cuello. El golpe letal provoc¨® un parada cardiorespiratoria irreversible.
El presunto criminal, Luis Felipe Soares Texeira, de 35 a?os, no tuvo tiempo para escapar. Una patrulla de la Polic¨ªa Nacional consigui¨® atraparle en el mismo lugar del homicidio. Ten¨ªa el rostro manchado de sangre y no paraba de resoplar, indicaron los polic¨ªas. Luis Felipe no portaba documentaci¨®n alguna. Seg¨²n la Jefatura Superior de Polic¨ªa, el supuesto homicida tiene un negro historial delictivo. Hab¨ªa sido arrestado ocho veces.
Angel S¨¢nchez era un hombre casero. Sin embargo, la noche del lunes, cuando regresaba a casa, le llamaron tres amigos desde el interior del bar Chus. El militar entr¨® y tom¨® una ca?a mientras sus acompa?antes miraban en la televisi¨®n un partido de f¨²tbol. A las 22.30 entr¨® una pareja. Pidieron dos cervezas.
Seg¨²n los testigos, el ciudadano portugu¨¦s Luis Felipe, grit¨® a la mujer y luego la golpe¨® en la mejilla. El bar enmudeci¨®. El militar le invit¨® a marcharse. El agresor se march¨® mientras balbuceaba en castellano varios insultos. El due?o del bar avis¨® a la Polic¨ªa. Una patrulla del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa habl¨® con la mujer y con los testigos. No hubo denuncia.
Aviso a la patrulla
?ngel S¨¢nchez abandon¨® el local y se dirigi¨® en solitario a su casa, el n¨²mero 37 de la calle de Linneo. Mientras tanto, la patrulla decidi¨® seguir en la zona. A los dos minutos, un hombre que paseaba a su perro aviso nervioso a la patrulla. "Se esta produciendo una agresi¨®n", indic¨®. Los agentes se toparon con el cuerpo de Angel S¨¢nchez tendido en la acera. En e mismo lugar se encontraba el agresor, al que detuvieron, seg¨²n la versi¨®n policial, sin mediar violencia. Sin embargo, varios testigos aseguran que los dos agentes golpearon con la porra al criminal, que fue atendido por el Samur de varias contusiones. El presunto homicida fue trasladado a la secci¨®n de Homicidios de la Brigada de Polic¨ªa Judicial. Seg¨²n los agentes encargados de la investigaci¨®n, el homicida confes¨® que era un experto en artes marciales.
A pesar de estar en la reserva activa, Angel S¨¢nchez estaba destinado, por petici¨®n propia, en la delegaci¨®n de defensa de Madrid, antiguo gobierno militar, donde ejerc¨ªa de asesor de varios cargos. Ingres¨® en el ej¨¦rcito en 1948. Desde 1986 ten¨ªa el rango de oficial (le la Capitan¨ªa General y trabaj¨® hasta 1990 en el Estado Mayor del ej¨¦rcito. Ese a?o pas¨® a la reserva activa. Recibi¨® la Cruz al M¨¦rito y fue distinguido con la Cruz y Placa de San Hermenegildo. Hace cuatro a?os, un hijo suyo se suicid¨® cuando estudiaba en la Academia Militar de Zaragoza.
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