Los republicanos se aseguran el control del Senado y de la C¨¢mara de Representantes
Los votantes dijeron el martes en las urnas que quieren un Gobierno equilibrado en el que el Legislativo y el Ejecutivo se vigilen mutuamente. Hastiados quiz¨¢ del panorama pol¨ªtico en general, compensaron la victoria de Bill Clinton renovando su confianza en un Congreso republicano, pero con un reparto de esca?os m¨¢s igualado. En el Senado, y a pesar de algunas importantes victorias de candidatos dem¨®cratas, los republicanos ganaron un esca?o m¨¢s v se aseguraron la mayor¨ªa. En la C¨¢mara de Representantes, por el contrario, perdieron, 10 mientras los dem¨®cratas ganaban nueve, pero la fuerte ventaja anterior (235 a 197) permite a los republicanos seguir controlando ambas c¨¢maras.
Se esfuma as¨ª por el momento la posibilidad, no descartada en las encuestas previas, de que un giro dem¨®crata en el Congreso suavizara la gesti¨®n del presidente en su segundo mandato y relajara el acoso al que le han sometido las diversas comisiones que investigan los esc¨¢ndalos de Whitewater, Travelgate y los ficheros del FBI. Pero no se espera que un Gobierno dividido vuelva a paralizar a la Administraci¨®n, como ocurri¨® a comienzos de 1995 por el exceso de celo de la llamada "revoluci¨®n conservadora".En su discurso de la victoria en Little Rock (Arkansas), Clinton anunci¨® su ¨¢nimo conciliador al declarar: "Cuando unimos nuestras manos, Am¨¦rica siempre gana". Por su parte, Newt Gingrich, hasta ahora presidente de la C¨¢mara de Representantes, que result¨® reelegido por su distrito electoral de Georgia, tambi¨¦n afirm¨® que su partido tender¨¢ la mano al presidente, "quien, despu¨¦s de todo, ha hecho campa?a por un presupuesto equilibrado, recortes de impuestos, lucha contra la droga". "En definitiva", continu¨®, "por todas las cosas que nosotros dijimos estar a favor".
Gingrich se?al¨® tambi¨¦n que se trataba de un momento hist¨®rico. En 1994, los republicanos hab¨ªan alcanzado el control con unto de la C¨¢mara de Representantes y el Senado por primera vez en 40 a?os. Ahora tambi¨¦n se puede decir que este partido no disfrutaba de una renovaci¨®n de esta mayor¨ªa en el Congreso desde 1928.
Los dos extremos
Pero no todo fue conciliaci¨®n y compromiso. Dos senadores reelegidos simbolizan los extremos ideol¨®gicos que existen en EEUU. El ultraconservador Jesse Helms, cuyo apellido designa una ley de desgraciada fama en la comunidad internacional, gan¨® de nuevo su esca?o por Carolina del Norte y decidi¨® romper de inmediato la t¨®nica moderada de su partido al declarar que "va a haber seis a?os m¨¢s de tormento para Ted Kennedy y todos esos liberales", refiri¨¦ndose al senador dem¨®crata de Massachusetts, que este a?o no se presentaba a reelecci¨®n.
Por su parte, Paul Wellstone, el ¨²nico senador dem¨®crata que vot¨® en contra de la ley de reforma de la salud p¨²blica firmada por Clinton, tambi¨¦n se impuso en Minnesota al candidato republicano Rudy Boschwitz. En un intercambio de publicidad agresiva, ¨¦ste hab¨ªa caracterizado a Wellstone como "un liberal vergonzante". El dem¨®crata, situado muy a la izquierda en el seno del partido, no se inmut¨® por la etiqueta de: ultraliberal y persisti¨® en su defensa de un plan de cobertura m¨¦dica universal.
Otras dos significativas victorias en el Senado fueron las de los dem¨®cratas John Kerry (Massachusetts) y Robert Torricelli (Nueva Jersey). Sus batallas resumieron lo que fue la dur¨ªsima carrera. electoral por el Congreso: los dem¨®cratas, queriendo identificar a los republicanos con la figura "extremista" de Newt Gingrich, y ¨¦stos, acusando a aqu¨¦llos de ser como el senador "liberal" Edward Kennedy.
A los votantes no les gusta ninguno de estos supuestos extremos y est¨¢n hartos de la "publicidad negativa". Sin embargo, est¨¢ demostrado que en EE UU ¨¦sta es extremadamente rentable y este a?o ha alcanzado cotas ins¨®litas de ferocidad.
En la C¨¢mara de Representantes, la reelecci¨®n de Newt Gingrich vino acompa?ada por la victoria que obtuvieron la mayor¨ªa de los 73 nuevos congresistas que hab¨ªan llegado al Capitolio -sede del Congreso- de su mano en enero de 1995.
Al tiempo que los votantes demostraron que se ha superado en parte el rechazo popular a los conservadores, las urnas decidieron, por otra parte, que la C¨¢mara de Representantes estuviera m¨¢s repartida: los dem¨®cratas ganaron nueve esca?os y los republicanos perdieron 10. No obstante, el reparto de esca?os no est¨¢ cerrado del todo hasta que se cuenten las papeletas de votantes ausentes y se decida un desempate en el Estado de Tejas.
En el Estado de Carolina del Sur, el senador republicano Strom Thurmond, de 93 a?os, obtuvo la reelecci¨®n por octava vez, con lo cual puede llegar al siglo de vida estando todav¨ªa en la C¨¢mara alta.
V¨ªctor Morales, candidato dem¨®crata al Senado por Tejas, que realiz¨® su frugal campa?a a bordo de una camioneta, no pudo con los millones del conservador Phil Gramm.
Tambi¨¦n se celebraron elecciones para gobernador en 11 Estados norteamericanos. Al ganar la mayor¨ªa de los que se presentaban a reelecci¨®n -tanto republicanos como dem¨®cratas- no hubo mayor sorpresa.
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