Las razones de Andaluc¨ªa
El martes 8 de octubre en la conferencia de prensa ofrecida conjuntamente con el presidente, de Ucrania, el presidente del Gobierno advert¨ªa a los ciudadanos de Castilla-La Mancha, Extremadura y Andaluc¨ªa que tendr¨ªan "perjuicios econ¨®micos muy serios" por el capricho de sus dirigentes de "mantener la oposici¨®n al Gobierno". "No me parece comprensible, conclu¨ªa, que los ciudadanos tengan que pagar las consecuencias de una decisi¨®n as¨ª". (EL PA?S, 9 de octubre de 1996, p¨¢gina 15).?sta es la argumentaci¨®n que desde hace alg¨²n tiempo vienen repitiendo todos los dirigentes del PP cuando se refieren al nuevo sistema de financiaci¨®n auton¨®mica. En esto hay que reconocer que han sido coherentes y no han incurrido en contradicciones. Todos van a salir ganando y, por tanto, quien decida no incorporarse al nuevo sistema saldr¨¢ perjudicado, teniendo que responder los dirigentes, de las comunidades que as¨ª lo decidan ante sus ciudadanos por el perjuicio que se les ocasiona.
En opini¨®n del PP, pues, el problema suscitado por el nuevo sistema de financiaci¨®n auton¨®mica queda reducido a una cuesti¨®n b¨¢sicamente cuantitativa: la de si todas las comunidades aut¨®nomas (CC AA) en su conjunto y cada una individualmente considerada van a recibir m¨¢s o menos que con el sistema anterior.
As¨ª no es como vemos las cosas en Andaluc¨ªa. Aunque no se puede descartar de manera total y absoluta, s¨ª es altamente improbable que alguna comunidad aut¨®noma vaya a recibir durante el quinquenio de vigencia previsto para el nuevo modelo menos de lo que ven¨ªa recibiendo hasta 1996. Por lo tanto, el rechazo del nuevo sistema no proviene del temor a que se vaya a tener menos. Obedece a razones distintas.
Para Andaluc¨ªa el problema no es cuantitativo, sino cualitativo. Formalmente parece que se est¨¢ hablando de financiaci¨®n auton¨®mica. Pero no es as¨ª. Materialmente lo que se produce con el nuevo modelo de financiaci¨®n auton¨®mica es una alteraci¨®n de la estructura del Estado que se ha impuesto en Espa?a a trav¨¦s de la interpretaci¨®n de la Constituci¨®n por los estatutos de autonom¨ªa. El nuevo modelo de financiaci¨®n auton¨®mica supone una quiebra del equilibrio alcanzado por las distintas nacionalidades y regiones en la unidad pol¨ªtica de Espa?a a trav¨¦s del ejercicio del derecho a la autonom¨ªa reconocido en el art¨ªculo 2 de la Constituci¨®n.
-No nos encontramos, por tanto, ante un problema de naturaleza econ¨®mica o de tipo financiero, aunque tambi¨¦n. Nos encontramos, ante todo, ante un problema de naturaleza pol¨ªtica y constitucional. Y en esto acierta Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Andaluc¨ªa rechaza el nuevo modelo de financiaci¨®n auton¨®mica no porque vaya a recibir menos, sino por razones pol¨ªticas, porque no acepta la revisi¨®n que se quiere imponer a trav¨¦s del mismo en la estructura del Estado espa?ol. Esto es lo decisivo. Y por' eso mismo Andaluc¨ªa no rechaza el sistema por motivos contables o particulares, sino por razones de car¨¢cter general. Por supuesto que Andaluc¨ªa rechaza el lugar al que se la quiere relegar en la estructura del Estado. Pero rechaza tambi¨¦n el lugar en el que se quiere situar a todas las nacionalidades o regiones, privilegiando a unas (Madrid, Catalu?a, Comunidad Valenciana y Baleares) y devaluando a las dem¨¢s. Lo que Andaluc¨ªa reivindica es un modelo en el que todas las nacionalidades y regiones se integren en la estructura del Estado en condiciones de igualdad.
El modelo de financiaci¨®n auton¨®mica propuesto por el PP supone, pues, una nueva forma de manifestaci¨®n del viejo pleito que Andaluc¨ªa viene manteniendo con el centro-derecha espa?ol desde la aprobaci¨®n de la Constituci¨®n sobre qu¨¦ es pol¨ªticamente Espa?a y qu¨¦ lugar deben ocupar en la estructura del Estado las distintas unidades territoriales, "nacionalidades y regiones", que la integran. Como es sabido, ¨¦sta fue la cuesti¨®n decisiva en el desarrollo de la Constituci¨®n inmediatamente despu¨¦s de su aprobaci¨®n. Y ante la misma el centro-derecha espa?ol (UCD y AP) y Andaluc¨ªa mantuvieron posiciones radicalmente enfrentadas.
Para el centro-derecha espa?ol hab¨ªa que hacer la interpretaci¨®n de la Constituci¨®n en clave nacionalista, ya que la autonom¨ªa era un problema de naturaleza distinta en el Pa¨ªs Vasco, Catalu?a y en parte en Galicia, que en el resto del Estado. El Pa¨ªs Vasco, Catalu?a y en menor medida Galicia, ten¨ªan que ser diferenciadas de las dem¨¢s "regiones" espa?olas. A esa determinada concepci¨®n de la unidad pol¨ªtica de Espa?a y de la estructura de su Estado respondi¨® la negociaci¨®n parlamentaria de los estatutos de autonom¨ªa vasco y catal¨¢n en noviembre de 1979, la tramitaci¨®n parlamentaria "a la baja" del estatuto gallego en diciembre de 1979 y la decisi¨®n del Comit¨¦ Ejecutivo de UCD de 15 de enero de 1980 de que todas las dem¨¢s CC AA se constituir¨ªan por la v¨ªa del art¨ªculo 143 de la Constituci¨®n. Andaluc¨ªa, por el contrario, defend¨ªa una interpretaci¨®n no nacionalista, sino homegeneizadora de la Constituci¨®n. La autonom¨ªa no 'era un problema vasco, catal¨¢n o gallego, sino un problema de estructura general del Estado, que deber¨ªa territorializarse por completo en CC AA que tuvieran la misma naturaleza y ocuparan una posici¨®n pol¨ªtica similar en la estructura del Estado.
Aquel pleito se resolvi¨® a trav¨¦s del refer¨¦ndum de ratificaci¨®n de la iniciativa auton¨®mica en Andaluc¨ªa el 28 de febrero de 1980, cuyos resultados forzaron a UCD a revisar su decisi¨®n anterior y a alcanzar unos acuerdos con el PSOE (pactos auton¨®micos de 1981), a trav¨¦s de los cuales se acab¨® decidiendo que la autonom¨ªa de todas las nacionalidades y regiones ser¨ªa de la misma naturaleza, que todas tendr¨ªan la misma estructura organizativa y que el nivel competencial ser¨ªa en principio distinto, pero con una tendencia a la equiparaci¨®n. Con base en dichos acuerdos se constituir¨ªan las 17 CC AA y se territorializar¨ªa por completo el Estado. En 1992, a trav¨¦s de los segundos Pactos Auton¨®micos entre el PSOE y el PP se decidi¨® la ampliaci¨®n competencial de las CC AA del art¨ªculo 143 y se reformaron sus estatutos de autonom¨ªa con el horizonte temporal de 1997 para la equiaraci¨®n de todas.
Esta es la estructura del Estado en estos momentos. Unidades territoriales que, independientemente de que se autocalifiquen de nacionalidad o regi¨®n, ocupan una posici¨®n similar en dicha estructura. Ese ha sido, posiblemente, el cambio de mayor transcendencia que se ha operado en Espa?a como consecuencia de la aprobaci¨®n de la Constituci¨®n. Cambio que cuenta con un apoyo claramente mayoritario de los ciudadanos de todo el pa¨ªs, como los estudios de opini¨®n confirman de manera un¨¢nime e inequ¨ªvoca.
Esta posici¨®n similar de las
CC AA en la estructura del Estado es la que viene a quebrar el nuevo modelo de financiaci¨®n auton¨®mica. Y lo hace no de for-
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Las razones de Andaluc¨ªa
Viene de la p¨¢gina anteriorma limpia, como lo intent¨® hacer UCD, cuyo modelo era discutible y con el que nunca estuve de acuerdo, pero que ten¨ªa una l¨®gica: las llamadas nacionalidades hist¨®ricas por un lado, las regiones por otro. ?sa era la l¨ªnea divisoria. Al no hacerlo por la v¨ªa del desarrollo directo de la Constituci¨®n, sino por el procedimiento oblicuo del sistema de financiaci¨®n, el resultado carece de toda l¨®gica y se convierte en disparatado.
Por dos motivos fundamentalmente:
1. Porque al territorializarse, de manera parcial pero significativa ' 'sin topes y con capacidad normativa, el impuesto personal a trav¨¦s del cual se intenta hacer realidad los "principios de igualdad y progresividad", que, seg¨²n el art¨ªculo 31 CE, deben inspirar el "sistema tributario?" del Estado, se modifica de manera sustancial el grado de autonom¨ªa de las distintas CC AA, que pasa a ser alt¨ªsimo en Madrid, Catalu?a, Comunidad Valenciana y Baleares, y much¨ªsimo m¨¢s bajo en el resto: Basta ver lo que representa el 30% del IRPF en cada una de las CC AA para comprobarlo.
2. Porque se establece una l¨ªnea divisoria entre CC AA que potencia las tendencias centr¨ªfugas presentes en Espa?a y debilita las tendencias centr¨ªpetas que han contrarrestado a ¨¢quellas en el pasado y que tienen que continuar contrarrest¨¢ndolas en el presente y en el futuro inmediato y mediato.
Esto es lo peor del modelo. El establecimiento de un sistema que institucionaliza y hace visible la separaci¨®n de las tres comunidades en las que se habla catal¨¢n, valenciano o mallorqu¨ªn (no tengo competencia para decidir si son la misma lengua o no y es indiferente a efectos de mi argumentaci¨®n) adem¨¢s de castellano, de aqu¨¦llas en las que se habla exclusivamente castellano, es un error inmenso. Pero situar a Madrid en esa l¨ªnea divisoria en el campo de las primeras y no en el de las segundas es un disparate. literalmente inconcebible.
?No se ha parado nadie en el Gobierno a reflexionar sobre esto? Los conflictos de intereses interterritoriales con el nuevo sistema son inevitables. Est¨¢n en la naturaleza del mismo. Y van a ir a m¨¢s. Ah¨ª est¨¢ ya sobre la mesa la propuesta del presidente de la Generalitat para, el a?o 2001 (a?o en el que, por cierto, hay que renegociar el concierto vasco; no la determinaci¨®n del "cupo", sino la negociaci¨®n del "concierto"). ?No se ha parado nadie a pensar la incidencia que puede tener el nuevo modelo de financiaci¨®n en un eventual conflicto ling¨¹¨ªstico? Pero, sobre todo, ?no se ha detenido nadie a reflexionar en lo que representa para la estructura del Estado y la unidad pol¨ªtica de Espa?a que, en un conflicto de intereses interterritoriales, los intereses de Madrid coincidan con los de Catalu?a, Comunidad Valenciana y Baleares y est¨¦n enfrentados a los de Arag¨®n, las dos Castillas, Extremadura, Andaluc¨ªa ... ? ?Nos estamos volviendo locos o qu¨¦?
Espa?a es un pa¨ªs en el que han existido y existen tendencias centr¨ªfugas, que unas veces se manifiestan con m¨¢s intensidad y otras con menos, pero que no han dejado de estar nunca presentes. Este es un dato capital para nuestra convivencia pac¨ªfica, con el que no se- puede jugar. El coste de cualquier error es terrible, ya que, como la experiencia ense?a, no hay conflictos m¨¢s espantosos que los que afectan a la estructura del Estado.
La estructura del Estado es la cuesti¨®n m¨¢s decisiva para, la convivencia pac¨ªfica en un pa¨ªs. Los problemas del paro, de las pensiones, de la financiaci¨®n de la sanidad... son una broma al lado de los problemas de estructura del Estado. ?Qui¨¦n piensa en el paro o en las pensiones en la ex Yugoslavia? Cuando se habla de, estructura del Estado los problemas son de otro orden y de otra magnitud. La estructura del Estado es como el aire, sin el que no se puede vivir, pero que s¨®lo se nota cuando falta. Es el presupuesto de toda pol¨ªtica civilizada.
Esto es lo que el nuevo sistema de financiaci¨®n auton¨®mica viene a poner en cuesti¨®n de manera fr¨ªvola e irresponsable. Hay que garantizar la autonom¨ªa financiera de las CC AA- Pero no se puede sacrificar a la financiaci¨®n auton¨®mica la estructura del Estado. El remedio es mucho peor que la enfermedad.
Creo que fue Mariano Rajoy quien afirm¨® que con el nuevo modelo de financiaci¨®n auton¨®mica se conjuraba el peligro Bossi. Se equivoca. El nuevo sistema lo potencia y lo aproxima. ?Hay alguien en su sano juicio que piense que las fantas¨ªas pol¨ªticas de Bossi son m¨¢s peligrosas para la unidad pol¨ªtica de Italia que el "sistema de concierto" propuesto por Jordi Pujol para la unidad pol¨ªtica de Espa?a?
Se?or presidente, ¨¦stas. son las razones de Andaluc¨ªa. Por eso no nos van a convencer con el argumento de que vamos a recibir algunos miles de millones de pesetas m¨¢s. El nuevo sistema de financiaci¨®n es una carga de profundidad contra lo que Andaluc¨ªa entiende qu¨¦ es y debe continuar siendo la unidad pol¨ªtica de Espa?a y contra el lugar que deben ocupar las distintas CC AA en la estructura del, Estado. Por eso ni lo entendemos ni lo aceptamos. Es m¨¢s: consideramos que un Gobierno de Espa?a que propone un sistema como ¨¦se pierde la legitimidad para ser el Gobierno de la naci¨®n.
Y termino con una advertencia, que quiero que se entienda .como tal. UCD malinterpret¨® la posici¨®n de Andaluc¨ªa en el desarrollo de la Constituci¨®n y ah¨ª estuvo el origen de su descomposici¨®n. Un partido espa?ol no puede tener pol¨ªtica para Espa?a, si no tiene pol¨ªtica para Andaluc¨ªa. Con el nuevo sistema definanciaci¨®n el PP se queda sin pol¨ªtica para Andaluc¨ªa. No es una cuesti¨®n del PSOE contra el PP. Es a Andaluc¨ªa a la que van a tener enfrente. Pueden pensar que no es as¨ª, porque no hay ning¨²n refer¨¦ndum convocado como en el 80. (Y no se debe convocar ninguno. Estoy totalmente en desacuerdo con la, propuesta de Rodr¨ªguez Ibarra). Pero se equivocan. La procesi¨®n va por dentro. Este es un terreno en el que Andaluc¨ªa ni olvida ni perdona.
Javier P¨¦rez Royo es catedr¨¢tico de Derecho Constitucional de la Universidad de Sevilla.
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