El duopolio el¨¦ctrico
En la pr¨¢ctica, lo contrario de los monopolios es la soberan¨ªa del consumidor, no el imperio de las empresas. Si se acepta esta premisa tiene escaso inter¨¦s general pasar, por ejemplo, de un monopolio p¨²blico a un duopolio privado en el que las sociedades beneficiadas por la medida se reparten el mercado sin tener en cuenta las necesidades del ciudadano en primer lugar, sino sus propias econom¨ªas de escala. En este caso, en el que la competencia es tan limitada, es leg¨ªtimo preguntarse por qu¨¦ el monopolio no sigue en el sector p¨²blico ya que, al fin y al cabo, si es rentable genera plusval¨ªas para el Estado, que somos todos.Esta reflexi¨®n viene a cuento de lo que sucede en el capitalismo espa?ol en los ¨²ltimos a?os. Superado el clich¨¦ de la cultura del pelotazo -la especulaci¨®n forma parte de la econom¨ªa de mercado- no se ha profundizado en la historia de los cambios empresariales y productivos, que se multiplicaron en nuestro pa¨ªs en la d¨¦cada de los noventa y que se han acelerado de modo vertiginoso en los ¨²ltimos meses. La teor¨ªa de los n¨²cleos duros y las tendencias naturales del sistema a la concentraci¨®n, est¨¢n produciendo dos polos de poder con ramificaciones en el mundo financiero y energ¨¦tico, sobre todo, que hay que seguir con atenci¨®n. El liderazgo de los dos Emilios -Emilio Ibarra y Emilio Bot¨ªn (bancos Bilbao Vizcaya y Santander)- sobre estos dos centros f¨¢cticos, no es mas que un apocope del asunto.
El duopolio podr¨ªa ampliarse -o encogerse- a la luz de las privatizaciones pendientes. El futuro de Argentaria, Telef¨®nica o Repsol es fundamental para analizar las estructuras del futuro inmediato; no menos significativo ser¨¢ conocer si los ejecutivos de esas empresas (Francisco Gonz¨¢lez, Juan Villalonga o Alfonso Cortina) ser¨¢n los actuales -nombrados por motivos de con fianza pol¨ªtica- u otros -en representaci¨®n de la nueva propiedad. El ¨²ltimo acontecimiento de esta reestructuraci¨®n lo estamos viendo en el sector el¨¦ctrico, primero a ra¨ªz de la OPA de ENDESA sobre Sevillana y Fecsa y ahora en la antesala de la firma del protocolo que establecer¨¢ las reglas del juego. Las posiciones cr¨ªticas del presidente de la Comisi¨®n del Sistema El¨¦ctrico Nacional -regulaci¨®n para competir; transparencia aunque genere ruido- no son del agrado del sector. Pero, guste o no, alguien tendr¨¢ que responder a las preguntas que hace Fern¨¢ndez Ord¨®?ez: ?Se imaginan ustedes al presidente de Argentaria proponiendo tomar una participaci¨®n del 75% del Banco de Santander y del 75% del BBV para poder privatizar mejor despu¨¦s Argentaria y as¨ª cobrar dimensi¨®n para protegerse de la competencia de los bancos extranjeros?; ?Cu¨¢ntos consumidores van a poder elegir suministrador?; ?Hay que atender la petici¨®n de ayuda de las compa?¨ªas el¨¦ctricas en su transici¨®n a la competencia?; ?Con cu¨¢nto dinero y durante cu¨¢nto tiempo hay que ayudarlas?...
Son oportunas, en relaci¨®n con este caso, las sabias palabras de un economista cl¨¢sico: "Cualquier propuesta de una nueva ley o reglamentaci¨®n que provenga de los empresarios, deber¨¢ analizarse siempre con gran precauci¨®n y nunca deber¨¢ adoptarse sino despu¨¦s de un largo y cuidadoso examen, efectuado no s¨®lo con la atenci¨®n m¨¢s escrupulosa, sino con total desconfianza pues viene de una clase de gentes cuyos intereses no suelen coincidir exactamente con los de la comunidad y que tienden a defraudarla y a oprimirla, como ha demostrado la experiencia en muchas ocasiones".
No se trata del siempre sospechoso Marx o del hoy pol¨ªticamente incorrecto Keynes, sino del liberal Adam Smith en su hist¨®rica Investigaci¨®n sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones.
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