Desarreglos posmodernos
Algo en el dise?o de M¨¢s que amor, frenes¨ª sugiere lo que el filme hubiese querido ser. Hay en ¨¦l voluntad de contar problemas generacionales alejado de cualquier realismo, y de hacerlo con un cierto ojo cr¨ªtico. Hay igualmente lazas que son de agradecer en una ¨®pera prima, y que se juegan sin complejos: deseo de conformar una plataforma para catapultar a actores y directores y un aire entre provocativo e ingenuo que oculta algunos momentos espl¨¦ndidos de puesta en escena.Pero a la hora de ver M¨¢s que amor, uno entiende m¨¢s lo del frenes¨ª. El primer problema, su polidirecci¨®n: confiesan los autores que cada uno se ocup¨® de alg¨²n personaje y luego todos confluyeron en el acabado final. As¨ª, hay personajes mejor resueltos, como el del homosexual, mientras otros navegan entre el t¨®pico y lo epatante: hablar de un gui¨®n resulta casi, imposible.
M¨¢s que amor, frenes¨ª
Direcci¨®n y gui¨®n: Alfonso Albacete, Miguel Bardem y David Menkes. Fotograf¨ªa: N: Calvo. M¨²sica: J. Bardem. Espa?a, 1996. Int¨¦rpretes: Nancho Novo, Cayetana Guili¨¦n, Ingrid Rubio, Beatriz Santiago. Cines Roxy, Canciller, Excelsior, Espa?a, Ciudad Lineal, Liceo, Benlliure, Acte¨®n, Aluche, Vaguada, Princesa.
El segundo es el de la forma narrativa elegida, una estructura coral con acumulaci¨®n de personajes, cuya valoraci¨®n a priori positiva no puede hacer olvidar que el resultado final es m¨¢s bien parco. A la hora de mover esa masa de personajes, la ¨²nica soluci¨®n prevista es meterlos en situaciones absurdas, a menudo incomprensibles y casi siempre arbitrarias, con una coartada que se pretende redentora: el aire desenfadado, el mencionado "frenes¨ª" que no es otra cosa que una aceleraci¨®n del ritmo narrativo que se lleva por delante toda credibilidad, por una parte, y un aire posmoderno deudor del Amod¨®var primerizo.
As¨ª las cosas, M¨¢s que amor resulta a la postre un experimento fallido, cuya plataforma program¨¢tica parece clara, pero cuyas concreciones parecen adquirir tal autonom¨ªa respecto a la voluntad de sus creadores como para constituir un discurso facil¨®n. Presenta, no obstante, algunos logros: como plataforma de lanzamiento de actores, el filme funciona m¨¢s que bien. Cayetana Guill¨¦n Cuervo, Ingrid Rubio, Gustavo Salmer¨®n y Beatriz Santiago est¨¢n muy bien, dentro de un elenco en el que no hay grandes altibajos. Y tiene tambi¨¦n un p¨²blico potencial; unos espectadores tal vez no muy exigentes, pero a los que una comedia con personajes alocados, situaciones extravagantes y comportamientos fuera de norma pueda satisfacer sin mayores preguntas.
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