El Athletic es gafe en El Molin¨®n
El p¨²blico abuche¨® a directiva y jugadores al final del partido
Poco antes de las siete de la tarde de ayer, El Molin¨®n vivi¨® una escena familiar en las ¨²ltimas temporadas: los jugadores del Athletic se acercaron a una esquina, respondiendo al apoyo de 2.000 seguidores, mientras los del Sporting, cabizbajos, se retiraban a los vestuarios abucheados. El Athletic se dio su paseo anual hasta Gij¨®n, se plant¨® en el campo en busca de la victoria y la consigui¨® sin demasiado esfuerzo Luis Fern¨¢ndez mostr¨® sus poderes. El franc¨¦s se olvid¨® del desmantelamiento de su defensa y apost¨® por los futbolistas de clase. Una gripe priv¨® a Floro de su mejor hombre, Marcos Vales, y se qued¨® sin nada. Porque eso fue el Sporting ayer, una nulidad.Las cosas se pusieron m¨¢s o menos as¨ª. Fern¨¢ndez situ¨® a su defensa adelantada, muy cerca de unos centrocampistas con gusto por el f¨²tbol, gente como Urrutia, Alkiza o Guerrero. A su lado, por la derecha, un chaval tambi¨¦n pidi¨® un respeto. Edu Alonso se escap¨® como los buenos extremos hacia el bander¨ªn y puso un bal¨®n goloso en el coraz¨®n del. ¨¢rea, donde irrumpi¨® Urzaiz para cabecear a placer. Ablanedo, que a los tres minutos ya tuvo trabajo ante Julen, no pudo hacer nada.
El Sporting, que ven¨ªa de una racha lamentable, se ech¨® a temblar. S¨®lo un jugador mantuvo el pulso, curiosamente el ¨²ltimo en llegar, Sergio, que igual¨® el partido en un arranque de genio y atrevimiento, respaldado por un c¨¦sped deslizante que imprimi¨® valor de gol a su remate lejano. El empate, sorprendente en la forma, fue una buena noticia para el partido porque le dio al Sporting una confianza que le permiti¨®, al menos, plantar cara. Los dos equipos, cada uno a su manera, brindaron un juego de ida y vuelta, con llegadas continuas al ¨¢rea. El Athletic, con toque, apoyos y velocidad arriba. El Sporting, con presi¨®n, con balones r¨¢pidos a los delanteros y b¨²squeda de los rebotes.
El empate al descanso daba a los locales ciertas esperanzas de acabar con el gafe bilba¨ªno. Pero pronto se dio cuenta de que Julen Guerrero no lo iba a permitir. Julen destroz¨® al Sporting con un gol. Justo en el minuto que Clemente le pone como tope en la selecci¨®n, el 57, Guerrero marc¨® el 1-2 y sent¨® las bases para la exhibici¨®n de su equipo. Lo poco salvable que queda del Sporting de Floro, el orden y la presi¨®n, desaparecieron para deleite de Etxeberr¨ªa y Ziganda, que. incluso se permiti¨® el lujo de marcar un gol exquisito, picando el bal¨®n con un defensa y Ablanedo por los suelos.
Poco despu¨¦s, los escamados seguidores esportinguistas iniciaban la huida, dando la espalda a Floro y a todo lo que lleva consigo su forma de ver el f¨²tbol. O de no verlo.
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