La visita de los brigadistas

En estos tiempos en los que el idealismo y la generosidad est¨¢n tan devaluados, la visita de los brigadistas viene como un vaso de agua fresca. Estos j¨®venes octogenarios nos han demostrado que en la vida se puede ser consecuente con sus ideas sin caer en el fanatismo, que ser idealista no es ser ingenuo, y que, si queremos que las cosas mejoren, no queda otro camino que moverse. Nosotros hemos trabajado de voluntarios en la organizaci¨®n de este homenaje, y hemos tenido la suerte de conocerlos. Entre ellos hay enfermeras, escritores, campesinos, obreros; algunos son comunistas, otros anarquistas, otros conservadores, y todos, dem¨®cratas. Les une la lucha contra el fascismo y el amor a la libertad, la b¨²squeda de una sociedad m¨¢s justa.A estos viejos luchadores les ha emocionado la respuesta popular, han comprobado que el pueblo espa?ol les recuerda con cari?o y agradecimiento. El Palacio de los Deportes de Madrid se llen¨® hasta la bandera en el concierto-homenaje, la gente se paraba por la calle para estrecharles las manos, no les dejaban pagar en los bares...

Siempre existen notas disonantes, y en este caso no iban a faltar. Lo que nos parece m¨¢s grave es que provengan de cargos e instituciones democr¨¢ticos. El presidente del Congreso de los Diputados olvida con ligereza que estos se?ores vinieron a defender la democracia contra un golpe de Estado que ignor¨® el voto del pueblo. Lo mismo se puede decir del PP catal¨¢n en el Parlamento de Catalu?a o del concejal de Getafe. Los hechos nos demuestran que en las filas del PP quedan a¨²n demasiados rescoldos del antiguo r¨¦gimen. Esperamos que ganen las honrosas excepciones como es el Gobierno de la Comunidad de Madrid, que ha ayudado a financiar el homenaje.-