El Barca plasma el sue?o de Bakero

El Camp Nou le dijo adi¨®s al capit¨¢n con una parada propia de un general. La tropa estuvo generosa, pues le regal¨® tantos goles como indica el n¨²mero de su zamarra, y la afici¨®n, espl¨¦ndida, dado que core¨® su nombre hasta que sali¨® de la cancha para siempre. Muy agradecido, el homenajeado dej¨® como recuerdo un tanto para la posteridad. Redondo. Un cuento de hadas. No hay gui¨®n capaz de mejorar la realidad. Bakero se fue como el ganador que es y dej¨® a un equipo l¨ªder.Result¨® una c¨¢lida despedida en la noche m¨¢s g¨¦lida del curso. El Valladolid se rindi¨® nada m¨¢s pisar el campo de batalla. Fue un convidado de piedra en la fiesta azulgrana. No hubiera sido justo negarle la victoria a Bakero por los servicios prestados. El colectivo azulgrana hizo lo que le dio la gana con el de Cantatore. Un gol en la arrancada, otro a la media hora, a¨²n un tercero para zanjar cualquier debate y el cuarto de Bakero para coronar la noche. Impecable. El grupo de Robson encontr¨® desde la salida el punto medio de un partido que basculaba a caballo de contienda de Liga y de una despedida sin precedentes.

Tal fue la nostalgia que despert¨® la noche que hasta el gol inicial pareci¨® una reproducci¨®n del que le dio al Barca la Copa de Europa. Toc¨® Guardiola, par¨® Bakero y remat¨® Popescu. El capit¨¢n dej¨® al rumano la pelota con la misma delicadeza que se la puso a Koeman en Wembley. La retirada result¨® igual de emocionante. Bakero se puso a rebufo de los tres centrales y caz¨® un centro al segundo palo de Figo como en sus tiempos de falso ariete. Era el momento de irse. El adi¨®s so?ado.

Bakero se lo puso as¨ª de f¨¢cil a Robson. Condicion¨® la alineaci¨®n: Giovanni qued¨® desplazado al margen izquierdo del campo y en lugar de los tres centrales, el t¨¦cnico dispuso a dos marcadores con Sergi cerrando como tercer zaguero cuando conven¨ªa. El capit¨¢n, sin embargo, no alter¨® para nada la efectividad del equipo. No s¨®lo no fue un estorbo en un partido limpio de polvo y paja, de guante blanco, sino que reivindic¨® su capacidad para sobrevivir en el equipo que sea.

Sustituido Bakero, el partido ya no fue el mismo. El Bar?a se enred¨®: perdi¨® el control del juego, encaj¨® un gol y Blanc fue expulsado. Muchas cosas en poco rato. Tard¨® un tiempo en volver a meterse en la refriega y cortar la crecida del Valladolid. El grupo de Cantantore jug¨® igual con un gol a cuestas que con cuatro. Fue un equipo hasta guapo. Pag¨® muy cara su candidez y le dio al Bar?a el partido m¨¢s pl¨¢cido del a?o.

Pese a ser uno menos, los azulgrana se reencontraron con otros dos goles que reforzaron su condici¨®n de amo del campeonato. El equipo ha respondido siempre a las afrentas del Madrid. La productividad del colectivo es tan incuestionable como inexpicable. Los goles caen igual jugando con 11 que con 10, con dos centrales que con tres y con futbolistas que se despiden que con titulares. La pasi¨®n del equipo est¨¢ por encima de momentos emocionales como el de anoche. El adi¨®s a Bakero debe dar paso a la bienvenida a Ronaldo sin olvidarse de los presentes, pues incluso el brasile?o fue respetuoso con su ex capit¨¢n: en su reaparici¨®n, dej¨® su sello en el ¨²nico bal¨®n que toc¨® -tercer gol- y se retir¨® para cederle el protagonismo. Entre el dream team y la samba team hay futbolistas que merecen el mismo respeto y trato.