Carta al presidente Pujol
Querido president:Escribo para intentar convencerte de que conviene a los espa?oles y creo que a ti tambi¨¦n, como presidente de Catalu?a, que el Gobierno acepte ampliar el acuerdo sobre financiaci¨®n auton¨®mica. Me dirijo a ti porque creo que es el camino m¨¢s eficaz de influir en el rumbo del Gobierno de Espa?a.
Aznar gan¨® las pasadas elecciones por un estrecho margen (1,2%) sobre el PSOE. A la vista de los resultados, debi¨® pensar que, o hac¨ªa un pacto contigo o no ser¨ªa jam¨¢s presidente del Gobierno. No le dar¨ªan otra oportunidad y nunca tendr¨ªa un adversario con tantas dificultades ni unas derechas tan unidas. Esa reflexi¨®n y lo que ocurr¨ªa en la puerta de la sede del PP de la calle de G¨¦nova son la clave de hechos posteriores. Como recordar¨¢s, en la noche electoral los m¨¢s enfervorizados partidarios del PP no gritaban contra Felipe Gonz¨¢lez, a quien acababan de vencer; los gritos y los insultos -a¨²n no sab¨ªan que sin CIU no podr¨ªan gobernar- se dirig¨ªan a coro contra el presidente de la Generalitat.Esa noche Aznar decidi¨® pactar contigo para ser presidente y, en consecuencia, darte lo que le pidieras. En un tiempo r¨¦cord conseguiste un acuerdo de investidura que, seg¨²n supimos, tiene una parte escrita y otra cuyo esp¨ªritu no qued¨® encarnado en letra impresa. Tambi¨¦n supimos que se te ofreci¨® la capacidad normativa en el 30% del IRPF sin que CiU la reclamase. Eran las diez de monte, la necesaria compensaci¨®n a los insultos de la noche electoral... y a tantos a?os de cultura anticatalana de la derecha espa?ola.Aznar est¨¢ en La Moncloa gracias a tus votos y est¨¢ convencido de que dejar¨¢ La Moncloa cuando lo decidas. ?sas son las reglas del juego y no cabe escandalizarse. T¨² esperar¨¢s el mejor momento para decir que ya no puedes seguir apoyando a la derecha y quiz¨¢ Aznar se adelante con el anuncio grandilocuente de que ya no soporta m¨¢s la presi¨®n nacionalista, tratando as¨ª de recuperar los votos que perdi¨® por hablar catal¨¢n en la intimidad.
Sin embargo, mientras llega alguna de esas dos situaciones, los espa?oles de derechas y de izquierdas est¨¢n bastante desconcertados y preocupados: no es que pongan en cuesti¨®n el Estado de las autonom¨ªas, sino que perciben que al Gobierno se le ha ido de las manos un asunto tan importante como es el de la distribuci¨®n territorial del poder.
Existe un considerable clima de confusi¨®n. La imagen que tenemos de nosotros mismos, de Espa?a, de sus nacionalidades y regiones, se oscurece y empeora cada d¨ªa, porque se percibe que cada cual tira s¨®lo para su lado.
Un d¨ªa nos enteramos de que el voto de los nacionalistas vascos a los presupuestos supuso la capacidad normativa en el IRPF con una horquilla del 20%. Otro d¨ªa, que CiU obtuvo 17.000 millones por el mismo asunto y que los canarios se llevaron la cantidad de 8.000 millones de pesetas.
Se est¨¢ generando un mal ambiente en Espa?a. Sabes que no he recurrido a fomentar el anticatalanismo para conseguir aplausos o votos y, quiz¨¢, eso me da fuerza para decirte que percibo demasiados recelos, y aunque obtengas contrapartidas importantes -"dividendos" las has llamado- no podr¨¢s evitar que se genere un clima de malestar -de "rnercadeo" ha dicho el secretario de Estado de Administraci¨®n Territorial- que al final perjudique el cr¨¦dito y la imagen tanto tuya como de Catalu?a.
No ser¨ªa razonable culpar de esta situaci¨®n de malestar en exclusiva al Gobierno de Aznar. Esta situaci¨®n no se inicia con el PP. Meses antes de que llegaran al Gobierno hab¨ªa motivos de inquietud. Sin embargo, ahora se han encendido luces de alarma. Coincido contigo cuando afirmaste hace una semana que "el PP ha llevado este asunto muy mal y esto no puede ser. No hay derecho y no puede volver a repetirse esta imagen de confusi¨®n que nos desgasta a nosotros, desgasta al Gobierno y crea inestabilidad".
Desde el mundo acad¨¦mico -Garc¨ªa Afloveros- se advierte que "nos invade una ola de irresponsabilidad pol¨ªtica", y Centeno, catedr¨¢tico de Econom¨ªa de la Univerdad Polit¨¦cnica e Madrid, afirma que "el nuevo modelo de financiaci¨®n auton¨®mica es una amenaza para la unidad de Espa?a". No vale decir que todo responde a un frente ideol¨®gico de los socialistas. El malestar y el desconcierto se producen entre muchos espa?oles y tambi¨¦n entre dirigentes del PP que cada vez callan menos sus discrepancias sobre la supuesta nueva visi¨®n de Espa?a que Aznar ha adquirido... a la fuerza.
El Gobierno del se?or Aznar parece que ha perdido los prejuicios ante el nacionalismo, y en realidad lo que ha perdido es el juicio. Dice blanco donde ayer dijo negro; y, por otra parte, el "s¨ª" que han dado las comunidades aut¨®nomas gobernadas por el PP no te puede tranquilizar y hacerte olvidar que t¨² mismo tuviste que advertir, ante la "rebeli¨®n en las filas populares" (editorial de EL PA?S, de 21 de septiembre de 1996), que no consentir¨ªas que se modificara lo pactado entre CiU y PP. Asiste, si puedes, a la representaci¨®n teatral -en cartel estos d¨ªas- de una obra de don Leandro Fern¨¢ndez de Morat¨ªn para comprobar que no puede uno fiar al "s¨ª" basado en temores y miedos.
No cabe enga?arse ni taparse los ojos. Ante este panorama, cuando el propio presidente del Gobierno dice que se siente c¨®modo y con ganas de risas, me recuerda un viejo proverbio chino que dice: "Reina un gran desorden bajo los cielos; la situaci¨®n es excelente".
Nadie pone en duda las fronteras territoriales de Espa?a. Sin embargo, se levantan fronteras en la cohesi¨®n social, fronteras invisibles, pero no por ello menos reales entre los espa?oles. Parece necesario y urgente encontrar razones para sentirnos hist¨®ricamente juntos y para recrear una manera positiva de ser espa?oles y de reconocernos como tales.
No escribo esta carta para regalarte los o¨ªdos, sino para reclamar p¨²blicamente tu atenci¨®n a la propuesta que hice en el Senado solicitando una negociaci¨®n para "poder llegar, sin excluir a los nacionalistas, a un consenso m¨¢s amplio en el que se integren tambi¨¦n aquellos que representamos a unos cuantos millones de espa?oles". La oferta de apoyo del PSOE es para garantizar la gobernabilidad en el supuesto de que el PP quisiera ampliar el consenso y vosotros lo rechazaseis, y tambi¨¦n para el caso de que se os quiera presentar como excusa o pretexto para negarse a negociar.
S¨¦ que el ministro Rajoy no pod¨ªa ni siquiera admitir mi propuesta, ni nuestro ofrecimiento, en el debate que mantuvimos en el Senado. Sin un permiso tuyo, sin un gui?o de conformidad de quien les mantiene en el Gobierno, no se atreven m¨¢s que a decir en voz baja lo que piensan y proclamaron hasta que necesitaron tus votos. Antiguamente se mataba al mensajero, y a algunos les pesa mucho el pasado. He comprobado que est¨¢n, no ya desconcertados, sino muertos de miedo, y t¨² has contribuido algo a ello. Dijiste que era un m¨¦rito de Aznar "cambiar aunque haya sido a la fuerza", pero es que, querido presidente, ?a la fuerza ahorcan! No saben ni qu¨¦ han hecho con el nuevo sistema de financiaci¨®n ni qu¨¦ van a hacer. Por eso comprendo que digan que mi propuesta les parece "una mano al cuello".Y ahora viene mi petici¨®n p¨²blica al presidente de la Generalitat de Catalu?a: dile al Gobierno de Aznar que reabra las negociaciones sobre el modelo de financiaci¨®n; dile que por ese solo hecho no le quitar¨¢s el apoyo parlamentario que diste para su investidura. El debate es dif¨ªcil y complejo. Todos sabemos, adem¨¢s, que en el seno de todos los partidos hay diferencias. Motivo de m¨¢s para defender la necesidad de un debate, en el que todos podemos evitar el partidismo sectario.
?Qu¨¦ puedo invocar para hacerte esta petici¨®n? Creo que basta tu bien labrada ejecutoria como dirigente pol¨ªtico que se preocupa de la estabilidad y la gobernabilidad. Puedo a?adir que tal y como reza la sabidur¨ªa popular, mal acaba lo que mal empieza y lo que mal anda.
?Les dir¨¢s que pueden reabrir la negociaci¨®n sin perder tu apoyo? ?Que, incluso, est¨¢s dispuesto a renunciar a parte de lo que te regalaron? Te lo pido porque conf¨ªo m¨¢s en tu sentido de Estado que en tu probada capacidad para "volverlos como un calcet¨ªn" (Molins d¨ªxit). Sin embargo, no s¨¦ si vas a preferir invocar el santa Rita Rita, lo que se da no se quita. En ese caso, ?ojal¨¢ que no tengamos que acordarnos de otra santa!, santa B¨¢rbara, cuando truene.
Termino mi carta diciendo lo que me parece esencial. El electorado del PP y el del PSOE discrepan en muchas cosas, pero hay algo en que coinciden: quieren que Espa?a tenga Gobierno y que el Gobierno sea para toda Espa?a. Seguramente coinciden tambi¨¦n una gran mayor¨ªa de ciudadanos de Catalu?a.
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