Un segundo ¨¦xodo de 500.000 personas se pone en marcha hacia Ruanda y Burundi
Los refugiados ruandeses y burundeses en los campos de Bukavu y Uvira, en Kivu Sur, han emprendido el ¨¦xodo hacia sus pa¨ªses respectivos o hacia el interior de Zaire huyendo de los combates que se desarrollan en la regi¨®n entre soldados zaire?os y rebeldes tutsis de origen ruand¨¦s. Los primeros de ellos cruzaron ayer la frontera por la localidad ruandesa de Cyangugu y la burundesa de Gatumba. El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) indicaba ayer en sus ¨²ltimas informaciones que medio mill¨®n de personas se encuentran perdidas en las regiones de Bukavu y Uvira, privadas desde hace tres semanas de toda ayuda, mientras la comunidad internacional sigue sin resolver la forma de intervenir.
Esos 500.000 refugiados perdidos en la selva son en su mayor¨ªa hutus que huyeron de los campamentos en torno a Bukavu y Uvira a finales del mes pasado para escapar de los combates. Las autoridades de Burundi dijeron ayer que m¨¢s de 30.000 refugiados burundeses de origen hutu hab¨ªan regresado al pa¨ªs en los ¨²ltimos d¨ªas.Esa masa de refugiados parece ser ignorada por el Gobierno de Kigali, ya que el ministro ruand¨¦s de Exteriores, Anastase Gasana, declar¨® ayer que apenas quedan refugiados de su pa¨ªs en Zaire despu¨¦s de los que han llegado en los ¨²ltimos d¨ªas. "Han entrado unas 500.000 personas y ¨¦ste es el n¨²mero real de refugia dos ruandeses que hab¨ªa en el este de Zaire, tanto en Kivu norte como en Kivu sur".
Estas cifras, sin embargo, est¨¢n encontradicci¨®n con las que da ACNUR y otras organizaciones humanitarias. ACNUR concretamente afirma que hab¨ªa 1,1 millones de ruandeses hutus y 150.0.00 burundeses hutus. El enviado especial de la ONU, Raymond Chretien, dijo ayer en Kigali: "No sabemos lo que est¨¢ ocurriendo al otro lado [de la frontera de Zaire]. Todav¨ªa hay entre 300.000 y 500.000 refugiados [en Kivu sur], seg¨²n nuestras estimaciones". El Ministerio franc¨¦s de Exteriores indic¨® que, seg¨²n sus cifras, a¨²n hay 300.000 refugiados en Bukavu, 200.000 en los alrededores de Goma y 200.000 m¨¢s en Uvira.
Mientras las organizaciones humanitarias consideran que uno de los principales objetivos de la ayuda internacional debe ser el suministro de alimentos, medicinas y ropa, algunos pa¨ªses africanos insisten en que el mandato de la operaci¨®n multinacional debe ampliarse a aislar y desarmar a los extremistas hutus que durante m¨¢s de dos a?os han controlado los campamentos de refugiados y fomentado la violencia en la regi¨®n.
Los milicianos hutus interahamwe (los que matan juntos) y los ex militares hutus ruandeses -ambos grupos protagonistas del genocidio en Ruanda- no s¨®lo recibieron armas del exterior para desarrollar su lucha y mantener a los cientos de miles de refugiados como escudos humanos, sino que, adem¨¢s, se burlaron de la ONU, que les protegi¨® en el campo de Mugunga, al este de Zaire, hoy totalmente abandonado por los 700.000 refugialdos que han vuelto a Ruanda desde Kivu norte atrav¨¦s del puesto de Gisenyi.
Documentos hallados en Mugunga ponen de manifiesto que las milicias hutus, responsables del genocidio de 1994, utilizaron la protecci¨®n de la ONU para planear posibles asesinatos de los actuales gobernantes en Ruanda y lanzar una campa?a de agitaci¨®n. Utilizaron Mugunga como base de operaciones para comprar armamento, entre narse y organizarse para volver a tomar el poder en Kigali.
Graves dudas
Los documentos en cuesti¨®n plantean graves dudas sobre la actuaci¨®n de la ONU, que ha gastado un mill¨®n de d¨®lares diarios (unos 128 millones de pesetas) en los campos de refugiados dominados por los milicianos y parecen confirmar que los extremistas hutus despreciaron sin m¨¢s las condiciones impuestas por la ONU para que permeneciesen all¨ª: prohibici¨®n de toda actividad pol¨ªtica o militar.La procedencia de las armas para los genocidas hutus ruandeses era de empresas brit¨¢nicas y francesas, seg¨²n los documentos hallados. El Gobierno franc¨¦s neg¨® ayer que hubiese roto el embargo de armas impuesto por la ONU en 1994, y el Gobierno brit¨¢nico anunci¨® que investigar¨¢ el asunto. Un comit¨¦ interministerial indagar¨¢ si el Gobierno brit¨¢nico debe contar con poderes extraordinarios para evitar que ciudadanos o empresas de este pa¨ªs suministren armas a otros pa¨ªses.
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