Bab el Ued, el voto del miedo
No es raro encontrarse con alguna mujer enlutada de pies a cabeza, con chador, por las calles del Bab el Ued, el antiguo barrio espa?ol de Argel que serpentea colina abajo desde el templo de Nuestra Se?ora de ?frica. Cuando el aguacero que despert¨® a la ciudad amain¨® y los primeros votantes Comenzaban a llegar a la guarder¨ªa Ibrahim. Fat¨¢ o a la escuela Zeirab Om el Masakin, ambos en ¨¢reas acomodadas de la capital argelina, en el colegio electoral de Baba el Ued los polic¨ªas que lo custodiaban apenas asomaban la cabeza por el port¨®n met¨¢lico. Entre la inmundicia del solar contiguo, las pintadas del Frente Isl¨¢mico de Salvaci¨®n (FIS) encalan el muro que las oculta. Los cabecillas de las milicias islamistas m¨¢s radicales han amenazado de muerte a quienes participen en el refer¨¦ndum para la reforma constitucional."Los periodistas tienen que estar acompa?ados en todo momento por un funcionario de la wilaya (¨¢rea metropolitana)", sentenci¨® el responsable del centro de votaciones tras consultar por tel¨¦fono a sus superiores y antes de dar el portazo a los informadores.
Como en muchos otros colegios electorales argelinos, hab¨ªa mesas separadas para hombres y mujeres. Un anciano tocado con un casquete de encaje blanco aseguraba que cumpl¨ªa con su deber de buen grado mientras echaba un vistazo al vac¨ªo patio de recreo, que ofrec¨ªa una imagen en negativo de las colas de votantes que hace un a?o dieron su apoyo al presidente Liam¨ªn Zerual. Todos los miembros de las mesas electorales en este rinc¨®n de Bab el Ued proceden de barriadas de la periferia de Argel. Es una medida de seguridad m¨¢s para evitar que sean identificados quienes colaboran con el Grupo Isl¨¢mico Armado (GIA).
Barricadas
Los controles de seguridad y barricadas militares que ayer salpicaban las calles de Argel marcaban una frontera definida en Bab el Ued, donde hace dos a?os cayeron asesinadas a tiros dos religiosas espa?olas. A la sombra de Nuestra Se?ora de ?frica, una monja espa?ola reconoc¨ªa ayer que se despide cada d¨ªa de sus compa?eras "como si fuera la ¨²ltima vez". No entiende c¨®mo muchos de los j¨®venes a los que educ¨® hace 20 a?os en una guarder¨ªa de las afueras de Argel se han incorporado a las filas del integrismo isl¨¢mico m¨¢s radical.La colonia espa?ola, que contaba con m¨¢s de medio millar de personas en noviembre de 1993, cuando los grupos isl¨¢micos armados lanzaron la amenaza de muerte contra todo extranjero que residiera en el pa¨ªs, se ha visto reducida a una quinta parte tras la repatriaci¨®n organizada por los servicios diplom¨¢ticos espa?oles. Ahora s¨®lo quedan religiosos, trabajado res del sector del petr¨®leo o de la construcci¨®n y diplom¨¢ticos protegidos por geos armados hasta los dientes.
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