El Zaragoza rompe el maleficio

El Zaragoza rompi¨® el maleficio. Los aficionados de La Romareda volvieron a disfrutar del sabor de la victoria en la Liga tras casi siete meses de ag¨®nica sequ¨ªa. Aunque fuera en un partido feo, en el que el dominio correspondi¨® al Oviedo, se celebr¨® como si tratara de un triunfo hist¨®rico.Para llegar a este triunfo, el Zaragoza ha tenido que adoptar una imagen espartana. Sus jugadores se han puesto el traje e faena, se han aplicado en el juego defensivo y han aparcado hasta tiempos mejores el trato con el bal¨®n. El Oviedo demostr¨® m¨¢s empaque, se asent¨® mejor sobre el terreno de juego y se movi¨® con mejores criterios, pero fall¨® en el primer periodo ante Juanmi y lo acab¨® pagando.

El control correspondi¨® en los primeros 45 minutos al Oviedo, que se cerr¨® perfectamente en la l¨ªnea de tres cuartos y con una inteligente, aunque no agobiante presi¨®n robaba balones en la medular. Oli avisaba en punta y antes de la media hora ya hab¨ªa puesto en dos ocasiones a Juanmi al borde del abismo. El Zaragoza se mostraba desorientado y algunos de sus jugadores confusos con los cambios introducidos por V¨ªctor Esp¨¢rrago. Kily debut¨® como lateral y Dani abandon¨® la punta para incrustarse en medio campo.

Tuvo que renacer Gustavo Poyet, uno de los hist¨®ricos goleadores de este equipo para que los aragoneses vieran puerta. Fue una jugada confusa, con rebotes y m¨¢s rebotes, que adelantaba al Zaragoza cuando se aproximaba el descanso.

El segundo periodo fue mucho m¨¢s abierto y entretenido. Unos y otros decidieron echar el resto y buscar el triunfo, mientras los dos t¨¦cnicos emprend¨ªan una guerra de t¨¢cticas. Lillo incorpor¨® a Dubovsky, Toni Velamaz¨¢n y Christiansen en apenas un cuarto de hora y Esp¨¢rrago a Higuera y Pardeza. La artiller¨ªa de ambos equipos estaba desplegada al completo sobre el c¨¦sped. As¨ª que Juanmi y Mora se dispusieron a vivir unos minutos de agobio, aunque ninguno de ambos equipos acert¨® a matar.

Como la felicidad no pod¨ªa ser completa, el Zaragoza, para no perder conexi¨®n con el pasado, acab¨® con un hombre menos por la expulsi¨®n de Belsu¨¦, cuando ya pasaban tres minutos del tiempo reglamentario.