"A m¨ª no me aterra la palabra 'privatizar'"

Esperanza Aguirre, abogada, de 44 a?os y con dos hijos, iba para ministra de Medio Ambiente, pero Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar cambi¨® el rumbo en el ¨²ltimo momento y la sent¨® en Educaci¨®n y Cultura. Se estren¨® con unas declaraciones que alarmaron a los partidarios de la ense?anza p¨²blica y le costaron abundantes cr¨ªticas. Sus seis meses de ministra le han ense?ado a ser m¨¢s prudente. Ahora se emplea con mucha energ¨ªa en la descripci¨®n de los problemas, pero, consciente de las turbulencias del mundo educativo, esboza soluciones gen¨¦ricas en lugar de concretar los pasos, y prefiere apelar al consenso o remitirse a las futuras propuestas de comisiones, consejos o el mismo Parlamento.Pregunta. Muchos docentes piensan que a usted no le gusta la educaci¨®n, no le interesa y, adem¨¢s, no entiende. Perdone la franqueza.

Respuesta. No, no... si hace usted muy bien en decirlo. As¨ª puedo salir al paso de una falsedad que mis adversarios pol¨ªticos ponen en circulaci¨®n. La educaci¨®n me apasiona. A este ministerio le viene extraordinariamente bien un ministro que no sea docente. Los ciudadanos y los padres nos vemos sorprendidos por la jerga de los especialistas burocratizados y por las decisiones que se toman sin que se entere el resto de los ciudadanos. Por ejemplo, la supresi¨®n de la historia de los planes de estudio, con la excepci¨®n de la contempor¨¢nea, mientras se imparten optativas como Manicura, Iniciaci¨®n a la Gram¨¢tica del Pop o El Mundo de los Dinosaurios. Es disparatado gastar dinero del contribuyente en esas asignaturas. Los no docentes tenemos una idea de la educaci¨®n basada m¨¢s en el sentido com¨²n y en la demanda ciudadana.

P. Ya ha recibido el dictamen de la ponencia del Consejo de Universidades sobre la futura selectividad. ?Qu¨¦ le ha parecido?

R. El Consejo no ha emitido ning¨²n dictamen; se trata de un estudio de algunos rectores. Lo que hay es un descontento de alumnos, rectores, profesores y, sobre todo, la sociedad, con la actual selectividad, un sistema que ordena por notas a los alumnos, pero les impide a veces elegir la carrera para la que se sienten llamados. Eso es lo que me gustar¨ªa cambiar, pero no para endurecer la selectividad, sino para facilitar que los alumnos sigan su vocaci¨®n. Y no tengo intenci¨®n de hacerlo por decreto, sino por consenso.

P. El dictamen propone m¨¢s peso para el examen y menos para el expediente. ?Est¨¢ de acuerdo?

R. Yo no quiero adelantar conclusiones. Estoy a favor de que los j¨®venes puedan seguir su vocaci¨®n. Me gustar¨ªa que cualquier alumno pueda tener una oportunidad, aunque saque un 6,3 y su carrera requiera un 6,5. Es mejor que la prueba no sea tan determinante. Comprendo que es dif¨ªcil, pero me gustar¨ªa solucionarlo.

P. ?Cu¨¢nto habr¨¢ que esperar?

R. A m¨ª me hubiera gustado mejorar la selectividad el pr¨®ximo curso, pero quiz¨¢ no hay tiempo para hacerlo. Es posible que puedan introducirse peque?as mejoras para no frustrar lo que los alumnos quieren verdaderamente estudiar. Es decir, todo lo contrario de lo que se ha dicho.

P. Habla de la vocaci¨®n de los estudiantes, pero un respeto m¨¢ximo implicar¨ªa un sistema hiperflexible, que hoy ofreciera muchas ingenier¨ªas y ma?ana muchas ciencias sociales.

R. Tendr¨ªamos que flexibilizar la Universidad. No debe quedarse anquilosada. Hay carreras nuevas y otras que se han quedado con muy pocos alumnos. Que haya profesores de determinada materia no implica que ¨¦sta siga siendo troncal para siempre, si no hay demanda social, y no s¨®lo de los estudiantes... El esfuerzo de gasto p¨²blico debe adecuarse a las necesidades sociales de titulados. No tiene sentido convocar plazas de un departamento que no sea relevante para el futuro.

P. Los planes de estudios universitarios, ?fueron elaborados t¨¦cnicamente o condicionados por las plantillas de profesores?

R. Desgraciadamente siempre hay un poco de lo segundo. Las intenciones eran buenas, pero es muy probable que haya habido condicionantes por la tiran¨ªa del statu quo. El Consejo de Universidades est¨¢ haciendo una revisi¨®n de los planes de estudio. Personalmente, no como ministra, opino que las carreras de cuatro a?os no han tenido el ¨¦xito que se esperaba, han comprimido planes muy dif¨ªciles de comprimir. El resultado es que los estudiantes han suspendido m¨¢s y han seguido tardando los mismos cinco a?os.

P. ?Qu¨¦ otros grandes problemas tiene la Universidad?

R. Ha tenido que hacer frente en poco tiempo a un incremento de medio mill¨®n a mill¨®n y medio de estudiantes. Se han creado universidades y facultades, a veces en detrimento de la calidad. Tambi¨¦n est¨¢ el problema de la endogamia. Para ser catedr¨¢tico en ocasiones se valora m¨¢s el lugar de nacimiento que el conocimiento de la asignatura. Y hay problemas con los ¨®rganos de gobierno. Es muy dif¨ªcil que el Consejo de Universidades, con m¨¢s de 80 miembros, pueda hacer su trabajo.

P. ?Qu¨¦ juicio le merece en general la educaci¨®n en Espa?a?

R. Ha sufrido una transformaci¨®n enormemente positiva. En tiempos de UCD se hizo un gran esfuerzo en inversiones y se escolariz¨® al 98% de la poblaci¨®n. Con los socialistas, el esfuerzo se hizo en dotaci¨®n de medios y recursos humanos. Ahora hay que mejorar la calidad. Porque se tomaron indicadores materiales (alumnos por profesor, alumnos por aula, metros del suelo al techo...), cuando la evaluaci¨®n de la calidad debe medir los resultados: qu¨¦ aprenden los alumnos. Evaluar la calidad por los medios y olvidar los resultados fue el gran defecto de los socialistas.

P. Felipe Gonz¨¢lez ha dicho que ustedes no creen en la ense?anza p¨²blica. ?Creen en ella?

R. No es cuesti¨®n de creencias, sino de legalidad constitucional. Defendemos con plena convicci¨®n el modelo educativo recogido en la Constituci¨®n, cuyos dos pilares son el derecho a la educaci¨®n y la libertad de ense?anza. Este sistema, que zanja legalmente las antiguas guerras educativas, fue posible gracias al gran acuerdo constitucional de 1978 entre la derecha, el centro, la izquierda y los nacionalistas, que no creo que Felipe Gonz¨¢lez quiera romper ahora. Utilizar sectariamente a los alumnos de la p¨²blica contra los de la concertada es absurdo.

P. ?No hay peligro de que los centros elijan a sus alumnos?

R. ?sa es una de las falsedades del ¨²ltimo art¨ªculo [en este peri¨®dico] del consejero de Educaci¨®n andaluz, Manuel Pezzi. Quiero que aumente la libertad de elegir colegio. Para ello no necesito cambiar la ley, porque ese derecho est¨¢ reconocido en el art¨ªculo 20 de Ley Org¨¢nica del Derecho a la Educaci¨®n (LODE). Los socialistas cambiaron con los reglamentos el sentido de este precepto, y yo pretendo restituirlo, tambi¨¦n por v¨ªa reglamentaria.

P. ?Y si 1.500 alumnos piden un centro con 1.000 plazas?

R. Cuando un centro tiene m¨¢s solicitudes que plazas, es que tiene ¨¦xito: hay que apoyarlo cuando pida m¨¢s unidades concertadas, si es privado, o plantee una ampliaci¨®n, si es p¨²blico. Cuando no se cubra la oferta, se aplicar¨¢n los criterios de admisi¨®n vigentes o los que se fijen. Pero no caigamos en el sofisma de que nadie elija si algunos no pueden elegir.

P. ?Qu¨¦ piensa cuando oye que es una ministra privatizadora?

R. A diferencia de muchos espa?oles, a m¨ª no me aterra la palabra privatizar. Mucha gente que cre¨ªa que privatizar es quitarle lo suyo al pueblo para meterlo en el bolsillo de un capitalista ha comprendido que, cuando se trata de monopolios o de grandes servicios, al introducir competencia, los precios bajan. Por ejemplo, en el puente a¨¦reo y la telefon¨ªa m¨®vil.

P. ?Y en la ense?anza?

R. He recibido un sistema que tiene un 31% de centros de titularidad privada, la gran mayor¨ªa concertados, y un 69% de titularidad p¨²blica. Mi intenci¨®n es que esta situaci¨®n evolucione conforme a las demandas sociales.

P. ?Hay algo de lo que se sienta orgullosa como ministra?

R. De la futura reforma de los planes de estudios para reforzar la historia y el resto de las humanidades. Conf¨ªo en tener tiempo para remediar esta situaci¨®n.

P. ?Ha decidido algo concreto?

R. Y tan concreto... La decisi¨®n que tengo tomada es reformar los planes, pero no por decreto. Hemos creado unas comisiones de estudio sobre los textos de historia, geograf¨ªa, cultura cl¨¢sica, filosof¨ªa y literatura. Un ni?o podr¨ªa completar hoy sus estudios sin haber o¨ªdo hablar del descubrimiento de Am¨¦rica, Julio C¨¦sar o Felipe II. El Estado debe establecer los conocimientos m¨ªnimos para todos los espa?oles.

P. ?Cambiar¨¢ la situaci¨®n acad¨¦mica de la religi¨®n?

R. No, pero s¨ª la de su alternativa. Estoy decidida a que los padres que no tengan creencias religiosas puedan elegir una alternativa de valores ¨¦ticos laicos.

P. ?Qu¨¦ piensa de las movilizaciones estudiantiles?

R. Es una irresponsabilidad que haya un Sindicato de Estudiantes, liderado por una se?ora de 27 a?os [B¨¢rbara Areal], que coja a los ni?os de 12 a 16 a?os y los saque de los centros, con el peligro que conlleva. Todos hemos sido ni?os y sabemos que es m¨¢s divertido montar una algarada en la Gran V¨ªa que escuchar al profesor de matem¨¢ticas o de lengua.