Los Quince aprueban la propuesta espa?ola para condicionar las relaciones con Cuba
La Uni¨®n Europea (UE) ratific¨® ayer, como estaba previsto, una "posici¨®n com¨²n" en las futuras relaciones con Cuba que est¨¢ basada en una iniciativa presentada por el Gobierno espa?ol. Fue un acto r¨¢pido, pero sin solemnidad ni apenas m¨¢s declaraciones que las de os propios diplom¨¢ticos espa?oles. Los ministros europeos reafirmaron su pol¨ªtica tradicional de presi¨®n sin acoso para lograr la democratizaci¨®n del r¨¦gimen de Fidel Castro, una estrategia diferenciada de la de Washington. Pero acentuaron la reclamaci¨®n de los derechos humanos y el fin de las persecuciones pol¨ªticas en la isla, al tiempo que mostraron su disposici¨®n a apoyar financieramente cada uno de los pasos de apertura que eventualmente d¨¦ La Habana.
La "posici¨®n com¨²n" se aprob¨® formalmente en el Consejo de Ministros de Econom¨ªa y Finanzas como un "punto A" del orden del d¨ªa, de los que no exigen discusi¨®n. Nadie la pidi¨®, tampoco -lo que es posible incluso en los puntos acordados-, tras el consenso alcanzado justo una semana antes en el Comit¨¦ Pol¨ªtico, compuesto por altos funcionarios a escala de director general.La diplomacia espa?ola mostr¨® su satisfacci¨®n porque la "posici¨®n com¨²n" supone una "obligaci¨®n de disciplina de los Estados miembros y de la Comisi¨®n" a la hora de seguir sus l¨ªneas. Aun reconociendo que la matriz del documento no supone una novedad en la estrategia comunitaria, porque recoge expresamente las posturas de los Quince ya acordadas en las cumbres de Madrid y de Florencia, subray¨® que la "posici¨®n com¨²n" va "m¨¢s all¨¢ de una mera directriz pol¨ªtica del Consejo Europeo", que re¨²ne a los jefes de Estado o de Gobierno de los Quince, y exige unos resultados evaluables al cabo de seis meses.
Otras fuentes diplom¨¢ticas consideraron que con la aprobaci¨®n del texto sin discusi¨®n, Madrid "ha tratado de evitar la reapertura del l¨ªtigio", y calmar un juego que amenazaba con envenenarse tras la retirada del pl¨¢cet al embajador Jos¨¦ Coderch, el pasado martes. Alcanzado el consenso hace una semana, todos, con su discreta ratificaci¨®n, templaron la crisis. Los m¨¢s cr¨ªticos hacia la propuesta inicial espa?ola, como B¨¦lgica, Suecia y Francia, porque hab¨ªan rebajado su dureza. La diplomacia espa?ola, porque lo que todo el mundo califica de "error" de Castro en el asunto Coderch, le ha permitido cerrar unas filas -que actuaban en orden muy disperso-, en torno al discurso de moderaci¨®n y prudencia subrayado por el ministro Abel Matutes, especialmente en la ¨²ltima fase del conflicto.
En efecto, el primer texto telegrafiado a los socios desde Madrid, el pasado d¨ªa 13, fue sucesivamente limado gracias a los expertos europeos del ministerio, a la presidencia irlandesa, y a la lluvia de enmiendas propuestas por los socios. Fue un proceso que desgarr¨® en silencio a la diplomacia espa?ola, que ocasion¨® un fuerte debate en la escena pol¨ªtica y que ha despertado en otros pa¨ªses el apetito de jugar un papel m¨¢s activo en los asuntos centroamericanos, en la medida en que Espa?a abandonase su tradicional papel de interlocutor privilegiado con la isla.
El proceso de sucesivas suavizaciones cambi¨® una orientaci¨®n fundamental del documento y suprimi¨® muchas medidas concretas. La modificaci¨®n sustancial la introdujo Espa?a el mismo d¨ªa 14 en Bruselas, que alert¨® de que el texto hab¨ªa incorporado una noci¨®n de "gradualisino". Y es que donde pr¨¢cticamente se ordenaba a Castro adoptar un bloque compacto de medidas como condici¨®n para aspirar a la cooperaci¨®n econ¨®mica con Europa, se indic¨® que la ayuda podr¨ªa prestarse "a medida" que avanzase el proceso de liberalizaci¨®n.
Del texto espa?ol se eliminaron los puntos m¨¢s calcados a la plataforma exigida por el enviado especial norteamericano, Stuart Eizenstadt, como la designaci¨®n de un diplom¨¢tico en cada embajada para los contactos con la oposici¨®n interna; el riguroso control de las ONG, a trav¨¦s de las que se vehicule la ayuda humanitaria, o el detalle muy espec¨ªfico de las reformas legales que se exig¨ªan imperativamente a Castro.
Por contra, el texto finalmente alumbrado pone en positivo las reivindicaciones de democratizaci¨®n que siempre ha defendido Europa ; considera un punto de partida el intento de apertura econ¨®mica iniciado; y muestra su disposici¨®n no s¨®lo a enviar ayuda humanitaria, sino tambi¨¦n apoyo financiero para las reformas.
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