Gore Vidal muestra su talento en un coloquio lleno de acidez

Habr¨ªa unas cien personas en el teatro del C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid, casi todos treinta?eros pero tambi¨¦n alguna pareja de m¨¢s edad, alg¨²n grupo de argentinos m¨¢s j¨®venes, varios franceses y muchos norteamericanos. Grande como un armario, con su chaqueta a cuadros azul y andando con el mundo en una mano y su amor propio en la otra subi¨® al estrado Gore Vidal, dispuesto, dijo, "a no infligir una lecci¨®n, sino a responder interminablemente a lo que ustedes me pregunten". Y respondi¨®, vaya si lo hizo. ?Kennedy?: "Ya le dije que era muy f¨¢cil que le dispararan. Tambi¨¦n le dije que yo siempre estaba a su lado y ¨¦l me dijo 'bueno, no ser¨¢ una gran p¨¦rdida'. Desde luego, finalmente lo fue para ¨¦l". ?Clinton?: "El presidente m¨¢s inteligente que he visto en toda mi vida. Lo ¨²nico que no sabe que el pa¨ªs est¨¢ gobernado por las corporaciones".

Por lo dem¨¢s, Gore Vidal declar¨® su amor por Italo Calvino, colg¨¢ndose la medalla de que fue ¨¦l el que lo introdujo al p¨²blico americano, expres¨® su esperanza en que el pr¨®ximo siglo sea dominado por religiones "menos asesinas que las que mandan hoy", propugn¨® la salida de Estados Unidos de la ONU y el desmantelamiento de la CIA, arremeti¨® contra la CNN, The New York Times y la "mafia de Batista que manda en Florida". No hubo. una sola disensi¨®n.