Mayor¨ªa de edad de un estilo

A veces, la evoluci¨®n de un estilo coreogr¨¢fico se a¨²na en paralelo a los esplendores de la t¨¦cnica. Es el desarrollo natural de una Escuela de Ballet (con may¨²sculas y en sentido est¨¦tico, se entiende). De una compa?¨ªa privada que tambi¨¦n ha cometido errores, con la pr¨¢ctica, los a?os, la voluntad y la fidelidad, est¨¢ surgiendo un trabajo serio y largo, paciente y verdadero, que tiene de hermoso el que sea algo de todos. Como ejercicio de cultura, Ullate ha sabido tirar de muchos bueyes diferentes y mover monta?as. Ahora mueve un cuerpo de baile esplendoroso, joven y vital, que es much¨ªsimo m¨¢s que una promesa en el horizonte. Dig¨¢moslo con alegr¨ªa: este es un verdadero ballet espa?ol que busca y rebusca una identidad, que sabe huir del localismo, que no desprecia las tradiciones y se inspira en esa mara?a de ra¨ªces diversas que forman el complej¨ªsimo ¨¢rbol del baile espa?ol.Esto es lo principal. Las consideraciones particulares de las coreograf¨ªas son otra cosa diferente y que tambi¨¦n merece su an¨¢lisis, pero hay un hecho incuestionable: cuando salen a escena esa veintena de fieras haciendo un tutti, un canon o lo que sea, llega la piel de gallina, la emoci¨®n y el bravo m¨¢s sincero: es el efecto del trabajo, de a entrega a la danza como un acto mayor que no puede estar basado solamente en el efecto, el lujo o la maquinaria sofisticada.

Cantera de estrellas

Es as¨ª que en estos a?os la cantea de la compa?¨ªa, que ahora se arropa con justicia bajo el ala del gobierno regional, ha generado bailarines de calidad, virtuosos e buen o¨ªdo que no son solamente carne de concurso. A¨²n muy j¨®venes, chicos y chicas demuestran un arrojo fuera de serie. Hay que mencionar que suman a lo art¨ªstico t¨¦cnicas precias y limpias que hacen las delicas del ballet¨®mano; es una compa?ia donde hacer giros m¨²ltiples y saltos retadores de la gravedad es el pan de cada d¨ªa, y donde todo eso se hace con naturalidad para buscar m¨¢s lejos s la parte mejor de la labor de Ullate- una uni¨®n firme y solada entre ese esplendor acad¨¦mico y la sangre, el calor de la tierra. La coreograf¨ªa de Van Hoecke se basa en el esplendor dada¨ªsta, con gracia y efectos que remiten a varios ballets de los locos a?os veinte (como Salade, Le ain bleu, Parade, entre otros) resultando din¨¢mico y entretenido, con un Eduardo Lao que se destapa como gran histri¨®n.

Las dos obras de Ullate tienen una misma teor¨ªa: su estilo de fusi¨®n de lo espa?ol con el ballet actual. Tras el espejo remite a armen Amaya, pero con sutiles efectos teatrales de hoy y una estudiada distancia -que no frialad- en las l¨ªneas que dibuja con soltura Rut Mir¨®; Jaleos pisa con m¨¢s garbo y firmeza en s huellas de Arrayan daraxa y explora insertarse en la corriente e la deconstrucci¨®n con una explosi¨®n de dificultades t¨¦cnicas que los bailarines se saltan con pujanza y br¨ªo, los que exige el core¨®grafo.

Ah¨ª est¨¢n brillando, como siempre, una Tamara Rojo impecable, Mar¨ªa Jim¨¦nez jugando con los equilibrios, Jes¨²s Pastor seduciendo desde sus extensiones... y a¨²n queda aliento para nuevas sorpresas, como los alevi-