La ¨²ltima firma
Estaba ya muy d¨¦bil, con los dedos transparentes, transl¨²cidos, como si esperara un soplo para irse, pero segu¨ªa activo, con ese humor ingl¨¦s que parec¨ªa prendido de la memoria de su infancia. Hab¨ªa sido siempre as¨ª: Donoso enfermaba gravemente y, de pronto, su amor a la vida le hac¨ªa regresar. Ahora parec¨ªa definitivo su ocaso, pero ¨¦l y los que le rode¨¢bamos aguard¨¢bamos otra vez el milagro. Segu¨ªa el humor. "?Estamos hablando de Armani?", dec¨ªa, fij¨¢ndose en la chaqueta de su vecino de mesa. Luego tocaba la prenda y exclamaba con aquel acento chileno que parec¨ªa anglosaj¨®n: "?Ah, no! Estamos hablando de los almacenes de la esquina". Iba todos los d¨ªas a la feria del libro de Santiago, hasta el ¨²ltimo d¨ªa de noviembre, a firmar sus libros. Lo hac¨ªa con letra temblorosa, escuetamente. "?Que por qu¨¦ escuetamente? El resto es el libro". Iba elegante, vestido con un hermoso chaleco amarillo y una camisa de rayas azules, el ¨²ltimo d¨ªa que le vimos; estaba rodeado de sus admiradores chilenos. Le gustaba jugar a imaginarse con las prendas de los que circulaban por aquel recinto, y con el bast¨®n repujado con que afirmaba su andar tan debilitado. Una chica inglesa se le acerc¨®. "?Por d¨®nde empiezo, maestro?" "Por donde sea, todo es m¨ªo". Pero luego recogi¨® de la mesa de firmas un libro enorme, el de sus novelas breves, con una frase de Marcelo Chiriboga, el escritor supuestamente ecuatoriano de ficci¨®n que inventaron Carlos Fuentes, Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez y ¨¦l. Los compa?eros del boom, los autores de la historia personal del boom. Dec¨ªa el inventado Chiriboga: "Para Jos¨¦ Donoso, el rostro es la m¨¢scara que oculta el vac¨ªo... que es tambi¨¦n una m¨¢scara" 'Almorzamos juntos luego al aire libre; le preocupaba la manera de hablar de los j¨®venes chilenos: "Espero que mi Natalia [su nieta] no hable como ellos jam¨¢s". Y hablaba tambi¨¦n de la quebrantada salud de su esposa, la escritora Pilar Donoso. Como si ¨¦l fuera a ser siempre el superviviente. Tocaba literatura con la vista con los sentidos. Has salido adelante tantas veces, le dijimos, cuando ya se iba apoyado en su bast¨®n inexcusable. "S¨ª, pero ya es tarde para tanto proyecto". Fue su ¨²ltima feria, y se despidi¨® de ella con la elegancia que ya tiene para siempre su firma.
Babelia
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