La otra cara
Soy abogado y les escribo en relaci¨®n a su art¨ªculo publicado en El Pa¨ªs Madrid, con fecha 17 de noviembre, relacionado con las denuncias realizadas hacia las asesor¨ªas ilegales de inmigrantes.Me parece muy oportuno denunciar estos hechos para que ayude a los inmigrantes a tomar conciencia de sus derechos y a perder el miedo. En este "mundillo" todos conocemos y sabemos que todo lo que se denuncia en dicho art¨ªculo existe.
Pero yo, como muchos otros profesionales, pertenezco a "la otra cara de la extranjer¨ªa". Yo tambi¨¦n trabajo en una asesor¨ªa del centro de Madrid, y tambi¨¦n nos anunciamos mediante carteles publicitarios; pero no somos de "¨¦sos" que enga?an al cliente y le sacan su dinero. Mis compa-?eros y yo hemos trabajado para ese tipo de gente, viendo c¨®mo se enga?aba a los extranjeros prometi¨¦ndoles su permiso en tres meses y solicit¨¢ndoles continuas exenciones de visado. Hartos de esta situaci¨®n, de ver c¨®mo estos se?ores que no son abogados se quedaban con el dinero de gente honrada y con nuestros honorarios (a todos se nos debe mucho dinero), decidimos arriesgarnos y montar nuestra propia asesor¨ªa.
Llevamos poco tiempo, pero estamos orgullosos de dar una informaci¨®n veraz, seria y detallada. El cliente sale del despacho sabiendo las posibilidades reales que tiene de legalizar su situaci¨®n y el tanto por ciento escaso de ¨¦xito (en la mayor¨ªa de los casos); el que se decide a encomendamos su futuro sabe que trabajamos duro, pero que nosotros no somos quienes damos los per-nisos; ellos saben que hay que intentarlo, pero tambi¨¦n saben que no hacemos milagros. No presentamos expedientes incompletos, ni solicitudes fuera de plazo, ni falsificamos o vendemos contratos de trabajo. Todo posible cliente que nos -solicita cualquier cosa ilegal es rechazado de plano.
Estas campa?as de denuncia que realizan los medios de comunicaci¨®n me parecen muy acertadas, pero perjudican a los que nos consideramos profesionales serios, pues crean recelos en el inmigrante, desconfianza y falta de respeto hacia nuestra profesi¨®n.
La extranjer¨ªa tiene otra cara oculta de la que no se habla: la. lucha constante contra la burocracia administrativa, la poca exactitud de las leyes y sus reglamentos, el maltrato que el extranjero recibe en ocasiones por parte de las autoridades, el recelo que muchos funcionarios manifiestan hacia los abogados (por culpa de "esos otros se?ores" nos consideran "sacacuartos sin escr¨²pulos" la falta de cobro de muchos de nuestros honorarios...-
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