Muere un polic¨ªa en un tiroteo con unos ladrones que robaron 85.000 pesetas

VIENE DE LA P?GINA 1Eran las 14.10 cuando los ladrones llegaron a la oficina de Correos de Pinz¨®n, en Carabanchel. Mientras uno de los delincuentes esperaba en la calle, los otros dos entraban en la sucursal por distintas puertas. Un delincuente, moreno, con bigote, armado y a cara descubierta, entr¨® por la puerta principal. En el umbral grit¨®: "Esto es un atraco".

Era el cuarto robo que se produc¨ªa en 20 a?os. En uno de ellos, hace cuatro a?os, los atracadores se llevaron 12 millones de pesetas. El de ayer fue m¨¢s rid¨ªculo: 85.000 pesetas. Y la vida de un polic¨ªa.

Nada m¨¢s entrar el primer asaltante, otro c¨®mplice, con peluca y gafas oscuras, utilizaba otra puerta lateral. Y amenazaba: "Si aprecian su vida, entren en ese cuarto". Esta frase bast¨® para que un delincuente reuniera a 30 empleados. El otro atracador, acompa?ado de un empleado, recog¨ªa el dinero de certificados. Tambi¨¦n se llevaron otras 100.000 pesetas, que perdieron durante la huida.

La pareja de asaltantes olvid¨® vigilar una salida lateral conocida como zona de muelle, por donde entran las cartas y los paquetes. Una de las funcionarias consigui¨® salir por esa entrada. "?Van armados, tienen pistolas!", alert¨® la mujer nada m¨¢s salir a la calle. Entr¨® en un bar y avis¨® al 091. A los seis minutos llegaba a la sucursal un coche patrulla.

Uno de los funcionarios amenazados por el rev¨®lver de uno de los atracadores, Juan Jes¨²s Montes, recordaba: "El polic¨ªa abri¨® la puerta y vio c¨®mo el atracador nos apuntaba". El agente le grit¨®: '?Alto, suelta el arma!", agreg¨® Montes. A continuaci¨®n, dispar¨® a los pies del asaltante, que devolvi¨® cuatro disparos.

Los m¨¦dicos del Samur certificaron la muerte del agente y trasladaron al empleado al hospital Doce de Octubre. Seg¨²n el parte m¨¦dico, el proyectil atraves¨®, sin gravedad alguna, la zona lumbar de Gregorio. A lo largo de la tarde, los testigos del crimen repasaron el archivo policial en busca de los asaltantes. "Entre seis libros no los he reconocido", indic¨® el empleado Juan Jes¨²s.