Un aviso para Europa
A corto plazo, la anunciada fusi¨®n de dos de los grandes constructores aeron¨¢uticos norteamericanos puede suponer un serio rev¨¦s y, al mismo tiempo, un gran acicate para el entramado europeo constituido en tomo a Airbus.Rev¨¦s, porque llega cuando el consorcio no se ha afianzado definitivamente, pese a sus ¨²ltimos ¨¦xitos, y por su previsible falta de capacidad financiera aut¨®noma. Acicate, pues obliga a una desaforada carrera por reducir el gap frente a la nueva empresa.
Con esta operaci¨®n, Estados Unidos confirma los estudios que sit¨²an entre 14.000 y 16.000 los aviones de transporte civil para los pr¨®ximos 12 a?os, cifras que representan el tama?o y densidad ideal para el reto que se ha puesto la nueva Boeing-McDonnell: "Hacerse con el mercado frente a posibles amenazas".
No obstante, esta fusi¨®n tambi¨¦n puede suponer un peque?o trauma para la nueva sociedad bic¨¦fala, pues muchas de sus grandes estructuras est¨¢n duplicadas, y supone, en principio, una readecuaci¨®n y redimensionamiento a lo largo de 2-3 a?os.
Pol¨ªticamente, la operaci¨®n supone un bal¨®n de ox¨ªgeno para McDonnell, que acaba de perder el contrato del milenio frente a la asociaci¨®n Boeing-Lockheed Martin al adjudic¨¢rsele el JSF (Joint Strike Fighter). No hay que olvidar que McDonnell ha sido una de los grandes apoyos de Clinton en su primera legislatura. El hecho de haber obtenido la segunda y la p¨¦rdida del JSF pueden haber conducido a cierta tutela y agradecimiento sobre uno de sus soportes financieros de campa?a.
Se dar¨ªa as¨ª una fuerte bipolarizaci¨®n en la gran industria aeron¨¢utica norteamericana: Boeing-McDonnell, para grandes transportes, y Lockheed Martin, para la aviaci¨®n de combate.
A corto plazo, esto puede su-, poner una ventaja para Airbus que pierde un competidor, pero a largo la reducci¨®n de costes de la empresa fusionada puede herir gravemente al consorcio europeo y fundamentalmente al socio franc¨¦s.
Esto debe obligar a una toma de conciencia de los gobiernos de los pa¨ªses involucrados en Airbus, pues el golpe se produce en un momento en que el crecimiento econ¨®mico de la vieja Europa est¨¢ por debajo del norteamericano. Golpe del que, por cierto se salva British Aerospace, que ya hace tiempo firm¨® con EE UU su colaboraci¨®n en el JSF, a pesar de su decidida "vocaci¨®n europea".
Supone por otra parte un golpe para el Airbus 3X, pues la fusi¨®n sienta las bases para que Boeing-McDonnell lleguen antes que nadie (probablemente con la anuencia de Mitsubishi) a la consecuci¨®n del avi¨®n de 800-1.000 plazas VLCT (Very Large Cargo Aircraft), sin la molesta presencia de los europeos.
En cualquier caso, la legislaci¨®n para la fusi¨®n norteamericana no deber¨¢ obviar los acuerdos del GATT, pues de lo contrario se puede generar una guerra comercial sin l¨ªmites, que a su vez derive en otro tipo de enfrentamientos de dif¨ªcil calificaci¨®n.
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