Los narcos sacan pecho
Los vecinos de Arousa temen que la rebaja de pena a Oubi?a de alas a los traficantes

"La gente de bien agacha la cabeza; ellos ya andan por ah¨ª hinchando pecho". El funcionario policial destinado en la comarca de Arousa (Pontevedra) ni siquiera muestra indignaci¨®n al rumiar la sentencia. En su discurso late m¨¢s bien el descreimiento madurado tras muchos a?os de investigaciones que tantas veces se han quedado en nada. Y la certeza de que a partir de ahora no le va a faltar trabajo. "Porque el mensaje es claro: merece la pena arriesgarse en el negocio ilegal en vez de vivir como todo el mundo, pas¨¢ndolas canutas para llegar a fin de mes", resume el polic¨ªa.La vieja liturgia volvi¨® a repetirse esta semana en las poblaciones de la r¨ªa de Arousa despu¨¦s de que el Tribunal Supremo decretase que legalmente Laureano Oubi?a es, como mucho, un defraudador fiscal. Las llamadas de los periodistas, las encuestas callejeras, los cotilleos, los calificativos m¨¢s altisonantes, las peticiones de endurecer la legislaci¨®n, los comentarios socarrones y esc¨¦pticos... todo con demasiado olor a rancio, a ya vivido y ya escuchado cientos de veces, conforme las espectaculares operaciones se han ido quedando en condenas leves, cuando no directamente irrisorias.
Por eso a Carmen Dur¨¢n, presidenta del grupo antidroga Desperta Cambados, la paraba la gente por la calle para decirle: ?Qu¨¦ valor y qu¨¦ paciencia ten¨¦is!".
Quien no se recat¨® en sacar pecho fue Laureano Oubi?a, aunque ¨¦l asegure que no tiene nada de que alegrarse. S¨®lo unas horas despu¨¦s de que el Supremo le absolviese el pasado lunes del delito de blanqueo de dinero -receptaci¨®n es la f¨®rmula jur¨ªdica-, se present¨® por la noche junto al abogado Francisco Velasco en la marisquer¨ªa m¨¢s famosa de Vilagarc¨ªa, la misma que frecuenta Julio Iglesias, amigo ¨ªntimo del restaurador.
Los empleados dicen que no se les vieron grandes alardes, aunque ambos prefiriesen sentarse en una mesa junto a la entrada en vez de pedir un reservado. "Fue una cena baratisima , asegura la propietaria del establecimiento. El men¨², en todo caso, no desmereci¨® la celebraci¨®n: media docena de ostras, doscientos gramos de camarones, una raci¨®n de almejas y chulet¨®n.
El defraudador fiscal se ha pasado casi toda la semana en Madrid preparando otra ofensiva con sus asesores legales. Oubi?a, que recientemente ha cambiado de abogados porque desea a alguien que se dedique a su caso en cuerpo y alma, no est¨¢ satisfecho todav¨ªa y quiere llegar al Tribunal Constitucional para anular la condena por delito a la Hacienda P¨²blica, lo que le permitir¨ªa quedar m¨¢s inmaculado que una monja mercedaria. Acaso a la pr¨®xima mariscada p¨²blica acuda ya del brazo de su esposa, la aguerrida Esther Lago, puesto que la sentencia del Supremo abre la puerta a su inminente excarcelaci¨®n.
Tampoco es descartable un forcejeo ante los tribunales por el control de los vi?edos y la suntuosa torre del pazo Bai¨®n, bajo administraci¨®n judicial -Oubi?a dice que no es de ¨¦l sino de una empresa llamada Comercial Oula-. De momento, el ¨²nico nubarr¨®n en su espl¨¦ndido horizonte es otro sumario abierto contra ¨¦l en la Audiencia Nacional por alzamiento de bienes.
En el a?o y medio que lleva en libertad, Oubi?a ya ha ejercido de probo ciudadano: vive en una casa de aspecto nada suntuoso en un barrio rural de Vilagarc¨ªa, conduce un todoterreno en el que cada ma?ana sol¨ªa llevar a sus dos hijas al colegio y se la ha visto trabajando con un primo en un negocio de venta de drogas tan perfectamente legales como el vino y el aguardiente.
No es la puesta en libertad de los procesados por narcotr¨¢fico lo que m¨¢s irrita a buena parte de los vecinos de Arousa. Lo que les calienta la sangre es constatar c¨®mo muchos de ellos siguen disfrutando de sus mansiones con almenas de imitaci¨®n medieval, de sus brillantes coches de importaci¨®n y de su prepotencia sin l¨ªmite. "Desde la Operaci¨®n N¨¦cora", comenta Carmen Dur¨¢n, "se hab¨ªan vuelto m¨¢s discretos. A partir de ahora es muy probable que salgan del gueto y que se dediquen otra vez a ostentar en p¨²blico". "Pero nosotros no vamos a bajar la guardia", promete con energ¨ªa, "hay que seguir, seguir y seguir".
Sito V¨¢zquez, ex-alcalde socialista de Vilanova de Arousa y el primer pol¨ªtico que se enfrent¨® a cara descubierta a los clanes del tabaco y la droga, tambi¨¦n se confiesa "un descre¨ªdo". "Lo peor de todo esto", se?ala, "es que la gente acabe pensando que hay personajes intocables. Muchos que hace cuatro a?os ya se atrev¨ªan a hablar en p¨²blico ahora vuelven a esconderse. Ver, callar y pasar...". V¨¢zquez lleva tres lustros sosteniendo, como predicador en el desierto, que la pura represi¨®n policial nunca solucionar¨¢ el problema y que la ¨²nica alternativa es legalizar la droga. "En privado, muchos pol¨ªticos me dan la raz¨®n", revela V¨¢zquez, "pero luego son incapaces de decirlo en p¨²blico porque eso resta votos. Las operaciones espectaculares no son al final m¨¢s que pura propaganda de los gobiernos, de alg¨²n juez o de la misma polic¨ªa".
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