Ning¨²n "papel del Cesid" menciona los GAL
Los documentos figuran en el auto con el que Garz¨®n pidi¨® al Gobierno la desclasificaci¨®n
No todos los papeles del Cesid sobre los GAL son papeles. Algunos son sellos o grabaciones. Muchos no pertenecen al servicio secreto o, al menos, as¨ª lo sostiene, el Cesid. Y ninguno menciona expresamente a los GAL. Quienes esperasen encontrar la prueba definitiva sobre el origen de la guerra sucia contra ETA quedar¨¢n decepcionados. Los documentos sobre cuya desclasificaci¨®n debe decidir el Supremo son, en realidad, transcripciones de transcripciones, copias de autenticidad dudosa, fragmentos seleccionados por un ant¨®logo desconocido cuya intencionalidad se ignora.
Los papeles del Cesid, que El Mundo empez¨® a publicar ayer -como fruto de una "investigaci¨®n period¨ªstica, desarrollada durante m¨¢s de un a?o"- son, aunque con la numeraci¨®n cambiada, los mismos fragmentos de supuestos documentos secretos que el juez Baltasar Garz¨®n transcribi¨® textualmente en el, auto que el pasado 16 de mayo elev¨® al Gobierno pidiendo que los desclasificara. EL PA?S publica hoy en su integridad dicho auto, as¨ª como las solicitudes que, por las mismas fechas, presentaron el magistrado Javier G¨®mez de Lia?o instructor del caso Lasa y Zabala, y el juez de San Sebasti¨¢n Justo Rodr¨ªguez, que investiga la muerte de la etarra Luc¨ªa Urigoitia. Los jueces conocen, por tanto, los documentos cuya desclasificaci¨®n reclaman. No piden que se les entreguen, sino que el Gobierno los autentifique. Las transcripciones contenidas en el auto de Garz¨®n se basan, a su vez, en otras transcripciones: las del relato novelado que el juez incaut¨® el pasado 8 de febrero en la celda de Perote de la prisi¨®n militar de Alcal¨¢ de Henares (Madrid). Los documentos que han llegado ahora a la opini¨®n p¨²blica, y tambi¨¦n a la Sala Tercera del Tribunal Supremo, que debe decidir en breve sobre su desclasificaci¨®n, son en consecuencia copias de copias.
Documentos fragmentados
Algunas de ellas, han sido incluso fragmentadas. Por ejemplo, el informe del 19 d¨¦ diciembre de 1984 sobre actividades desarrolladas por el Cesid en el sur de Francia lo presenta Garz¨®n como dos papeles distintos numerados en el auto como 5e) y 18q), pero no se sabe si esas dos partes completan el documento original o si falta alg¨²n p¨¢rrafo que ser¨ªa preciso conocer para interpretar el conjunto Otros documentos, como el que Garz¨®n incluye con la referencia 14n), se presentan con puntos suspensivos, lo que lleva razonablemente a pensar que faltan frases, y no se aclara si el juez las conoce, y las omite deliberadamente, o si recibi¨® ¨¦l mismo una versi¨®n incompleta Para comprobarlo, ser¨ªa. preciso disponer de los originales, que Perote orden¨® destruir antes de abandonar el Cesid, en noviembre de 1991. Las microfichas en que se conservan estuvieron en su poder durante dos meses y pudo manipularlas. En algunos casos, de los m¨¢s relevantes, como las grabaciones de las conversaciones entre el teniente Pedro G¨®mez Nieto y el general Rodr¨ªguez Galindo o el coronel Perote, o el tamp¨®n de los GAL, ni siquiera consta que los originales hayan existido nunca, seg¨²n el Gobierno. La mayor¨ªa de los papeles tienen una caracter¨ªstica com¨²n: fueron redactados por Perote. Se trata, casi siempre, de "notas de despacho" o "notas de tr¨¢mite interno" dirigidas por el JAOME (Jefe de la Agrupaci¨®n Operativa de- Misiones Especiales), es decir por Perote, al entonces director general del Cesid, Emilio Alonso Manglano. Los hechos m¨¢s graves en ellos descritos no se refieren a sucesos que ya se han producido en el momento de redactarlos, sino que van a producirse. As¨ª sucede con el inicio de las acciones violentas en el sur de Francia, del que se avisa en septiembre de 1983. Tambi¨¦n ocurre con los documentos que dise?an estrategias de futuro como "la desaparici¨®n por secuestro.", recomendada en la llamada acta fundacional de los GAL de julio de 1983, o las operaciones de fuerza contra los Comandos Aut¨®nomos y la "acci¨®n f¨ªsica sobre un objetivo a designar". Todo ello se aconseja en la "hoja de despacho" de 25 de abril de 1984, con referencia 15?) en el auto de Garz¨®n, y en el informe sobr¨¦ actividades en el sur de Francia de 19 de diciembre de 1984, numerado por el juez como 18q). Ya que la guerra sucia contra ETA es una verdad hist¨®rica incuestionable cabe preguntarse por qu¨¦ no se informa en ning¨²n documento de atentados ya cometidos.El auto relaciona continuamente unos documentos con otros, de forma que se apoyen entre s¨ª y que todos juntos adquieran una solidez y contundencia que cada uno aisladamente no tiene. Algunos de los papeles son intrascendentes, como los tres primeros, numerados como 1a), 2b) y 3c).
El papel de G¨®mez Nieto
En el primero (8-2-83) se describe la baja en el Cesid, con motivo de su ascenso, de los sargentos Felipe Bayo Leal y Pedro G¨®mez, Nieto; en el segundo, se cita un acuerdo con el director general de la Guardia Civil para que dos sargentos -cuyas identidades no se dan, pero que Garz¨®n supone son los citados- contin¨²en desempe?ando las mismas misiones pese a haber dejado el servicio secreto (14-9-83); y el tercero es un informe de Perote sobre -G¨®mez Nieto en el que, tras relatar su paso por Intxaurrondo desde abril de 1983 a mayo de 1984, dice que "de otras actividades que haya podido realizar no hay documentaci¨®n alguna, ni testigos civiles ni militares que no fueran los propios ejecutantes (siempre guardias civiles)" (11-9-86). M¨¢s all¨¢ de los pensamientos que a cada uno pueda inspirar una frase tan ambigua como la anterior, el verdadero inter¨¦s de estos tres papeles es la relaci¨®n que Garz¨®n establece entre ellos y la "nota de despacho" de 28 de septiembre de 1983, numerada como 8h). Es quiz¨¢ el documento m¨¢s controvertido de todos, por el momento en que est¨¢ redactado, un mes antes de que, con la desaparici¨®n de Lasa y Zabala y el secuestro frustrado de Jos¨¦ Mar¨ªa Larretxea, haga su aparici¨®n la guerra sucia. "De fuente totalmente segura se sabe que est¨¢n previstas acciones violentas en el Sur de Francia en fechas inmediatas. Estas acciones se llevar¨¢n a cabo por miembros de la Guardia Civil, que actuar¨ªan respaldados por la Comandancia de San Sebastian", afirma la nota. ?Qui¨¦n es la "fuente totalmente segura" que ha informado a Perote? Aqu¨ª es donde encaja G¨®mez Nieto. "La fuente totalmente segura que se cita es presuntamente Pedro G¨®mez Nieto, imputado en esta causa", afirma el juez Garz¨®n. Las "notas de despacho" no son suficientes para realizar la anterior afirmaci¨®n, por lo que el auto incluye, con la referencia 9i,) la transcripci¨®n de "conversaciones entre el sargento G¨®mez Nieto y el comandante Rodr¨ªguez Galindo de la Comandancia de San Sebasti¨¢n grabadas por el primero y entregadas al jefe de la Agrupaci¨®n Operativa Sr. Perote y por tanto en el Cesid". Se trata de tres conversaciones que se produjeron supuestamente los d¨ªas 26, 29 y 30 de septiembre, en las que Galindo instru¨ªa a G¨®mez Nieto sobre la forma de "golpear" a los etarras en el sur de Francia. Si las transcripciones fueran aut¨¦nticas, se entender¨ªa que el 28 de septiembre Perote pudiera informar del inminente inicio de acciones violentas por parte de guardias de Intxaurrondo. Por eso, Garz¨®n considera en su auto que los documentos, "al parecer manuscritos por Pedro G¨®mez Nieto, son esenciales [para la investigaci¨®n], as¨ª como las cintas Miagnetof¨®nicas grabadas que contienen las conversaciones". Sin embargo, el Gobierno asegur¨® el 2 de agosto que en los archivos del Cesid no est¨¢n ni las cintas ni las transcripciones, ni tampoco consta que hayan estado nunca, lo que dej¨® sin valor toda la parte del sumario referida a G¨®mez Nieto, que se apoyaba sobre la misteriosa grabaci¨®n.
"Caso Lasa y Zabala"
Lo mismo le sucedi¨® al juez Javier G¨®mez de Lia?o, instructor del caso Lasa y Zabala. Aunque el pasado 20 de mayo reclam¨® al Gobierno la desclasificaci¨®n de tres documentos, dos de ellos coincid¨ªan con los pedidos por Garz¨®n y s¨®lo uno -numerado con el 3 en el auto judicial- era realmente nuevo. Se trata de la transcripci¨®n de un supuesto di¨¢logo entre Perote y G¨®mez Nieto, en el que el segundo describ¨ªa la forma en que fueron asesinados los dos etarras. Es un testimonio escalofriante, el m¨¢s sobrecogedor de todos los que se incluyen entre los papeles del Cesid, cuya sola lectura produce na¨²seas. Sin embargo, no es un papel del Cesid, ni siquiera un papel de Perote como son las notas o las hojas de despacho. No existe, como en el caso de la conversaci¨®n con Galindo, un manuscrito que sirva como base a una posible prueba caligr¨¢fica. Ni siquiera se indica en el texto en qu¨¦ fecha tuvo lugar la supuesta conversaci¨®n. Quiz¨¢ por ello, Lia?o incluye un cauto "al parecer" antes de transcribir la supuesta conversaci¨®n y, tal vez por eso, acab¨® poniendo en libertad a G¨®mez Nieto, despu¨¦s de que el Gobierno negase tener en su poder una grabaci¨®n de ese tipo y de que el afectado pasase tres meses en la c¨¢rcel. Adem¨¢s de las controvertidas grabaciones, los llamados papeles del Cesid incluyen, pese a su nombre, un tamp¨®n, al que el auto judicial se refiere en los apartados 121) y l3m). Es el ¨²nico objeto del servicio secreto Pasa a la p¨¢gina siguiente Viene de la p¨¢gina anterior en el que se aludir¨ªa a los GAL. Seg¨²n la solicitud de Garz¨®n, basada en el relato incautado a Perote, deber¨ªan conservarse un papel con la expresi¨®n manuscrita "Grupos Armados de Liberaci¨®n", los fotolitos que se utilizaron para la elaboraci¨®n del sello, el propio tamp¨®n original y la copia de un folio en el que supuestamente fue probado tras su elaboraci¨®n. Estos materiales, que habr¨ªan sido elaborados por Rivera, Martin e Indalecio, agentes destinados en el Grupo de Apoyo T¨¦cnico, seg¨²n la referencia 13m del auto judicial -que corresponde a una frase del propio Garz¨®n, y no a un documento del Cesid-, demostrar¨ªan la relaci¨®n entre los estudios te¨®ricos del servicio secreto y atentados de los GAL. El Gobierno sostiene, sin embargo, que ni el sello est¨¢ en el servicio secreto ni hay rastro de que haya estado nunca. La respuesta abre una puerta al magistrado, para quien, si las grabaciones y el tamp¨®n no existen, tampoco son secretos y, por tanto, no hace falta desclasificarlos. Es necesario, tan s¨®lo, que existan. Y que alguien los aporte. Algo parecido sucede con la relaci¨®n de armamento sin legalizar a la que se alude en el apartado 10j). En la lista de armas que el 20 de abril de 1983 se encontraban en la Agrupaci¨®n Operativa del Cesid figura un rifle con mira telesc¨®pica de calibre 22, como el que supuestamente se emple¨® en el asesinato de Eugenio Salazar, Tigre, que ya no aparece en posteriores revistas de armas del Cesid y sobre cuyo paradero se ha esceculado en el ¨²ltimo a?o y medio. Tambi¨¦n Figura en la misma relaci¨®n diverso armamento que supuestamente fue entregado al Ministerio del Interior para la comisi¨®n de un atentado que no se lleg¨® a efectuar. La siguiente nota, la 11 k), de 23 de mayo de 1984, sugiere la posibilidad de comprar armas "limpias" en ?frica del Sur 11 ante la petici¨®n formulada por el director general de la Seguridad del Estado", que entonces era Juli¨¢n San Crist¨®bal.
Justificaci¨®n de Garz¨®n
La transcripci¨®n de los documentos secretos en el auto judicial, en el que se bas¨® ayer El Mundo para iniciar su publicaci¨®n -como prueba el hecho de que fragmentase el papel del 12 de diciembre de 1984 de la misma forma que lo hace Garz¨®n- la justificaba el magistrado apelando a la necesidad de argumentar mejor su Solicitud de desclasifIcaci¨®n. "Para garantizar estos derechos [a la vida o la libertad] y a la vez hacerlo en forma compatible con la Seguridad del Estado, nada mejor que la petici¨®n se apoye no s¨®lo en razonamientos jur¨ªdicos, sino tambi¨¦n en la reproducci¨®n literal de los documentos cuya desclasificaci¨®n se pide". As¨ª, a?ade el juez, "quedar¨¢ constatado que no se pretende perturbar el funcionamiento de determinados organismos sensibles para la Seguridad del Estado". La misma doctrina aplicaron los jueces G¨®mez de Lia?o y Justo Rodr¨ªguez, que transcribieron en sus autos los papeles que les facilit¨® Garz¨®n.
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