Se detiene en Par¨ªs el coraz¨®n del cine italiano
Marcello Mastroianni falleci¨® ayer, a los 72 a?os, v¨ªctima de un c¨¢ncer de p¨¢ncreas
Enfermo desde hac¨ªa varios a?os, v¨ªctima estos ¨²ltimos meses de un c¨¢ncer de p¨¢ncreas, Marcello Mastrolanni muri¨® ayer en Par¨ªs, a los 72 a?os, en un quinto piso del n¨²mero 91 de la Rue de Seine. Catherine Deneuve, antigua compa?era sentimental del actor, la hija de ambos -Chiara-, la hija que hab¨ªa tenido de su matrimonio -B¨¢rbara- y un amigo com¨²n a todos -el actor Michel Piecoli- se reunieron en el domicilio de Anna MariaTat¨®, directora de cine y mujer con la que conviv¨ªa el protagonista de La dolce vita. Ellos fueron quienes permanecieron junto al lecho del agonizante hasta que expir¨®, de madrugada. A media ma?ana, la secretaria de Catherine Deneuve hizo p¨²blica la noticia. Dino Risi, que dirigi¨® a Mastroianni en esas comedias por las que el actor transit¨® con tanta elegancia, resumi¨® en una frase su emoci¨®n: "Es el coraz¨®n del cine italiano el que hoy se ha parado".
Romano de origen -hab¨ªa nacido en 1924 en Fontana Liri, cerca de la capital italiana-, Marcello Mastroianni llevaba a?os afincado en Francia, tanto por razones sentimentales como por razones profesionales, pues Par¨ªs es la indudable capital cinematogr¨¢fica de Europa. El ministro de Cultura franc¨¦s, Philippe Douste Blazy, quiso resumir as¨ª esta adopci¨®n geogr¨¢fico-art¨ªstica del actor: "Hoy toda la cultura francesa rinde homenaje a este excepcional representante de la cultura europea". Para Mastroianni, acostumbrado a los mayores ¨¦xitos y reconocimientos pero tambi¨¦n al fracaso y el vac¨ªo, hacer cine era algo que se explicaba sin palabras altisonantes: "Rodar pel¨ªculas es como ir a jugar al billar con los amigos. No puedes faltar porque te esperan, pero en realidad s¨®lo vas por ellos".Esa naturalidad en el trabajo fue evocada ayer por Dino Risi, para quien "el p¨²blico comprend¨ªa que amaba la vida, y ¨¦sa era la gran calidad de Marcello"; y tambi¨¦n por Mario Monicelli, que dijo admirar en ¨¦l "ese talento para trabajar sin que pareciese hacerlo". Marco Ferreri, que le dirigi¨® en varias ocasiones, proponi¨¦ndole desde, la participaci¨®n en la provocadora La gran comilona hasta convertirle en general Custer en Touche pas la Jemme bla¨²che, al salir del apartamento de la Rue de Seine s¨®lo pudo decir: "Marcello no ha muerto".
El actor, pocos meses antes, ya muy enfermo pero embarcado a¨²n en varios proyectos, dijo: "Hago todo lo que puedo por seguir viviendo, incluso estoy dispuesto a sentarme en una silla de ruedas. Eso s¨ª, contin¨²o fumando mis tres paquetes de cigarrillos cada d¨ªa".
La magia del personaje
Ra¨²l Ruiz, cineasta chileno franc¨¦s que le dirigi¨® el a?o pasado junto a Marisa Paredes y su hija Chiara Mastroianni en Trois vies, une seule mort, pre sentada en el ¨²ltimo Festival de Cannes, reflejaba a la perfecci¨®n en su filme la magia del personaje, su saber estar presente sin reclamar que todos los focos fuesen para ¨¦l, esa extra?a virtud de saber mirar la propia vida desde el desdoblamiento que permite el sentido del humor. "Primero s¨®lo me propon¨ªan papeles de taxista. Despu¨¦s de, Otto e mezzo (Fellini ocho y medio) me convert¨ª en un actor para intelectuales", bromeaba ¨¦l.Todos quienes evocan la figura del int¨¦rprete fallecido, incluidos los del sector "Cuando Mastroianni me conoci¨®", pusieron de relieve la importancia del encuentro del actor con Federico Fellini. "Cuando el el cineasta buscaba una cara para La dolce vita los productores le propon¨ªan a Paul,Newman", rememoraba Toscan du Plantier, productor ¨¦l a su vez. "Luego, pensar en Marcello ha sido pensar en Federico, y viceversa. Ellos eran el puente m¨¢gico que nos un¨ªa con Italia, ellos hicieron el mejor cine que ha conocido Europa en estos ¨²ltimos cincuenta a?os y ellos participaron en el movimiento est¨¦tico m¨¢s rico de esa ¨¦poca, el neorrealismo".
Despu¨¦s de intervenir en m¨¢s de 150 filmes, algunos de ellos tan memorables como Rufuf¨², La notte, Divorcio a la italiana, Un, deux, trois, soleil u Ojos negros, Marcello Mastroianni segu¨ªa siendo a los ojos del mundo la encarnaci¨®n del latin-lover y el doble de Fellini. En su d¨ªa, el director lo explicaba as¨ª: "Marcello es el italiano simp¨¢tico en el que proyectamos lo que hay de mejor en nosotros y al que se lo perdonamos todo, porque sus defectos son los nuestros".
Casado desde 1948 con Flora Casabella, con la que tuvo una hija -B¨¢rbara-, Marcello Mastroianni era "fiel a mi manera". Cuando iba a Roma se alojaba en casa de su esposa, de la que nunca hab¨ªa querido divorciarse, para irritaci¨®n, por ejemplo, de Faye Dunaway. Ahora cuando se ha tratado de decidir c¨®mo organizar su marcha de esta vida, Mastroianni volvi¨® a manifestar esa fidelidad: hoy, en la iglesia de Sant Sulpice, pr¨®xima a su domicilio parisiense, su cuerpo ser¨¢ bendecido en una ceremonia pensada por Catherine Deneuve, y luego el cuerpo ser¨¢ trasladado a Italia para ser enterrado en su Latium natal.
Babelia
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