Cosa de hombres

Afortunadamente, muchos de los lectores j¨®venes de EL PA?S o se han visto obligados a ver por la televisi¨®n o a o¨ªr por la radio un anuncio publicitario de una conocida marca de co?¨¢, en el que se predicaba del mismo, como uno de sus grandes atractivos,. que era "cosa de hombres". Los lectores que eran adultos en el momento de la transici¨®n, seguro que no lo han olvidado.Las referencias de esta naturaleza han ido desapareciendo progresivamente de la superficie de la sociedad espa?ola a medida que ha ido avanzando su proceso de democratizaci¨®n. El principio de igualdad y la democracia no han dejado de ir nunca juntos. Y no hay manifestaci¨®n m¨¢s clara e inequ¨ªvoca de avance de dicho principio y de imposici¨®n real y efectiva de la democracia que la superaci¨®n progresiva de la discriminaci¨®n por raz¨®n de sexo. No es la ¨²nica discriminaci¨®n, pero s¨ª la m¨¢s importante.

Aunque queda todav¨ªa mucho camino por recorrer, el avance que se ha producido en la sociedad espa?ola en este terreno en los ¨²ltimos 20 a?os ha sido enorme. Parec¨ªa incluso que, aunque hubiera resistencias de tipo pr¨¢ctico en el reconocimiento de la igualdad entre los ciudadanos de distinto sexo, nadie se atrev¨ªa a poner en duda dicha igualdad desde una perspectiva te¨®rica. ?sta era, justamente, una de las se?ales del mencionado avance. Se pensara lo que se pensara y se dijera lo que se dijera en privado, en p¨²blico nadie se atrev¨ªa a poner en cuesti¨®n dicha igualdad.

Eso, por lo visto, era en el pasado, pero no en el presente, como se ha encargado de recordarnos el portavoz del Gobierno, Miguel ?ngel Rodr¨ªguez, quien no ha tenido mejor ocurrencia para celebrar el decimoctavo aniversario de la Constituci¨®n que afirmar que si fuera ni?a se vestir¨ªa de largo y que si fuera var¨®n ir¨ªa a votar.

Al d¨ªa siguiente de que Rodr¨ªguez pronunciara esas palabras tuve oportunidad de comentarlas en el programa de fin de semana de Fernando Delgado en la SER, al. que fui invitado para hablar precisamente de la Constituci¨®n. Con lo que dije en dicho programa hab¨ªa dado por zanjado el tema y no ten¨ªa pensado volver sobre ellas.

Pero, tras lo ocurrido ayer en el Congreso de los Diputados, hay que volver. Que un portavoz del Gobierno con categor¨ªa de secretario de Estado diga lo que dijo Miguel ?ngel Rodr¨ªguez y no sea destituido inmediatamente es algo, que no tiene precedente en ning¨²n pa¨ªs civilizado. Pero que unas declaraciones como ¨¦sas sean confirmadas y amplificadas por el vicepresidente primero del Gobierno en el pleno del Congreso de los Diputados, es algo literalmente inconcebible e inaceptable.

No s¨®lo las palabras que pronunci¨® sino la chuler¨ªa con que se comport¨® en el debate resultaron repulsivas. El v¨ªdeo de la sesi¨®n deber¨ªa ser proyectado en todas las escuelas e institutos del pa¨ªs, como ejemplo gr¨¢fico de lo que no es tolerable en un poder p¨²blico, que est¨¢ mucho m¨¢s vinculado por el sistema de valores que sirven de fundamento a la Constituci¨®n y, por tanto, a nuestro sistema, de convivencia, de lo que lo est¨¢n los ciudadanos privados.

Hace meses record¨¦, en este mismo espacio, un azulejo de un banco del parque de Mar¨ªa Luisa en Sevilla con la siguiente leyenda: "Dice san Gin¨¦s que el que tiene cara de bestia lo es". Ayer no pude evitar volver a acordarme de la tesis de san Gin¨¦s. Aunque creo que habr¨ªa que completarla: el que pone cara de chulo, tambi¨¦n.