Atl¨¦tico encharcado

Los charcos, enemigos de la t¨¦cnica; el barro, del ritmo; y el agua, de la fluidez. Los charcos, el agua y el barro se aliaron ayer en M¨®stoles contra el f¨²tbol y propiciaron la paradoja de que en un partido en que los jugadores acabaron exhaustos, no se pudo ver apenas f¨²tbol.El Salamanca salt¨® al terreno de juego con el eco de una m¨¢quina registradora en el cerebro: la victoria val¨ªa cinco millones de prima. El Atl¨¦tico, por su parte, sal¨ªa al campo con el acicate del v¨¦rtigo: si mira hacia abajo, s¨®lo ve al ?cija y m¨¢s all¨¢, el abismo.El conjunto que entrena Goikoetxea sali¨® inquieto, correoso. En esos primeros minutos, el campo a¨²n permit¨ªa la circulaci¨®n del bal¨®n, hab¨ªa que aprovechar. Entre tanto juego atropellado, dos lances salvaron el choque. El primero dej¨® patente la calidad de Desio, el jugador argentino que ayer se estrenaba en el Salamanca. Ante un env¨ªo de Sito a la frontal Desio dejaba pasar el bal¨®n entre sus piernas y abr¨ªa el hueco que necesitaba Pauleta para cruzar y marcar.

La respuesta del Atl¨¦tico no fue menos talentosa. Pase al hueco inventado por Ezquerro -ayer, improvisado delantero- y detalle exquisito de Chema: sin dejar que el bal¨®n llegue al c¨¦ped, empalma a bote pronto -la recuperaci¨®n de Cherna como hombre de ataque es una de las buenas noticas que ha tra¨ªdo el once de Diarte-. El estado del campo no dio para m¨¢s. Un remate de cabeza de Desio, al palo, y una ocasi¨®n de Agostinho, a los postres, emergieron como ¨²nicos detalles en un mar de charcos.