'As time goes by`

"Mam¨¢, ya soy mayor", exclama un envejecido Robin Williams al .final de la tierna, inteligente y autorreflexiva Jack, decididamente mucho m¨¢s interesante, comedida. y de mayor enjundia art¨ªstica de lo que una informaci¨®n sesgada sobre ella podr¨ªa haber sugerido , sobre todo tras la retirada del filme, por decisi¨®n del propio cineasta, en la pasada edici¨®n del Festival de Venecia. "Mam¨¢, ya soy mayor, tan mayor que tengo hasta nietos", podr¨ªa decir Coppola, adolescente perpetuo en su. b¨²squeda de una v¨ªa personal para la realizaci¨®n de sus desmedidas, impresionantes, a menudo geniales pel¨ªculas. Y en el fondo, tendr¨ªa raz¨®n: el tiempo pasa veloz y la reflexi¨®n vale lo mismo para su nieta peque?a, a quien est¨¢ dedicado el filme, que para ¨¦l mismo.Jack es uno de esos argumentos que tanto gustan al cine americano, la posibilidad de construir un discurso sobre la diferencia que, desde El muchacho de los cabellos verdes, de Losey, has ta hoy mismo ha reivindicado el derecho a no ser como los otros y, sobre todo, que los otros acepten al, diferente como uno m¨¢s. De eso habla el filme: de un ni?o que crece desmedidamente de prisa, cuatro veces m¨¢s r¨¢pido de lo normal, de manera que cuan do sus padres acepten finalmente enviarlo al colegio quien pisa las aulas es - un Robin Williams de 40 a?os f¨ªsicos y 10 mentales, no el ni?o que corresponder¨ªa por su edad legal.

El filme podr¨ªa haber desbarrado hacia los peores lugares comunes de este tipo de productos, los malentendidos cronol¨®gicos a cuya explotaci¨®n, se lanzar¨ªan con fruici¨®n cineastas como Chris Columbus o Penny Marshall, por poner dos ejemplos, pero que Coppola esquiva casi con pudor. No hay un solo gag estirado m¨¢s all¨¢ de lo estrictamente funcional, ni situaci¨®n que se aleje de lo razonable a las reglas del ?uego.

Es decir, que Coppola sabe que est¨¢ bien construyendo una pel¨ªcula para ni?os y con ni?os, pero afortunadamente no cae en el absurdo, desgraciadamente la regla de oro en estos casos, de considerar que los ni?os que vean la pel¨ªcula deban ser simplemente menospreciados en sus capacidades intelectuales. Una puesta en escena que abunda en detalles de ingenio, reforzados por un gui¨®n que convoca con inteligencia la met¨¢fora de la mariposa para resaltar la fragilidad de la existencia, o algunos momentos del autodescubrimiento de la propia vejez del personaje, conmovedoramente tristes, nos ponen frente a la pista, esencial en todo el cine de Coppola, de la conveniencia de mirar detr¨¢s de las apariencias, de no conformarnos con la primera impresi¨®n.

Jack no es una simple pel¨ªcula para ni?os. Su capacidad de hacer reflexionar, la sutileza de su puesta en escena, el impecable trabajo para controlar a un Robin Williams que jam¨¢s ha estado tan bien como aqu¨ª nos recuerdan que, al fin y al cabo, el talento es un misterio, y Coppola, aun sabiendo que est¨¢ ante un producto de ¨¦sos que por conveniencia llamamos "menores", sabe dar una aut¨¦ntica lecci¨®n de humildad, sabidur¨ªa y, en definitiva, clase.