Los enemigos de la paz pierden la batalla
El ambiente que se respiraba ayer en la capital guatemalteca hac¨ªa que la guerra civil pareciera una pesadilla del pasado. El ruido de los petardos, las ceremonias festivas, los cartelones de la guerrilla -"A luchar por la democracia"- que nadie ha arrancado y los sones de las marimbas, alejaban a¨²n m¨¢s el horror de una largo conflicto no por oculto menos atroz.Los siniestros abanderados de la muerte y el rencor que amenazaban los esfuerzos pacificadores parecen haberse escondido en sus guaridas. El proceso de reconciliaci¨®n reci¨¦n culminado los ha ido marginando de la historia de? pa¨ªs. Atr¨¢s quedan las denuncias penales interpuestas por la C¨¢mara Nacional del Agro (Conagro, que re¨²ne a los grandes terratenientes de Guatemala, entre ellos varios generales de la vieja guardia) contra la anterior comisi¨®n gubernamental en las negociaciones de paz. Atr¨¢s quedan tambi¨¦n las maniobras del Frente Republicano Guatemalteco, la segunda fuerza del pa¨ªs que lidera el militar golpista Efra¨ªn R¨ªos Montt, para torpedear en el Congreso los avances en el di¨¢logo. Atr¨¢s quedan los rumores de asonada militar.
El Ej¨¦rcito se ha renovado y eso da confianza a la URNG, como han reconocido varios de sus mandos. El ministro de Defensa, Julio Balconi, encabeza a un grupo de militares progresistas que han tomado las riendas de las Fuerzas Armadas. Los empresarios j¨®venes han ido ocupando los puestos directivos de las organizaciones del sector privado. Junto a los guerrilleros, han comprendido que Guatemala hab¨ªa tocado fondo.
Sombras reaccionar¨ªas
A pesar de todo, la sombra de las fuerzas m¨¢s reaccionarias inquieta a m¨¢s de uno. Ah¨ª est¨¢n las amenazas de muerte, firmadas por el Comit¨¦ Pro Defensa de la Propiedad Privada, recibidas recientemente por el obispo de San Marcos, Alvaro Ramazzini, y otros religiosos y pol¨ªticos locales que han participado activamente en la inserci¨®n de la URNG en la vida civil. "Creo que provienen de los terratenientes de la zona", asegura el prelado, "que no est¨¢n conformes con nuestras denuncias sobre las condiciones infrahumanas de los trabajadores de las fincas cafetaleras. Lamentablemente, el sector econ¨®mico se sigue creyendo el due?o del pa¨ªs".
Tambi¨¦n despierta temor el n¨²cleo duro de las Fuerzas Armadas, ya en retiro o en disponibilidad, que escapa al control directo de los actuales mandos castrenses. En referencia a este grupo, la dirigente ind¨ªgena Rigoberta Mench¨², premio Nobel de la Paz en 1992, se?alaba ayer que estos sectores se oponen a la paz, pero ahora sin el apoyo del Gobierno.
El presidente Alvaro Arz¨² a?ade en la lista a otros sectores que por convicci¨®n u oportunismo se dedican a criticar el acuerdo de paz: organismos de derechos humanos y miembros de la Iglesia que ponen trabas para no perder su protagonismo.
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