"Se puede ir en el metro leyendo a Garcilaso"
El poeta que se descubri¨® escribiendo El don de la ebriedad no conoce la prisa. Vive con la poes¨ªa pero no se somete a las leyes del verso. Claudio Rodr¨ªguez (Zamora, 1934) se zafa amablemente del acoso de las editoriales, y con gesto de ni?o pillado en un renuncio asegura que ¨¦l no puede escribir m¨¢s. Premio Nacional de Poes¨ªa, pelotari aficionado, paseante y merodeador. Acad¨¦mico y asiduo a las tertulias sin ley de cualquiera de esos bares donde se conversa profundizando s¨®lo en lo cotidiano. Ajeno a los c¨ªrculos intelectuales que tanto tedio le despiertan, es, a rega?adientes, vecino de una ciudad que describe por barrios. All¨¢ por los cincuenta lleg¨® a esta capital que le irrita y no le inspira, pero por cuyas calles, que procura recorrer andando, intercala como si nada un par de versos mientras cambian las luces del sem¨¢foro. Tambi¨¦n le agobia la peque?ez de su casa actual comparada con la que tuvo en tiempos, pero no sabe hasta qu¨¦ punto, una ma?ana, confesarse completamente ocioso le convierte en el hombre m¨¢s envidiado de la tierra.Pregunta. ?Por qu¨¦ tarda tantos a?os en publicar un libro?
Respuesta. Bueno, s¨¦ que ocho a?os deben de ser muchos. La creaci¨®n po¨¦tica es necesaria, pero hay muchas ¨¦pocas de mi vida en las que no me urge. Eso no me angustia en absoluto, ni me deprime; simplemente, no tengo motivos para escribir y no escribo. Adem¨¢s, lo que a m¨ª me interesa es crear, no negociar con las editoriales.
P. ?Distingue entre escritor y poeta?
R. La poes¨ªa con may¨²sculas es canto, estilo, imaginaci¨®n y contenido ling¨¹¨ªstico.Tiene cierta personalidad que no se necesita en otros g¨¦neros.
P. ?Una ciudad como Madrid genera actualmente poes¨ªa?
R. Yo procuro mantenerme alejado de los ambientes literarios, pero no tengo la sensaci¨®n de que aqu¨ª se est¨¦ gestando un movimiento po¨¦tico especial. A m¨ª lo que m¨¢s me gusta de Madrid son sus bares de barrio. Es lo que a?oro cuando cambio de domicilio.
P. ?Y lo que menos le gusta?
R. Es una ciudad inhabitable. Un avispero de autom¨®viles. Y lo peor es que semejante panorama no s¨®lo afecta a la ciudad en s¨ª, sino a sus habitantes. Les est¨¢ cambiando el car¨¢cter.
P. Un p¨¦simo lugar, entonces, para disfrutar de la poes¨ªa.
R. La poes¨ªa est¨¢ en todo, porque la poes¨ªa es vida aunque hable de la muerte. Rechazo el t¨®pico del poeta taciturno y reivindico la tranquilidad para disfrutar del verso, la meditaci¨®n, el silencio y la soledad. Depende del poeta, pero tambi¨¦n se puede ir en el metro leyendo a Garcilaso de la Vega. Yo, de joven, escrib¨ªa mientras caminaba.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.