Detenido un segundo soldado israel¨ª implicado en el tiroteo contra palestinos en Hebr¨®n
Un segundo soldado israel¨ª, Yuval Yibli, de 21 a?os, fue detenido ayer por la polic¨ªa como sospechoso de complicidad en el atentado perpetrado el pasado mi¨¦rcoles por el soldado Noam Friedman en Hebr¨®n. Seg¨²n la polic¨ªa, Yibli estaba al corriente de las intenciones de Friedman e incluso le inst¨® a llevar a cabo el ametrallamiento de civiles en el que resultaron heridos seis palestinos. Friedman declar¨® a los investigadores que hab¨ªa actuado solo y que no lamentaba nada salvo el no haber logrado matar ¨¢rabes. Al comparecer ayer ante una juez de paz para prorrogar por 10 d¨ªas la prisi¨®n preventiva, Friedman protest¨® por comparecer ante un tribunal laico presidido, adem¨¢s, por una mujer.
El ministro de la Seguridad Interior, Avigdor Kalahani, al condenar sin reservas los disparos criminales contra los ¨¢rabes en Hebr¨®n, declar¨® que no hay que perder de vista a los que est¨¢n verdaderamente amenazados en esa ciudad, es decir, a los menos de 500 miembros de la peque?a comunidad jud¨ªa de Hebr¨®n. Se trata de una ¨ªnfima minor¨ªa -cuyo odio se remonta al pogromo de 1929, cuando fueron asesinados m¨¢s de 60 jud¨ªos- que vive en medio de unos 140.000 ¨¢rabes. Adem¨¢s, en el Hebr¨®n de hoy los extremistas de Ham¨¢s tienen mucho poder, y en esta ciudad cisjordana fueron reclutados varios autores de atentados suicidas que costaron la vida a decenas de israel¨ªes.Portavoces de la izquierda israel¨ª, como el diputado Yosi Sarid, destacan al respecto que, si todo eso es cierto -y efectivamente hay fuertes sentimientos antiisrael¨ªes entre sus habitantes, la raz¨®n exige que se evacuen lo antes posible a los jud¨ªos que ponen en peligro sus vidas empe?¨¢ndose en vivir en Hebr¨®n.
Mientras tanto, el primer ministro, Benjam¨ªn Netanyahu, sostiene una batalla dif¨ªcil en dos frentes: por una parte, con los ministros y diputados del Likud y del partido religioso ultraortodoxo Mafdal, que amenazan con votar en contra del acuerdo para la retirada militar de Hebr¨®n. Hasta el momento, al menos ocho ministros han anunciado que votar¨ªan contra el acuerdo. Por otra parte, las conversaciones con los palestinos no progresaban como estaba previsto y anoche se hac¨ªa patente la necesidad de un cambio importante si se quiere lograr un encuentro entre Netanyahu, y el l¨ªder palestino, Yasir Arafat, para que ambos aprueben los t¨¦rminos del acuerdo, inicialmente anunciado para la pasada noche.
Varios puntos que deben de figurar en un documento anexo, firmado por los estadounidenses, impiden la finalizaci¨®n del acuerdo:
- Arafat quiere un compromiso preciso y las fechas de las tres fases pr¨®ximas (despu¨¦s de Hebr¨®n) de la retirada militar israel¨ª de Cisjordania, retirada que, seg¨²n los acuerdos de Oslo, debe de finalizar el pr¨®ximo 7 de septiembre.
- Arafat exige una presencia palestina cerca de la Tumba de los Patriarcas que, seg¨²n los acuerdos de Oslo, debe quedar bajo control militar israel¨ª. Los negociadores palestinos explican a sus interlocutores israel¨ªes, citando a Arafat, que si la Tumba de los Patriarcas es un lugar de oraci¨®n jud¨ªo, tambi¨¦n lo es la mezquita de El Ibrahim, que se halla en el mismo lugar. Por ello, una presencia palestina no es s¨®lo simb¨®lica, sino imperativa. A?aden que se acerca el Ramad¨¢n, el mes de ayuno musulm¨¢n, que comienza a mediados de enero, y que "ning¨²n musulm¨¢n aceptar¨¢ un acuerdo que prevea que los accesos y alrededores de la mezquita de El Ibrahim est¨¦n bajo control jud¨ªo ¨²nicamente".
- Finalmente se encuentra el problema, a¨²n por resolver, de la extradici¨®n hacia Israel de terroristas palestinos buscados por asesinatos. Un negociador palestino dijo ayer a varios periodistas israel¨ªes: "Ustedes hablan siempre de reciprocidad. Si nos entregan a Noam Friedman, nosotros entregaremos a los asesinos palestinos".
El ministro israel¨ª de Justicia, Tzahi Hanegbi, considerado un hombre cercano a Netanyahu y uno de los nueve, -la mitad del Gabinete- que ten¨ªa previsto apoyar el acuerdo, amenaz¨® con votar en contra si Israel renuncia al principio de extradici¨®n sin reciprocidad, previsto por los acuerdos de Oslo.
Ante las dificultades con que se encuentra Netanyahu para sacar adelante el texto con su coalici¨®n con los partidos ultrarreligiosos y de extrema derecha se abre camino la posibilidad de un Gobierno de unidad nacional, que incluir¨ªa al Partido Laborista, el principal de la oposici¨®n y cuyos diputados han anunciado que votar¨¢n a favor del acuerdo.
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