Cientos de grabaciones censuradas de los grandes int¨¦rpretes rusos salen a la luz
Un norteamericano comercializa los olvidados fondos de la Gosteleradiofond
Grabaciones de verdaderos gigantes de la interpretaci¨®n y de la direcci¨®n, ocultas para el gran p¨²blico a causa de la censura sovi¨¦tica, han empezado a salir a la venta en el marco de uno de los m¨¢s ambiciosos proyectos discogr¨¢ficos. M¨²sicos geniales como Yehudi Menuhin, Artur Rubinstein, Sviatoslav Richter o de los directores Guennadi Rozhdestvenski y Yuri Termirk¨¢nov, son algunos de los nombres que han comenzado a aparecer en el nuevo sello Revelation, de Telstar Records, que ha empezado la publicaci¨®n de los archivos musicales rusos del Gosteleradiofond.
Ocho a?os han tenido que transcurrir desde que naci¨® la idea hasta el comienzo de su realizaci¨®n. La historia del proyecto es una larga lucha, a veces parecida a una novela policiaca, en la que ha habido calumnias, injurias e incluso c¨¢rcel para algunos de los protagonistas. El blanco principal de los ataques y personaje principal de numerosos esc¨¢ndalos en la prensa rusa ha sido quien ide¨® el proyecto, el productor de m¨²sica y televisi¨®n norteamericano Tristan Del.La idea naci¨®, seg¨²n explica, cuando lleg¨® de Los ?ngeles a Mosc¨² para discutir un proyecto televisivo. En busca de m¨²sica para acompa?ar a aquel programa, a Del lo enviaron a los archivos de Gosteleradiofond, donde, para su sorpresa, vio que los rusos guardaban un verdadero tesoro y que a nadie se le hab¨ªa ocurrido todav¨ªa lanzar discos compactos con las grabaciones ¨²nicas y exquisitas que ten¨ªan. Adem¨¢s, el estado de conservaci¨®n de ¨¦stas dejaba mucho que desear.
"Mi impulso inmediato fue tratar de salvar las grabaciones y darlas a conocer", explic¨® Del en su c¨¦ntrico apartamento moscovita, que da a la famosa calle peatonal del Viejo Arbat.
Muchas exageraciones se han escrito en la prensa rusa sobre estos archivos: desde que est¨¢ compuesto por piezas prohibidas durante la ¨¦poca sovi¨¦tica hasta que fueron descubiertos por Del. En honor a la verdad hay que decir que la inmensa mayor¨ªa de las grabaciones del Gosteleradiofond eran obras permitidas, pero, como ocurr¨ªa en la desaparecida URSS, si un m¨²sico se quedaba en el extranjero o era privado de su nacionalidad por disidente, autom¨¢ticamente quedaba prohibido dar por la radio o la televisi¨®n sus interpretaciones.
Entonces, como explic¨® Tamara Mal¨ªjina, subdirectora del Gosteleradiofond, las grabaciones eran apartadas con el sello "retirado". Algunas eran destruidas y otras conservadas en estanter¨ªas especiales. Tambi¨¦n es verdad que a veces alg¨²n editor pon¨ªa por la radio alguna grabaci¨®n prohibida, pero omit¨ªa el nombre del int¨¦rprete censurado.
Tristan Del -que fue el primer asesor norteamericano de un primer ministro ruso, concretamente de Iv¨¢n Sil¨¢yev, el jefe del primer Gobierno de la Rusia democr¨¢tica encabezada por Bor¨ªs Yeltsin- firm¨® en enero de 1992 un contrato por el cual adquiri¨® los derechos exclusivos para editar discos compactos con las grabaciones del Gosteleradiofond.
Entonces fue cuando comenzaron los ataques contra ¨¦l, en los que participaron conocidos m¨²sicos y el Ministerio de Cultura encabezado por su titular, Yevgueni S¨ªdorov, quienes acusaban a Del de "saquear" los tesoros culturales de Rusia.
El mismo Del explica con tranquilidad e incluso compresi¨®n estos ataques -aunque ello no ha sido obst¨¢culo para recurrir exitosamente a los tribunales con el fin de defender sus intereses-: seg¨²n ¨¦l, es natural que las grandes casas discogr¨¢ficas trataran de impedir la realizaci¨®n del proyecto, que significa una competencia muy seria en el sector de la m¨²sica cl¨¢sica debido a la gran cantidad de excelentes obras que Telstar editar¨¢ anualmente. Por supuesto que las casas discogr¨¢ficas no actuaron directamente, sino que contactaron a los m¨²sicos que editaban para que estos pusieran obst¨¢culos al proyecto, o a los heredores de los int¨¦rpretes para ofrecerles contratos tentadores.
El sello Revelation, de Telstar, piensa sacar, como m¨ªnimo, 100 discos al a?o.
Miserias y promesas incumplidas
Los archivos del Gosteleradiofond constan de 1.200.000 grabaciones, y casi un tercio son musicales. El resto son de obras teatrales, televisivas y cinematogr¨¢ficas. Por desgracia, como explica Tamara Mal¨ªjina, la subdirectora del Gosteleradiofond, las condiciones de conservaci¨®n est¨¢n lejos de ser ¨®ptimas, ya que no cuentan con los medios t¨¦cnicos necesarios para traspasar las grabaciones a discos l¨¢ser y contin¨²an manteni¨¦ndolas en cintas magn¨¦ticas, que se estropean con el tiempo.Existe una cr¨®nica falta de medios, lo que se debe a la m¨ªsera financiaci¨®n que recibe Gosteleradiofond del presupuesto estatal. La penosa situaci¨®n que viven estos archivos la ilustra el hecho de que este corresponsal tuvo que subir a pie hasta el despacho de la subdirectora: los ascensores no funcionaban debido a que no hab¨ªa dinero para pagar los servicios comunales correspondientes. Por la misma raz¨®n, en diversas oportunidades se han quedado sin tel¨¦fono y ahora en cualquier momento pueden quedarse sin luz.
Otro problema grave es el gran ¨¦xodo de personal, ya que los sueldos son sumamente bajos: los archivistas ganan cerca de 6.000 pesetas mensuales, mientras que el sueldo del director ronda las 12.000.
Desgraciadamente, Gosteleradiofond todav¨ªa no ha recibido ni un c¨¦ntimo por el contrato firmado con Tristan Del, ya que el documento prev¨¦ un participaci¨®n de las ganancias, que todav¨ªa no existen. La televisi¨®n privada rusa NTV calcula que las grabaciones dadas a Del valen miles de millones de pesetas.
Mientras tanto, seg¨²n Mal¨ªjina, Del no ha cumplido con todas sus promesas de equipar debidamente los archivos y computarizarlos. Sin embargo, Del afirma lo contrario y asegura que continuar¨¢ dando nuevos equipos a Gosteleradiofond.
Esta organizaci¨®n estatal rusa concedi¨® a Del 1.186 horas de grabaciones, seg¨²n Mal¨ªjina, pero todav¨ªa quedan muchas m¨¢s en las que el productor norteamericano est¨¢ interesado.
El anterior contrato no satisface a la nueva direcci¨®n de Gosteleradiofond, y por ello ha propuesto a Del firmar uno nuevo, bajo otras condiciones m¨¢s favorables.
Babelia
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