Sarri¨¤ se llena de carb¨®n
Dos expulsados, un lesionado que dej¨® al equipo con ocho jugadores ¨²tiles durante los ¨²ltimos 20 minutos, una afici¨®n que se pas¨® el partido afilando la guillotina de Carcel¨¦n, un entrenador que tild¨® de "mediocre" el d¨ªa anterior a su propio equipo, un vicepresidente que poco antes predec¨ªa con apuesta de por medio que los suyos van a volver a jugar la Copa de la UEFA... Sarri¨¤ se llen¨® de carb¨®n. Lo hubo para los jugadores, para el t¨¦cnico, para la directiva y hasta para un rival, el Compostela, que, pese a ganar, se mostr¨® timorato y estrecho de miras. No tanto como el Espanyol, pero casi. El Compostela acab¨® ganando porque no ten¨ªa otra opci¨®n.El Espanyol es un reflejo de su disperso entorno. Carcel¨¦n fue puesto bajo sospecha desde el primer d¨ªa. Las discrepancias dividen a la directiva y los jugadores han acabado por perder la perspectiva. Carcel¨¦n, ante el cariz de los acontecimientos, hace algunas semanas ya que ha vuelto al abc, sobrevivir a partir de una toma de posici¨®n t¨¢ctica defensiva. Pero no ha podido elevar el andamiaje. El Espanyol es un equipo plano. Sus delanteros no tienen de donde coger el hilo. Sus centrocampistas se ahogan ante la presi¨®n rival. Su defensa tirita como nunca. As¨ª era el paisaje ayer cuando el empaque de Passi y el toque de Fabiano y Manuel met¨ªan a los de Sarri¨¤ en su trinchera.
Aunque con pinzas, el Espanyol se sosten¨ªa a pesar de que no dispar¨® una sola, vez a puerta. Hasta que lleg¨® una infantil acci¨®n de Ben¨ªtez, con un feo codazo a Nacho, que acab¨® en expulsi¨®n cuando todos no hac¨ªan ya sino esperar el descanso. A partir de ese momento, el b¨¢sico entramado del Espanyol se desmoron¨® como por arte de un efecto domin¨®. Entr¨® Llorente en la segunda parte y el Compostela dej¨® que su superioridad fuera haci¨¦ndose tangible de una forma parsimoniosa y ap¨¢tica. Fue el propio Espanyol el que acab¨® rindi¨¦ndose sin remisi¨®n, sin un solo remate a puerta: La calidad de Fabiano acab¨® por marcar la diferencia. En dos acciones del jugador brasile?o qued¨® en evidencia la defensa del Espanyol. Dos fogonazos que acabaron poniendo el broche a un partido infausto.
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