Ind¨ªgenas y extranjeros
Un hurac¨¢n ha pasado por el vestuario. Un viento judicial llegado del centro de Europa, tambi¨¦n conocido como cicl¨®n Bosinan, ha dejado en cueros al tan tra¨ªdo y llevado temporal de invierno. Entre otros efectos por determinar, el da?o principal ha sido ¨¦ste: envalentonados por una inexplicable racha de prosperidad, los directivos han sufrido un ataque de fiebre expansionista. Han tirado de kilom¨¦trico, chequera y bol¨ªgrafo y, metidos en el v¨¦rtigo de la exuberancia, se han puesto a fichar a todo bicho viviente en vest¨ªbulos, restaurantes, palcos de favor, cafeter¨ªas de aeropuerto y otras encrucijadas del mercado deportivo.Los utilleros est¨¢n al borde de un ataque de nervios y la hinchada comienza a acusar los primeros s¨ªntomas de un desconocido tipo de esquizofrenia. La confusi¨®n de dorsales, fotos, colores, botas y peinados amenaza con transformar la caseta en un rastrillo, y los aficionados est¨¢n meditando muy seriamente sobre la posibilidad de hacer alg¨²n curso acelerado de fisonomismo y antropolog¨ªa. La doble pregunta es ¨¦sta: cu¨¢l es mi equipo y, sobre todo, qui¨¦n es ese sujeto que se ha metido en la camiseta de mi ¨ªdolo local. En medio del caos, ya hemos escuchado todos los argumentos de los defensores y de los detractores de la nueva situaci¨®n. Mientras unos celebran la lluvia de estrellas, otros dicen que, adem¨¢s de provocar un complejo agudo de falta de identidad y un grave trastorno de orientaci¨®n, esta romer¨ªa ex¨®tica est¨¢ acabando con la cantera.Lo cierto es que hay en el fen¨®meno un punto de fatalidad. Resulta que el tif¨®n Bosman sopla en el peor momento. Desde el principio de los a?os ochenta nunca se hab¨ªa alumbrado una promoci¨®n de futbolistas espa?oles tan brillante como la de ahora. Todo empez¨® en Barcelona 92; a la sombra de los Juegos Ol¨ªmpicos lleg¨® un grupo de jugadores de ¨²ltima generaci¨®n que sumaban a la frescura del pionero el esp¨ªritu del ganador. Bajo el mando de Guardiola, vimos maniobrar a Kiko, Alfonso, Ferrer o Luis Enrique, y llegamos a pensar que, licenciada la quinta del Buitre, volver¨ªamos a exportar talento.
Aunque s¨®lo sea por eso, manteng¨¢monos ojo avizor. Bienvenidos sean los grandes, lleguen de donde lleguen. Pero bien hallados sigan siendo Ra¨²l, De la Pe?a, Marcos Vales, Guerrero, Sergi, Etxeberria, Fran, Roger, Mor¨¢n, Vilamaz¨¢n, Luis Mart¨ªnez, Aranz¨¢bal, Rojas, Celades, Karanka, Oli, V¨ªctor, De Pedro, Guti, ¨®scar o ?lvaro.
Es preciso evitar que, aprovechando la puerta Bosman, cualquier mecenas de pacotilla pueda colarnos alg¨²n sobrino.
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