Cruz gamada
"UNA CRUZ gamada se est¨¢ formando entre nosotros", advert¨ªa hace 10 a?os un manifiesto de las organizaciones pacifistas que por entonces surg¨ªan en el Pa¨ªs Vasco. Asaltos a librer¨ªas que culminan con la ritual hoguera, jaur¨ªas de acoso a los domicilios de los disidentes, manifestaciones en defensa del derecho de ETA a secuestrar empresarios (e injuriarlos). "El triunfo de los nazis", dec¨ªa el manifiesto de hace 10 a?os, "no se debi¨® s¨®lo a su violencia, sino a la pasividad y al silencio, a la cobard¨ªa de la mayor¨ªa de la poblaci¨®n, que primero calla y se encierra en sus casas dej¨¢ndoles la calle y m¨¢s tarde termina por entregarles su voto".En Euskadi se est¨¢ librando desde hace a?os, y en condiciones muy dif¨ªciles, la principal batalla en defensa de la democracia y la libertad de todos registrada en este pa¨ªs desde el fin del franquismo. En condiciones dificiles, porque se libra en medio del temor de la mayor¨ªa, que prefiere no mezclarse o mezclarse lo menos posible; se comprende ese temor, porque la fuerza intimidatoria de los encapuchados, seguros de estar del mismo lado que los que secuestran y matan, se ve reforzada por la evidencia de su impunidad. Se comprende menos que quienes por oficio est¨¢n obligados a impedir o al menos entorpecer esas agresiones desistan siquiera de intentarlo. No es posible seguir ignorando que basta una cuadrilla de media docena de encapuchados armados de botellas incendiarias para poner en fuga a los agentes encargados de proteger a las personas y a los bienes. Decirlo no es atacar a la Ertzaintza, sino tomarla en serio: como una polic¨ªa integral, y no como una academia de aprender euskera. Resulta incomprensible que al guien como Xabier Arzalluz, principal dirigente del principal partido nacionalista, desv¨ªe la atenci¨®n del drama de la incapacidad de la Ertzaintza para defender a los ciudadanos alegando que el problema es.. . la infiltraci¨®n de agentes del Cesid que desprestigian a ese cuerpo policial.
Pero a¨²n se entiende menos que personas que figuran entre las v¨ªctimas potenciales de esos nazis sigan planteando una especie de paz por separado con ellos basada en la aceptaci¨®n unilateral de sus exigencias. "Hay que negociar con ETA m¨¢s all¨¢ de la legitimidad democr¨¢tica", conclu¨ªa recientemente uno de los principales dirigentes del PNV, autor de una propuesta de pacificaci¨®n consistente en asumir los planteamientos de ETA y HB respecto a la insuficiencia del Estatuto de Gernika para satisfacer las aspiraciones de los vascos. Apolog¨ªa de la rendici¨®n de la mayor¨ªa para apaciguar a los encapuchados.
Seguro que la iniciativa de intentar aplicar la ley a los jefes de HB -y de KAS, que son las mismas personas- llega tarde; cuando se ha cedido tanto terreno que la gente acoge casi con normalidad el anuncio por parte de los citados para ser interrogados de su intenci¨®n de no comparecer ante el juez porque ellos "no son espanoles". Pero al menos ser¨ªa exigible que los responsables pol¨ªticos, personas que, como Joseba Egibar, portavoz del PNV, han visto morir asesinados por ETA a ertzainas miembros de su partido, no avalasen ese desaf¨ªo a la ley opinando p¨²blicamente que pretender aplicarla a los de HB constituye "un desprop¨®sito" que s¨®lo servir¨¢ para hacerles propaganda. Cualquiera que sea el desenlace de la iniciativa judicial, que nadie habr¨ªa discutido si fuera otro partido -es decir, un partido sin brazo armado-, esas declaraciones de Egibar constituyen la mayor propaganda que podr¨ªan so?ar los encapuchados y sus cantores. Ojal¨¢ que este aniversario (ayer, nueve a?os) de la firma del Pacto de Ajuria Enea sirva para que los pol¨ªticos vascos tomen conciencia de que el peligro que nos amenaza a todos es el del fascismo y obren en consecuencia.
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