Aznar, presidente (de la CICYT)
Desde el d¨ªa 1 de enero de 1997, el presidente del Gobierno lo es tambi¨¦n de la Comisi¨®n Interministerial de Ciencia y Tecnolog¨ªa (CICYT). En el art¨ªculo 155 de la Ley de Acompa?amiento de los Presupuestos (Ley 13/1996) se modifica la Ley de la Ciencia (Ley 13/1986). Desde este d¨ªa, "la Comisi¨®n Interministerial de Ciencia y Tecnolog¨ªa, ¨®rgano de planificaci¨®n, coordinaci¨®n y seguimiento del Plan Nacional, estar¨¢ presidida por el presidente del Gobierno o ministro en quien delegue (art¨ªculo 7.1)".En todos los pa¨ªses europeos se ha debatido sobre si se deb¨ªa crear un Ministerio de Ciencia y Tecnolog¨ªa o sobre qu¨¦ organizaci¨®n era la adecuada para la pol¨ªtica cient¨ªfica y tecnol¨®gica. La Ley de la Ciencia situ¨® a un ministro al frente de la Comisi¨®n Interministerial. Desde entonces, el presidente de la CICYT ha sido el ministro de Educaci¨®n y Ciencia (hoy, Educaci¨®n y Cultura), a cuyo ministerio qued¨® adscrita la Secretar¨ªa General del Plan Nacional de I + D (SGPN), el ¨®rgano de apoyo de la Comisi¨®n.
La CICYT, en sus 10 a?os de existencia, ha tenido altibajos importantes, llegando en algunos momentos de la anterior Administraci¨®n a convertirse en un instrumento de la pol¨ªtica del Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia y no de la pol¨ªtica cient¨ªfica y tecnol¨®gica del Estado; respondiendo m¨¢s a los intereses de los investigadores acad¨¦micos que a los de las empresas o del resto de la sociedad. Aunque con la aprobaci¨®n del III Plan Nacional de I + D ya se modific¨® apreciablemente esta orientaci¨®n.
Desde la llegada del Partido Popular al Gobierno se han producido algunos cambios de signo contradictorio. Primero fue la subordinaci¨®n de la Secretar¨ªa General del Plan Nacional a la Direcci¨®n General de Investigaci¨®n y Desarrollo de la Secretar¨ªa de Estado de Universidades e Investigaci¨®n del MEC. Es cuestionable que una direcci¨®n general de un ministerio sectorial pueda trabajar como verdadera comisi¨®n interministerial. Los estudiosos de las administraciones p¨²blicas saben que a veces los debates dentro del Gobierno se centran en qui¨¦n controla qu¨¦ competencia, organismo o presupuesto y qu¨¦ ministro gana o pierde con las decisiones y las reformas institucionales.Ahora, la CICYT se eleva a las cumbres del Gobierno, en tanto que su presidente lo es tambi¨¦n de la CICYT. ?Cambio simb¨®lico o sustancial? ?Qu¨¦ refleja esta iniciativa, una medida cosm¨¦tica o una medida efectiva de Gobierno? La situaci¨®n actual parece un reconocimiento de la importancia de la ciencia, la tecnolog¨ªa y la innovaci¨®n para el nuevo Gobierno, aunque sorprendentemente no se haya traducido en recursos presupuestarios mayores.
Qui¨¦n sea el presidente de la CICYT es importante, entre otras cosas porque condiciona la capacidad de coordinaci¨®n de la pol¨ªtica cient¨ªfica y tecnol¨®gica nacional. ?Va a ejercer el presidente Aznar el cargo o va a delegar en un ministro, y en cu¨¢l? Su mantenimiento en la presidencia del Gobierno evidenciar¨ªa el compromiso con la investigaci¨®n, el desarrollo y la innovaci¨®n. Los argumentos a favor de la delegaci¨®n se derivan de la sobrecargada agenda de los presidentes de Gobierno. Pero si el presidente del Gobierno va a delegar esta competencia, s¨®lo tiene una alternativa que mejore la situaci¨®n organizativa actual de la CICYT para el desempe?o de sus funciones coordinadoras. Deber¨¢ hacerlo en alguno de los dos vicepresidentes (ministros de la Presidencia o de Econom¨ªa y Hacienda). Delegar en el Ministerio de Educaci¨®n y Cultura la gesti¨®n de la I + D estrat¨¦gica del pa¨ªs ser¨ªa cerrar de nuevo esta reforma en falso.
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