Milosevic se oculta en la 'tele-Bastilla'
La televisi¨®n serbia muestra trajes regionales mientras la calle ruge
"?Vais a barrer las calles!", gritan jocosos los manifestantes a los periodistas de la televisi¨®n estatal, conocida popularmente como teletortilla (por los huevos que lanzaron al inicio de la protesta contra su fachada) o tele-Bastilla (alusi¨®n al fort¨ªn que desencaden¨® la Revoluci¨®n Francesa). Cada: d¨ªa, a las siete y media, cuando dos locutores arrancan el telediario oficial, en el que no se hace menci¨®n a las protestas callejeras, decenas de miles de ciudadanos de Belgrado y otras ciudades del pa¨ªs emprenden una estruendosa cacerolada en protesta contra la manipulaci¨®n informativa. "Creo que se la merecen", asegura Desa Cavic, una muy influyente periodista de Studio B, una televisi¨®n de Belrado controlada pol¨ªticamente por el r¨¦gimen.Tras varios infructuosos intentos para obtener el punto de vista, de la televisi¨®n estatal, Natasha Tasic, jefa de protocolo de la casa, explic¨® los motivos: "Nuestra pol¨ªtica actual es no hacer declaraciones a la prensa extranjera". El periodista le explica que as¨ª no estar¨¢ su opini¨®n en un reportaje sobre los medios de comunicaci¨®n en Serbia. "Lo s¨¦, pero ¨¦sa es nuestra posici¨®n".
"Creo que el mayor y b¨¢sico error es la ocultaci¨®n de informaci¨®n de lo que est¨¢ ocurriendo", dice Cavic, de Studio B. "Nosotros, en cambio, relatamos lo ocurrido, los hechos desnudos, sin a?adir comentarios".No es ¨¦sa la opini¨®n de Doko Vjestica, prestigioso periodista de la misma casa, cuyo informativo local fue frenado por el r¨¦gimen.
Otro periodista de Studio B, que pide el anonimato por temor a represalias, asegura que ¨¦l fue un d¨ªa cortado por preguntar a un entrevistado si hab¨ªa miles de estudiantes en la protesta. "?C¨®mo se te ocurre preguntar eso?", le amonestaron. "Lo peor de todo es la autocensura. A menudo nos preguntamos si algo se puede dar. La mayor¨ªa de las veces nos contestamos que no. Hay mucho miedo. La situaci¨®n es demasiado cambiante. Puedes perder tu trabajo hoy con Milosevic o ma?ana con Zajedno [Unidos]".
Dos de los tres canales de la televisi¨®n estatal se ven en toda Serbia. La radio oficial tambi¨¦n tiene cobertura nacional. Las emisoras locales est¨¢n obligadas a conectar a las tres y a las siete con el parte para retransmitirlo, como suced¨ªa en Espa?a. "El ¨ªndice de lectura es muy bajo. La poblaci¨®n no urbana s¨®lo tiene la televis¨ª¨®n de Milosevic como ¨²nico alimento informativo, por eso su importancia", admite Dusan Masic, un periodista de la radio independiente de Belgrado B-92.
Esta emisora fue clausurada por el Gobierno el 3 y el 4 de diciembre durante 48 horas. "Antes nos interfirieron las emisiones durante 10 d¨ªas; s¨®lo se nos pod¨ªa o¨ªr en el centro de la capital".
Lo que de tele-tortilla no es informaci¨®n es propaganda. Mis colegas tendr¨ªan que pensar que van a tener que seguir viviendo en este pa¨ªs cuando las cosas cambien", asegura Masic Desa Cavic, de Studio B, dice que la informaci¨®n que ofrece la televisi¨®n del Estado es obra de los periodistas, pero calla que el presidente de esa casa es miembro destacado de la ejecutiva del Partido Socialista Serbio y uno de los partidarios de la represi¨®n.
En Belgrado hay otras dos cadenas televisivas. Pink, en la ¨®rbita de la mujer¨ªsima Mirjana Markovic, la esposa de Milosevic, que ofrece m¨²sica m¨¢s o menos hortera, series c¨®micas tipo Benny Hill y muchas pel¨ªculas pirateadas, y BK, tambi¨¦n local, pertenece a los hermanos Karic, empresarios multimillonarios de la construcci¨®n que ya han comenzado a -abandonar al r¨¦gimen que los enriqueci¨®. Su cadena ya informa objetivamente de las protestas.
Studio B y otras televisiones locales repartidas por Serbia son de propiedad de los ayuntamientos, aunque en algunas de las ciudades donde el r¨¦gimen se ha visto forzado a tragar con la victoria de Zajedno en las municipales se han producido extra?os cambalaches de acciones. Algunas pertenecen ahora a la televisi¨®n estatal. o a empresarios vinculados al poder. Recuperar su control obligar¨¢ a la oposici¨®n a una compleja batalla legal en los tribunales. Los mismos que en su d¨ªa bendijeron el fraude de. los comicios.
Mientras que la calle ruge y miles de casas se suman a la sonora cacerolada nocturna que se extiende por el pa¨ªs, la televisi¨®n del r¨¦gimen adorna su supor¨ªfera programaci¨®n de serbios vestidos de traje regional brincando por campos en flor o afanados en hacer girar tuercas en f¨¢bricas a todo rendimiento en un pa¨ªs donde la desindustrializaci¨®n y el paro son end¨¦micos. "Aunque parece muy infantil, no lo es; esa propaganda se dirige al campesino, no a un p¨²blico urbano", explica Masic. "No se trata de convencer al no convencido, sino evitar que el que te apoya tenga dudas". "Si Serbia fuera tan feliz, pr¨®spera y eficaz como la que sale en la tele-Bastilla, ?por qu¨¦ perdieron las elecciones?", se pregunta Zoran Djindkic, uno de los l¨ªderes de Zajedno.
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