El miedo cunde en el pueblo de Milosevic
S¨®lo un pu?ado de atrevidos habitantes de Pozarevac sale a la calle para desafiar al lider serbio
![Ram¨®n Lobo](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F12940c80-6f03-48a7-bb70-f642eaefea15.png?auth=5044ccb4584723a2e07d68faf216fe275ff200fb9ea8f4bc60b49349b3964acf&width=100&height=100&smart=true)
ENVIADO ESPECIAL, En Pozarevac, a 90 kil¨®metros al este de Belgrado, no se escucha el sonido met¨¢lico de la cacerolada de la tarde. Nadie se atreve a expresar su rechazo al informativo de la televisi¨®n. Hay mucho miedo. Y es que Pozarevac es la tierra natal del presidente de Serbia, Slobodan Milosevic, y de su esposa, Mirjana Markovic. A las tres, la misma hora en que en Belgrado y en otras ciudades del pa¨ªs se manifiestan miles de personas contra el fraude electoral, en esta peque?a poblaci¨®n de 60.000 habitantes, tres docenas de atrevidos ciudadanos marchan en c¨ªrculo por el Stari Corso, una calle peatonal del centro, armados con sus silbatos.
"Somos una m¨ªnima parte de todos los votantes de Zajedno (Unidos) en Pozarevac", dice Slavoljub Matic, presidente en la regi¨®n del Partido Democr¨¢tico (PD). La coalici¨®n obtuvo el pasado 17 de noviembre 14.200 votos frente a los 17.000 de la lista conjunta del Partido Socialista Serbio (PSS) y del partido, de Mirjana, Izquierda Unida Yugoslava (YUL). "Empezamos hace un mes, pero la novia de Marko [el hijo de Milosevic, apodado popularmente El principito ' que vive en Pozarevac, donde dirige la discoteca Madonna] film¨® a los manifestantes y ¨¦stos, despu¨¦s, fueron intimidados".
El PSS y YUL, que rechazaron toda invitaci¨®n a hablar con EL PA?S, lograron 58 concejales. Zajedno, nueve. "Es por el voto de los pueblos cercanos, muy partidarios de Milosevic", explica Matic. En la sede del PD no hay libros a la vista. S¨®lo cuatro carpetas y tres botellas de rakja (un tipo de aguardiente) adornan la estanter¨ªa. "Hay mucho tipo de presiones. La polic¨ªa que te llama a diario para interrogarte; avisos amenazantes por tel¨¦fono; inspectores de Hacienda en tu negocio; ventanas rotas por desconocidos ...".
En Pozarevac toda elecci¨®n trae mejoras. En noviembre, limpiaron las calles, adornaron algunas fachadas y asfaltaron Meminac, un barrio donde vive el caudillo local de YUL. Su capricho cost¨® m¨¢s de 60.000 marcos alemanes (unos cinco millones de pesetas). YUL es aqu¨ª el partido dominante, en detrimento del PSS. Tienen cerca de 2.000 militantes frente a los 200 de Smederevo, una ciudad de 100.000 habitantes. "Aunque los partidos del Gobierno son mayor¨ªa, tambi¨¦n hubo fraude. En un colegio electoral, por ejemplo, se contaron 110 votos m¨¢s que votantes efectivos. Dijeron que no anulaban el resultado, porque esas papeletas no cambiaban la realidad de voto", asegura Matic.
Mentiras oficiales
"No s¨®lo la familia real [Milosevic y su mujer Mirjana] son de aqu¨ª. Muchos altos cargos, entre ellos tres ministros, proceden de esta regi¨®n", dice Zivorad Blagojevic. En la casa de Slobodan, calle Kosancicieva, s¨®lo vive Marko. Es un caser¨®n blanco con grandes buhardillas y ventanas abatibles en el tejado. Una valla verde la protege de la curiosidad. Hay presencia policial. "Yo vivo al lado", dice Blagojevic. "Un d¨ªa observ¨¦ a ingenieros trabajar en una zanja. Les pregunt¨¦ qu¨¦ hac¨ªan. Me explicaron que- colocaban un nuevo cable de tel¨¦fono que mejorar¨ªa mi l¨ªnea. Otra mentira m¨¢s. Desde entonces casi no puedo hablar con mi hija en Belgrado".Blagojevic conoci¨® a la madre de Slobodan. Se llamaba Stanislava. "Era muy hermosa y una buena maestra. El padre fue un pope que colg¨® los h¨¢bitos. Ambos se suicidaron en distintos momentos. Tambi¨¦n se quit¨® la vida un t¨ªo. Al parecer hay una cierta tendencia en la familia".
La televisi¨®n estatal, Radio Pozarevac y el diario Rec Naroda (La Voz del Pueblo), oficialista, son el ¨²nico alimento. Radio Boom 93, la ¨²nica que daba informaci¨®n independiente, fue cerrada hace dos meses por orden de Milosevic. Su propietario es Milorad Tadic. Casado con la hija de Dragan Kostustavinovic, jefe del partido en la regi¨®n. "Las relaciones con ¨¦l soy_muy complicadas. Nos hablamos, pero desde luego no me invita a cenar. Mi mujer me apoya. ?l est¨¢ m¨¢s preocupado por su carrera pol¨ªtica que por el futuro de su nieto". Aunque Boom 93 no puede emitir, trabajan cada d¨ªa, con turnos de cinco horas. "El mes pasado pude pagar los salarios; veremos cu¨¢nto puedo aguantar", dice.
En la calle, hay terror al periodista extranjero. Muchos reh¨²yen toda conversaci¨®n. Pese a las dificultades, Branca, un mujer de edad, dice: "S¨¦ muy bien lo que pasa en Belgrado. Mi hijo es ingeniero; est¨¢ bien informado". Mitar, un caballero desdentado, asegura que "se ver¨¢ en las instituciones qui¨¦n tiene la raz¨®n". "De lo que no he visto [el fraude], no puedo hablar". No obstante, se anima: "En el momento en que el PSS admite su derrota en Nis, algo debe haber". Nena, enfundada en un anorak morado, est¨¢ convencida de que "suceden muchas cosas que no vemos en la televisi¨®n". "Seguro que el Gobierno miente, como minti¨® cuando dijo que nos iban a pagar la pensi¨®n". "La gente aqu¨ª tiene orejeras. S¨®lo ve lo que tiene delante. Hay temor a perder el trabajo". Zoran, pelo a cepillo, dice: "?C¨®mo voy a estar informado con esta televisi¨®n... S¨¦ lo que pasa por amigos con los que hablo". "La oposici¨®n debe tener raz¨®n; nadie que no la tiene es capaz de ser tan persistente". Dos varones con pinta de polic¨ªa apostados en el centro aseguran que creen antes a Milosevic que a la Organizaci¨®n para la Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa. "Es nuestro Gobierno; ellos son extranjeros".
En Brezane, a 9 kil¨®metros al oeste de Pozarevac, un pueblecito embarrado, naci¨® Mirjana Markovic. Bata, un campesino que se informa a trav¨¦s del servicio en serbio de la BBC, dice que no puede vender el grano al Gobierno porque perder¨ªa dinero. "Se lo damos a las gallinas, es mejor que d¨¢rselo a los ladrones". De Brezane salieron autobuses con 50 simpatizantes de Milosevic para la contramanifestaci¨®n en Be1grado. "Les vinieron a buscar desde Pozarevac. Ellos ten¨ªan trabajo. No se pod¨ªan negar". "No s¨¦ cu¨¢ndo cambiar¨¢ esto, lo ¨²nico que s¨¦ es que somos la ¨²ltima mugre comunista de Europa. Ya va siendo tiempo de cambiar", exclama Bata". Afuera hace fr¨ªo; dentro, la televisi¨®n est¨¢ apagada.
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