812 d¨ªas de escalada
A los 19 a?os, Ra¨²l posee una biograf¨ªa deslumbrante e impropia de su edad
Hace tan s¨®lo dos a?os y unos meses, el 29 de octubre de 1994, Ra¨²l Gonz¨¢lez, un chico de 17 a?os que jugaba en Segunda B, peg¨® el repentino salto a la m¨¢xima categor¨ªa. Despu¨¦s de 88 partidos, 6.972 minutos y 37 goles en Primera; de impresionar en la Champion League y marcarle un tanto al mism¨ªsimo Juventus, el campe¨®n; de convertirse en imprescindible de la selecci¨®n tras s¨®lo cuatro partidos; todo en tan s¨®lo 812 d¨ªas, Ra¨²l se ha construido ya una biograf¨ªa completa y deslumbrante, al alcance de muy pocos chicos de su edad.Tras su portentosa actuaci¨®n en el derby, la calle ya se pregunta por el techo de Ra¨²l. ?Hasta d¨®nde puede llegar? Las versiones m¨¢s osadas creen haberle descubierto una proyecci¨®n capaz de superar la graduaci¨®n de los buenos futbolistas, una estaci¨®n que siempre esconde alguna carencia: el f¨ªsico, el dominio t¨¢ctico, la intuici¨®n o, principalmente, la relaci¨®n con el gol. Da la sensaci¨®n de que Ra¨²l lo tiene todo.
PRIMER A?O (94-95)
Jorge Valdano no se cansa de repetir que no descubri¨® a Ra¨²l, que ¨¦l se descubri¨® solo. Pero sea cual sea su final como futbolista, Ra¨²l deber¨¢ agradecer de por vida la valent¨ªa de su t¨¦cnico. Valdano se salt¨® el conducto reglamentario y le ahorr¨® tr¨¢mites en su paso por las categor¨ªas inferiores del Madrid. Lo arranc¨® del tercer equipo, el de Segunda B, y le hizo debutar en Primera frente al Zaragoza con la ¨²nica misi¨®n de divertirse. El deb¨² fue un cami¨®n de nitroglicerina, m¨¢s dado a clausurar una carrera que a dispararla. Una semana despu¨¦s, ante el Atl¨¦tico, dej¨® claro que los dos fallos clamorosos ante Cedr¨²n no le hab¨ªan afectado: provoc¨® un penalti, marc¨® un gol y dio la asistencia del otro.Su nombre empez¨® a poblar los titulares de prensa y los programas (le radio. Valdano trat¨® de protegerle del efecto de la fama repentina y le racion¨® las entrevistas * Habl¨® con ¨¦l y le hizo ver que no pod¨ªa consentir que los medios de comunicaci¨®n, para sus reportajes, le vistieran de torero o le hicieran hacer el pino en La Cibeles. "?Est¨¢ claro?", le pregunt¨®. "S¨ª", contest¨® el jugador. Al d¨ªa siguiente, Ra¨²l apareci¨® en la portada de un peri¨®dico montado en un elefante. "?Pero no hab¨ªamos hablado de que ten¨ªas que esquivar estas cosas"?, le protest¨® el entrenador. "No me dijiste nada de los elefantes".
En enero, cuando el Madrid gole¨® al Barcelona en la m¨¢gica noche del 5-0, ya nadie ponla en duda su categoria como jugador. Termin¨® el curso como titular indiscutible de un Madrid campe¨®n de Liga (28 partidos, 1.666 minutos y nueve goles) y como miembro destacado del equipo espa?ol que lleg¨® a las semifinales del Mundial juvenil de Qatar.
SEGUNDO A?O (95-96)
Tocaba presentarse en so ciedad por Europa, en la cotizada Champion League. Ra¨²l ense?¨® por primera vez sus goles, tres de una tacada, ante el Fe rencvaros (64) y se reserv¨® su mejor versi¨®n para los cuartos de final ante el Juventus, a la postre campe¨®n: marc¨® un gol, se manejo con una soltura impropia ante el oficio italiano y hasta se atrevi¨® a encararse con el veteran¨ªsimo Vierchwood, anunciando que nada ni nadie pod¨ªan echarle atr¨¢s. Fue elegido en el once ideal del torneo. En la competici¨®n dom¨¦stica se reserv¨® un papel decisivo en el derby del Bernab¨¦u (volvi¨® a marcar frente al Atl¨¦tico, 1 -0) y prolong¨® su crecimiento como futbolista en un a?o maldito para el madridismo: jug¨® m¨¢s partidos que nadie (40) y fue tambi¨¦n el m¨¢ximo goleador de su equipo (40). Tambi¨¦n escal¨® con la selecci¨®n. Lleg¨® a la final sub 21 ante Italia (1 -1), marc¨® el gol espa?ol, de falta directa, pero luego fall¨® el lanzamiento que decidi¨® el t¨ªtulo en la tanda de penaltis. Pese a la presi¨®n popular, Clemente le dej¨® fuera de la Eurocopa de Inglaterra. S¨ª lo cit¨® para los Juegos. En Atlanta, Ra¨²l dej¨® un gol de falta directa memorable, pero no pudo evitar que Argentina tumbara a Espa?a en los cuartos de final. Cerraba as¨ª un a?o y pico de estancia en la ¨¦lite y ya se hab¨ªa editado un libro sobre su vida.
TERCER A?O 96-97)
Sacado de sitio por la llegada de Mijatovic y Suker, oscurecido por la invasi¨®n de estrellas en la Liga espa?ola, Ra¨²l ha seguido asomando su cabeza. Ha jugado todos los partidos de Liga con su equipo, suma nueve goles y ha demostrado que puede competir sin complejos con los mejores jugadores del planeta. Ya le ha ganado a todos los equipos de Primera, menos al Racing, y su balance liguero s demoledor: 49 victorias, 23 empates y 16 de rotas. Las puertas de la elecci¨®n se le abrieron definitivamente. Clemente le ha hecho titular in discutible desde su deb¨² ante la Rep¨²blica Checa, el 9 de octubre de 1996. Ya acumula cuatro entorchados y un gol ante la tan temida selecci¨®n yugoslava.Sus ¨²ltimas exhibiciones con el Madrid, ante el Valladolid, en Copa, y, sobre todo, frente al Atl¨¦tico, en Liga, le han terminado por conceder la supremac¨ªa moral del equipo, por encima incluso de Suker y Mijatovic. Los piropos se le acumulan. Un ejemplo, el lanzado por Lorenzo Sanz: "Si se llamara Raulinho, valdr¨ªa 30.000 millones".
Es curioso que haya sido el Atl¨¦tico, precisamente el equipo en el que pr¨¢cticamente comenz¨® a jugar al f¨²tbol, el equipo que m¨¢s haya sufrido las maneras del delantero: cuatro derrotas y cuatro goles en cuatro partidos. Y es que Ra¨²l, cansado de que le recuerden su pasado rojiblanco y le insinuen que a¨²n le tiran un poco esos colores, sale siempre supermotivado frente al Atl¨¦tico. El s¨¢bado zanj¨® la cuesti¨®n. "Despu¨¦s de este partido", coment¨® Ra¨²l sobre su actuaci¨®n en el Calder¨®n, "a ver qui¨¦n sigue diciendo que me tira el Atl¨¦tico. Yo soy madridista".
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