Una generaci¨®n sin complejos
Moy¨¤ es el abanderado de un grupo de jugadores que ha cambiado los esquemas del tenis espa?ol
Carles Moy¨¤ contest¨® incluso con cierta agresividad cuando esta semana un periodista le califico de especialista de la tierra batida. "?Usted de qu¨¦ me habla?", le respondi¨®. "Creo que he progresado lo suficiente en superficies r¨¢pidas como para que deje de catalogarme de esa forma". ?sta reacci¨®n era impensable en un tenista espa?ol desde la era de Manuel Santana. Las superficies duras siempre hab¨ªan constituido una barrera infranqueable. Sin embargo, la ¨²ltima generaci¨®n de jugadores espa?oles ha abatido ese muro.Caries Moy¨¤ es el abanderado de esta ¨²ltima revoluci¨®n. Su clasificaci¨®n para la final del Open de Australia, que la pasada madrugada habr¨¢ disputado ante el n¨²mero uno del mundo, Pete Sampras, y el acceso a los cuartos de final de Albert Costa y F¨¦lix Mantilla, han desvelado una situaci¨®n que se estaba maquinando desde hac¨ªa un par de a?os. Ni eso es casual ni lo es que Bruguera ganara la plata ol¨ªmpica en Atlanta, ni que ?lex Corretja tuviera en match-ball a Pete Sampras en los cuartos de final del ¨²ltimo Open de Estados Unidos, ni que Javier S¨¢nchez le acompa?ara en aquella ronda del torneo neoyorquino.
Todo eso es el resultado de una serie de hechos que han ido configurando la estructura actual del tenis espa?ol y han permitido esta explosi¨®n de grandes jugadores en una generaci¨®n. Espa?a es ahora mismo una potencia mundial, avalada por datos muy concretos: es el pa¨ªs que concluy¨® 1996 con m¨¢s jugadores entre los 100 primeros del mundo (14, frente a s¨®lo 12 de EE UU), el segundo en t¨ªtulos (12, por 20 de EE UU) y el segundo que m¨¢s finales disput¨® (25 por 33 de EE UU). Adem¨¢s, en siete torneos las finales fueron jugadas por dos espa?oles. Todo eso ha sido posible fundamentalmente porque se ha contado con grandes atletas. Pero tambi¨¦n por otras circunstancias.
Una buena generaci¨®n. "Este es un aspecto fundamental", asegura Javier Duarte, entrenador de Berasategui, Corretja y Burillo. "Sin gente con talento, es muy dificil conseguir una explosi¨®n semejanite". Sin embargo, en muchas ocasiones los talentos se hab¨ªan perdido. Ahora, descubrir a los buenos jugadores resulta m¨¢s sencillo porque hay una estructura federativa -con centros de tecnificaci¨®n incluidos- que abarca toda Espa?a. Cualquier jugador que destaque puede ser reciclado.
Los circuitos sat¨¦lite. Todos los tenistas que pretenden entrar en el ATP Tour necesitan haber ganado los puntos en los circuitos sat¨¦lite. Son la antesala del profesionalismo. Y fue muy importante que la federaci¨®n espa?ola y la catalana mentalizaran a los clubes e la necesidad de convertir sus torneos aficionados en circuitos sat¨¦lites. El a?o pasado se disputaron nueve circuitos -de cuatro semanas- en Espa?a y, adem¨¢s, cuatro torneos challengers, el paso inmediatamente superior. Eso permite a los jugadores espa?oles poder ganar los puntos ATP en casa.
Las escuelas privadas. A mediados de los a?os ochenta se produjo en Espa?a una gran proliferaci¨®n de escuelas privadas, que permitieron ampliar el cupo de jugadores en centros de alta competici¨®n. Hasta entonces toda la responsabilidad en este aspecto hab¨ªa reca¨ªdo en la federaci¨®n. A partir de entonces, el tenis federativo tuvo competencia y se vio obligado a mejorar sus propias estructuras. Se produjo una mejora general. Y, algo m¨¢s importante a¨²n, de ah¨ª surgi¨® una gran generaci¨®n de entrenadores (Manuel Orantes, Lorenzo Fargas, Javier Duarte, Jos¨¦ Perlas, Jordi Vilar¨®, Gabriel Urp¨ª, Juan Avenda?o).
La preparaci¨®n f¨ªsica. Es uno de los aspectos donde m¨¢s ha evolucionado el deporte espa?ol. "Ahora no se concibe que alg¨²n jugador inicie la temporada sin haber hecho una pretemporada", se?ala Duarte. "Se ha producido una mejora gen¨¦tica importante", asegura Mariano Hontecillas, preparador fisico de Moy¨¤, Mantilla y los dos Costa. "Ahora tenemos grandes atletas. Pero es el trabajo del d¨ªa a d¨ªa lo que ha hecho posibles los ¨¦xitos".
Un grupo de buenos entrenadores. Hace algunos a?os s¨®lo se hablaba de Llu¨ªs Bruguera y de Pato ?lvarez cuando uno se refer¨ªa a los mejores entrenadores espa?oles. Ahora el abanico se ha ampliado. Ha surgido una nueva generaci¨®n de entrenadores, la mayor¨ªa de ellos buenos conocedores del circuito profesional, que han aportado nuevas ideas, han pacificado el panorama y han contribuido en gran parte a la creaci¨®n de la ¨²ltima hornada de jugadores espa?oles.
La cordialidad del grupo. La entrada de nueva savia en el tenis espa?ol permiti¨® acabar con situaciones viciadas de enfrentamientos que hab¨ªan perjudicado a su evoluci¨®n. "Ahora jugadores y entrenadores somos amigos. Nos ayudamos, compartimos los problemas, nos pasamos informaci¨®n y entre los jugadores hay una mentalidad nueva y muy abierta", dice Lorenzo Fargas, entrenador de Albert Costa. Y eso permite, adem¨¢s, una evoluci¨®n muy r¨¢pida: todos Juegan entre s¨ª y con otros tenistas m¨¢s j¨®venes, que as¨ª toman contacto con el tenis que se est¨¢ jugando en el circuito.
Sin miedo a las pistas r¨¢pidas. Esta nueva mentalidad se ha notado tambi¨¦n en la fijaci¨®n de objetivos: todos quieren jugar bien en cualquier tipo de superficie. "Yo creo que en parte ha sido una cuesti¨®n personal, pero tambi¨¦n se han visto obligados a mejorar en pistas r¨¢pidas porque la ATP les designa y les obliga a jugar en ellas con asiduidad. Y nadie quiere hacer el rid¨ªculo", comenta Duarte. La cuesti¨®n es que desde hace un par de a?os los tenistas espa?oles han perdido el miedo a las superficies r¨¢pidas. La mayor¨ªa de ellos hacen la pretemporada sobre este tipo de pistas. Y ahora ya son muchos los que est¨¢n ganando puntos, prestigio y dinero en estas superficies.
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