Digital viene de dedo
HEREDEROS DE la m¨¢s castiza tradici¨®n pol¨ªtica de la derecha espa?ola, los gobernantes del PP parecen haber aprendido bien la lecci¨®n de Romanones, cuando ¨¦ste se mostraba despreocupado por lo que dijeran las leyes con tal de que le dejaran redactar los reglamentos. Y tan es as¨ª que con el nuevo reglamento de la televisi¨®n por sat¨¦lite que el Gobierno quiere imponer como un tr¨¢gala pretende establecer cosas que en un pa¨ªs civilizado precisar¨ªan de una ley. Debe ser porque creen que lo de digital viene de dedo y que la televisi¨®n digital es aquella que se realiza de acuerdo con los dictados de Moncloa.El reglamento que quiere imponer el Gobierno, so pretexto de incorporar una directiva de la UE, es un fraude a la letra y el esp¨ªritu de la Misma y s¨®lo tiene por objeto favorecer a la empresa de televisi¨®n que el Gobierno promueve, con la complicidad de un magnate mexicano y del presidente de Telef¨®nica, cuyo principal activo profesional es ser compa?ero de juegos de Aznar, y a quien sin duda debe agradecimiento por su actual posici¨®n. Es impresionante el c¨²mulo de irregularidades que se han producido al promulgar la norma, que ver¨¢ la luz este fin de semana si nadie con criterio lo remedia.
El Gobierno se encontraba en falta desde hace casi un a?o por la no publicaci¨®n del reglamento; para reparar ese vac¨ªo, al Consejo de Ministros del pasado viernes lleg¨® un texto que hab¨ªa pasado ya todos los tr¨¢mites legales previos: dictamen de la Comisi¨®n Asesora de Telecomunicaciones y del Consejo de Estado, despu¨¦s de las consultas l¨®gicas a la industria y a los operadores. Como ese texto no satisfac¨ªa los prop¨®sitos torvos del Gabinete -que trata de impedir la competencia entre dos empresas de televisi¨®n digital para favorecer a la de sus amigos-, el Consejo aprob¨® otro texto y lo remiti¨® de urgencia al Consejo de Estado para que informara en cinco d¨ªas. ?A qu¨¦ las prisas? El Gobierno ya estaba en mora por la no incorporaci¨®n de la directiva europea a su legislaci¨®n y el Ejecutivo hab¨ªa perdido el tiempo durante meses. La ¨²nica justificaci¨®n de esa urgencia era frenar a los competidores de la plataforma del Gobierno la misma semana que comienzan su operaci¨®n comercial. Incluso si no logran su prop¨®sito, el descr¨¦dito que el poder ha desatado contra Canal Sat¨¦lite le causar¨¢ ya da?os irreparables, que sin duda reclamar¨¢ por v¨ªa judicial al Tesoro P¨²blico.
?Tan torpes eran los redactores del antiguo texto y tan listos los integrantes de la mesa del Gobierno que no se dio cuenta nadie de las lagunas que en el primer reglamento hab¨ªa? M¨¢s bien cabe pensar que la situaci¨®n hab¨ªa cambiado despu¨¦s del acuerdo entre Canal + y Antena 3 sobre el f¨²tbol y que el Gobierno est¨¢ dispuesto a echar un pulso a todos los sectores que no le rinden pleites¨ªa. El resultado es que se han incumplido con desverg¨¹enza todos los tr¨¢mites procesales, se ha manipulado a la Comisi¨®n Asesora de Telecomunicaciones, se ha ocultado el texto y se ha conseguido, eso s¨ª, una unanimidad encomiable: todas las empresas privadas de televisi¨®n de este pa¨ªs son contrarias al nuevo texto, al que s¨®lo apoya TVE (incluso las auton¨®micas se han abstenido). ?Pero qu¨¦ le importa a este Gobierno la opini¨®n de las empresas privadas espa?olas si la mexicana Televisa est¨¢ de acuerdo? Y es sin duda con Televisa con la que Aznar tiene un compromiso que esperamos aclare pronto.
Las cuestiones de procedimiento son esenciales, porque revelan los modales antidemocr¨¢ticos de la derecha que nos gobierna. Pero mucho peor resulta el fondo de este asunto: aunque el Gobierno se escude en que s¨®lo trata de incorporar una directiva europea a la legislaci¨®n espa?ola, la realidad es que ning¨²n otro Ejecutivo europeo la ha interpretado como Aznar y sus palmeros medi¨¢ticos, y que la televisi¨®n digital funciona en Europa sin las cauciones gubernamentales que el PP quiere imponer. Es l¨®gico que Canal Sat¨¦lite Digital haya anunciado su intenci¨®n de denunciar al Gobierno ante la UE por pr¨¢cticas monopolistas.
Aznar se present¨® a los ciudadanos prometiendo privatizar TVE, un menor intervencionismo en las empresas y un talante de centro. Han bastado pocos meses para demostrar el enga?o que encerraban esas promesas y la pasi¨®n intervencionista y de amiguismo que le anima. El reglamento pretende obligar a entregar la lista de clientes de los operadores de televisi¨®n al Consejo Asesor de Telecomunicaciones, arbitra un sistema de precios establecidos por el Ministerio de Fomento y plantea serias cortapisas para la concesi¨®n de licencias de propiedad industrial a los fabricantes de descodificadores. La consecuencia de esa actitud -que atenta contra la libertad de comercio y contra el funcionamiento de la econom¨ªa de mercado- es que los operadores de televisi¨®n tendr¨¢n que instalarse en pa¨ªses europeos diferentes a ¨¦ste y que los equipos no se fabricar¨¢n en Espa?a. Canal Sat¨¦lite ya opera desde Luxemburgo, y desde Miami lo ha hecho otro programador de cable. Adem¨¢s, es rid¨ªculo suponer que Phillips o Sony van a aceptar cortapisas que no se exigen en Francia o Portugal.
La faz centrista de Aznar ha durado lo que un caramelo a la puerta de un colegio. Sin embargo, tiene el presidente una especial dificultad para ejercer el mando: est¨¢ en minor¨ªa en el Congreso. Pujol est¨¢ haciendo un alarde de prudencia encomiable. Con raz¨®n el presidente de la Generalitat tranquilizaba al de Francia respecto al mantenimiento de la estabilidad pol¨ªtica en Espa?a, que se debe al ejercicio de responsabilidad que Converg¨¨ncia viene realizando. Siempre hemos defendido la necesidad de que los nacionalistas catalanes apoyaran al PP con vistas a la integraci¨®n en la moneda ¨²nica europea. Seguimos pensando lo mismo, pues unas elecciones anticipadas no ser¨ªan buenas para este pa¨ªs y la continuidad de la legislatura conviene a los espa?oles. Pero el PP no debe abusar de la paciencia de sus socios en el Parlamento ni de la de los ciudadanos. Despe?arse por la pendiente del abuso, el amiguismo y la arbitrariedad y potenciar la crispaci¨®n es pasaporte seguro hacia un final similar al de Romanones. Con la tranquilidad de que no est¨¢ en juego el sistema, sino la pasi¨®n de mando de los gobernantes.
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