Los 'asesinos del rol' llevaban cuchillos para matar a otra persona al ser detenidos
La Audiencia de Madrid celebr¨® ayer la segunda sesi¨®n del juicio sobre el crimen del rol, una diversi¨®n juvenil que dos estudiantes madrile?os convirtieron en realidad en abril de 1994 al matar de 19 cuchilladas, siguiendo las pautas de un macabro juego de rol, a Carlos Moreno, de 52 a?os. L¨²cer, una de las 40 personalidades en las que se reencarnaba Javier Rosado, maestro del juego, ten¨ªa todo dispuesto para asesinar a una segunda v¨ªctima cuando fue detenido junto a su c¨®mplice -F¨¦lix M., de 17 a?os en el momento de los hechos- la noche del 4 de junio de 1994. Portaban cuchillos y acababan de comprar una caja con 10 guantes de l¨¢tex, seg¨²n declararon ayer los polic¨ªas que intervinieron en su detenci¨®n.
Era el mismo tipo de guantes que 35 d¨ªas antes, el 30 de abril de 1994, hab¨ªa empleado Rosado para ejecutar su "teor¨ªa del asesinato perfecto: sin m¨®vil, sin testigos...". En la garganta de Carlos Moreno, la polic¨ªa hall¨® un trozo de guante de l¨¢tex. La v¨ªctima, en el forcejeo con Rosado para defender su vida de las cuchilladas, mordi¨® el dedo pulgar de su agresor y se qued¨® con un trozo de guante en la boca. F¨¦lix M. declar¨® el primer d¨ªa que fue Rosado el autor de las 19 pu?aladas que acabaron con la vida de Carlos Moreno. Asegur¨® al tribunal que se qued¨® detr¨¢s, como petrificado, al ver que, de repente, Rosado se abalanz¨® sobre la v¨ªctima y comenz¨® a infligirle cuchilladas.La polic¨ªa abort¨® el proyectado segundo crimen (que supuestamente iban a cometer Rosado, F¨¦lix y los tambi¨¦n procesados en esta causa Jacobo P. y Javier E.) merced a la denuncia de un miembro de la pandilla: Enrique M.; Jacobo y Javier E. sostienen que nunca creyeron que Rosado y F¨¦lix hubiesen matado a una persona, como les hab¨ªan dicho, y que tambi¨¦n interpretaron como una fantas¨ªa m¨¢s del juego la idea de matar a otra persona.
El denunciante
El testimonio de Enrique M., el denunciante, era importante. Sobre todo para aclarar por qu¨¦ Enrique -quien tambi¨¦n formaba parte de esa pandilla y jugaba con ellos al rol- s¨ª crey¨® a Rosado cuando ¨¦ste, jact¨¢ndose, cont¨® al grupo que hab¨ªa matado a un hombre y pretend¨ªan repetir la brutal experiencia. Enrique conoci¨® los planes por Javier E., en el instituto. "Me dijo que Javier y F¨¦lix hab¨ªan matado a un hombre y que si yo quer¨ªa ir con ellos a matar a otro. Me lo tom¨¦ mitad en broma, mitad en serio. Le dije que s¨ª ir¨ªa, pues no era cuesti¨®n de llevar la contraria a alguien que me dec¨ªa eso".Enrique despej¨® horas despu¨¦s sus dudas iniciales sobre la veracidad de lo escuchado en boca de Javier E. La pandilla se reuni¨® por la noche en casa de F¨¦lix para presenciar un v¨ªdeo grabado de la televisi¨®n que informaba de la muerte. Observ¨® c¨®mo Rosado, con gestos de orgullo, ampliaba los datos y correg¨ªa los errores. En la cr¨®nica televisiva se dec¨ªa, por ejemplo, que la polic¨ªa hab¨ªa encontrado un reloj debajo del cad¨¢ver. Rosado no tuvo empacho en decir, delante de todos, que se trataba del reloj de F¨¦lix, de cuya mu?eca efectivamente hab¨ªa desaparecido. Comenz¨® a atar cabos -el reloj, las secuelas del mordisco en el dedo de Javier...- y cont¨® el caso, primero, a un sacerdote.
?ste le dijo que siguiera indagando. Opt¨® por contarlo todo a la polic¨ªa el s¨¢bado, horas antes de la fecha fijada para ejecutar el segundo crimen. En concreto, vio que no era una broma tras telefonear a Rosado para preguntarle por la hora de salida y lo que deb¨ªa llevar. "Me dijo que nos ver¨ªamos a medianoche en la casa de F¨¦lix, que llevase un arma y una bolsa para limpiar la sangre".
Ayer testificaron otras 14 personas. Entre ¨¦stas, los polic¨ªas que intervinieron en la detenci¨®n de Rosado y F¨¦lix M. Los agentes se?alaron que en un registro efectuado en casa de Rosado hallaron decenas de libros sobre sadismo y terror. Y en una mochila que hab¨ªa en la habitaci¨®n de F¨¦lix M., tres folios escritos a m¨¢quina por Rosado sobre el crimen de Carlos Moreno.
El relato es un monumento a la crueldad y al salvajismo.
Rosado detalla en ¨¦l la agon¨ªa de Carlos Moreno y sus est¨¦riles intentos por escapar de las cuchilladas en ¨®rganos no vitales que, seg¨²n el escrito, propinaron ¨¦l y F¨¦lix a la v¨ªctima. "Deb¨ªa morir lentamente y con gran sufrimiento", escribi¨®. "Le¨ªmos un relato espeluznante sobre la muerte de este hombre", confes¨® uno de los polic¨ªas. Los agentes afirmaron que el contenido del relato "coincid¨ªa" plenamente con las circunstancias que rodearon el crimen de Carlos Moreno.
Los abogados de la defensa entienden que ese diario es pura ficci¨®n, "un relato novelesco" basado en los muchos libros sobre terror que ha le¨ªdo Rosado. "El diario lo ha escrito la persona que ha hecho eso [el crimen]; hay muchas coincidencias; las heridas, las caracter¨ªsticas de la v¨ªctima, los guantes de l¨¢tex subray¨®, convencido otro de los agentes.
Parte de las fichas y documentaci¨®n del juego de rol Razas, inventado por Rosado y germen de la cruel muerte de Carlos Moreno, las hall¨® la polic¨ªa en un registro en casa de Javier E. Una de las fichas del juego, llamada Benito, era distinta del resto: se trataba de un mu?eco gordito, calvo, bajito y sin cuerdas vocales. La confeccion¨® Rosado para representar en el juego al hombre asesinado en la vida misma.
"Como un hermano"
Tambi¨¦n prest¨® ayer declaraci¨®n el padre de F¨¦lix M. Cont¨® que Rosado era "como un hermano mayor" para su hijo y que, tras el crimen, "F¨¦lix perdi¨® ocho kilos y apenas sal¨ªa de casa". El hombre, abatido y emocionado, se abraz¨® y bes¨® a F¨¦lix, franqueado por los polic¨ªas que le custodian, al acabar su testimonio. Una psic¨®loga afirm¨®, por su parte, que not¨® en F¨¦lix problemas de afectividad al morir su madre tras una larga enfermedad.Los amigos de Javier Rosado, que tambi¨¦n testificaron, destacaron su "inquietud intelectual" y confesaron que siempre le vieron "como a un chico normal" que a veces era objeto de broma "por su pinta y forma de andar". No obstante, uno de ellos relat¨® que Rosado le hizo un d¨ªa la siguiente confidencia: "Al levantarme he visto un mu?eco en el espejo que se ha abalanzado sobre m¨ª, apret¨¢ndome el cuello".
Hoy ser¨¢ un d¨ªa clave en la vista oral. Los peritos se pronunciar¨¢n sobre el estado mental de los encausados. De sus informes depender¨¢ que cumplan una eventual pena en un psiqui¨¢trico o en una c¨¢rcel.
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