Concierto
Entre los asistentes al festival de promoci¨®n de las Spice Girls el otro d¨ªa en Madrid, aunque todos ¨¦ramos posibles v¨ªctimas, nos encontr¨¢bamos gentes muy diversas. Algunos ¨¦ramos padres que quisimos complacer a nuestras hijas y nuestros hijos, asegurando de paso nuestra propia tranquilidad al acompa?arles.La mayor¨ªa eran los propios hijos / hijas, que estaban encantados de darse un ba?o de multitud a la salud de tan marchosas beldades brit¨¢nicas. Pero asist¨ªa tambi¨¦n una categor¨ªa m¨¢s. Hablo de los inconscientes e incompetentes organizadores, corresponsables con la firma comercial que se apuntaba el tanto, organizadores y firma que se desentendieron absolutamente de las posibles consecuencias, aunque se cuidaron muy bien de hacer su agosto vendiendo compacts y casetes dedicados.
El sector fan y su generaci¨®n progenitora sufrimos por igual; los primeros, comprimidos, a punto de la asfixia; los segundos, angustiados, adem¨¢s, ante la idea de un aplastamiento masivo.
Por mi parte, puedo decir que al principio estaba junto al tablado, porque llegu¨¦ con la necesaria antelaci¨®n, pero me fui retirando cada vez m¨¢s a medida que se ve¨ªa venir la posible tragedia, mientras mis hijas y sus amigas lloraban desconsoladamente porque ve¨ªan alejarse el sue?o de ver de cerca a sus ¨ªdolas, hasta que pude sacarlas de all¨ª, matando as¨ª del todo ese sue?o. Entretanto llam¨¦ desde mi m¨®vil a la Polic¨ªa Municipal un par de veces, que siempre se hac¨ªa de nuevas sobre la situaci¨®n y, no hizo nada; me desga?it¨¦ con los empleados del miniservicio de seguridad que hab¨ªa por all¨ª y con los pobres vendedores de El Corte Ingl¨¦s, sin conseguir que los organizadores hicieran algo tan simple como poner una persona en cada una de las cuatro salidas para no permitir la entrada de m¨¢s p¨²blico.
En efecto, desde una hora antes estaba llena la peque?a explanada, ahora convertida en trampa, y sus tres o cuatro accesos.
Fue, por ello, una inconsciencia criminal permitir la, entrada de m¨¢s p¨²blico, y esa inconsciencia quedar¨¢ impune, porque, felizmente la suerte ama a las / los amantes de la m¨²sica, incluidos los / las seguidores de las Spice Girls.-
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