Sancrist¨®bal declara en Suiza ante el juez que investiga el 'caso Rold¨¢n'

El ex director general para la Seguridad del Estado, Juli¨¢n Sancrist¨®bal, prest¨® ayer declaraci¨®n en calidad de testigo en Ginebra ante el juez Paul Perraudin, seg¨²n manifest¨® su abogado, Bruno de Preux, que se neg¨® a desvelar el asunto por el que el juez cit¨® a su cliente."Se trata, a mi juicio, de algo sin importancia, que ya se ha solucionado y que no necesariamente tiene que ver con el asunto Rold¨¢n", manifest¨® el abogado de Sancrist¨®bal, quien confirm¨® que el interrogatorio se desarroll¨® en el despacho del juez ginebrino, en el Palacio de Justicia, y se prolong¨® "varias horas".

Seg¨²n una comisi¨®n rogatoria del juez Perraudin, cuyo contenido figura en el sumario del caso Rold¨¢n, se menciona una cuenta en la que aparece "don Juli¨¢n Sancrist¨®bal" como la persona con derechos econ¨®micos sobre la cuenta. Seg¨²n las investigaciones del juez suizo, a trav¨¦s de esa cuenta y de otra, propiedad del antiguo director de la Guardia Civil, Luis Rold¨¢n, ¨¦ste malvers¨® unos 60 millones de pesetas de los fondos reservados que estaban destinados, en principio, a realizar una investigaci¨®n al financiero Jacques Hachuel, investigaci¨®n que nunca se llev¨® a cabo. Este hecho fue negado en febrero de 1996 por el ex director de la Seguridad del Estado ante la juez Ana Ferrer, que se ocupa del sumario.

De los movimientos de ambas cuentas se desprende que en noviembre de 1993 se produjo una transferencia de 640.000 francos suizos (unos 62 millones de pesetas) desde la cuenta de Sancrist¨®bal a la de Rold¨¢n, por lo que el primero recibi¨® a cambio 60 millones de pesetas en efectivo procedentes de los fondos reservados. La irregularidad se produjo cuando los 60 millones de pesetas, en vez de regresar a las arcas del Estado a trav¨¦s de Rold¨¢n, fueron a engrosar una cuenta que su esposa ten¨ªa en Suiza.

De Preux se?al¨® que era m¨¢s f¨¢cil que Sancrist¨®bal declarara en Suiza a que lo hiciera en Madrid aprovechando la reciente visita del juez Perraudin para interrogar a Rold¨¢n, pues hubiera tenido que solicitar una comisi¨®n rogatoria y el permiso de los jueces espa?oles.