Cervantes, 1997: sombras, ciberespacio y dislates
A 450 a?os de su nacimiento, dudas, an¨¢lisis y admiraci¨®n se acumulan en tomo al autor del Quijote
El ¨²ltimo grito entre los hispanistas norteamericanos de vanguardia es estudiar el femnismo en Miguel de Cervantes, pero otros han pasado ya a Don Quijote por el psicoan¨¢lisis lacaniano. Los europeos, m¨¢s tradicionales, tiran de electr¨®nica en busca de eso que Francisco Rico llama "los monstruos del Quijote" centenares de errores que han sobrevivido a la publiaci¨®n de m¨¢s de mil ediciones -unas 500 en espa?ol y cerca de 600 en otras lenguas, 56 en franc¨¦s, dos en euskera, una en tagalo o lat¨ªn macarr¨®nico-. Y mientras Javier Mar¨ªas afirma la "muy escasa espa?olidad" del escritor, Arrabal proclama su homosexualidad y Francisco Ayala dice que con ¨¦l "no se debe hacer blablabl¨¢", el genio sigue vivo, incluso en el ciberespacio: Cervantes habita en Internet.
, El pr¨®ximo mes de octubre -?o fue el 29 de septiembre el d¨ªa que naci¨®?- se cumplir¨¢n 450 a?os del nacimiento de Miguel de Cervantes Saavedra. Su ciudad natal, Alcal¨¢ de Henares, lo celebra con seis meses de actividades que van a reunir a especialistas del mundo entero, citados tambi¨¦n para otros congresos masivos en Nanjin (China) y Buenos Aires. A la espera de la luz, el A?o Cervantes -que arranca ma?ana en Alcal¨¢ en una comida elaborada con ocho platos nombrados en El Ouiiote- estar¨¢ marcado por algunas de estas novedades, proyectos, sombras y... dislates.De misterios y cervantas. ?Qu¨¦ queda por saber de Miguel de Cervantes, personaje oscuro, novelista insigne, poeta frustrado, hombre de sombras y de luces del que a ciencia muy cierta se sabe que fue manco? Francisco Rico, acad¨¦mico y fil¨®logo: "Nos falta conocer su cotidianeidad, su extra?a relaci¨®n con las mujeres de su casa, las Cervantas, entender su car¨¢cter, capaz de comprenderlo todo, de respetar todo, incluso la locura de Don Quijote. Porque esa tolerancia aparente, mezclada con su vanidad, no parece compatible con su situaci¨®n de hombre desplazado de su tiempo, como Antonio Machado ante la Generaci¨®n del 27".
"Los documentos conocidos sobre su vida informan s¨®lo parcialmente", dice Jean Cannavagio, hispanista franc¨¦s, autor de una interesante biograf¨ªa, que se suma a otras anteriores, como las de Astrana Mar¨ªn y Rodr¨ªguez Mar¨ªn; "y apenas iluminan sobre los cambios. Se sabe que a los 20 a?os se va a Italia, pero no porqu¨¦. Est¨¢ en Roma y se marcha a Lepanto, nadie sabe c¨®mo. Trata de escaparse cuatro veces de Argel, y se salva las cuatro. Se ignora la raz¨®n. Vuelve a Madrid, se casa en Esquivias y a los tres a?os abandona el hogar y se va a Andaluc¨ªa. No hay motivos aparentes, aunque se habla de rencillas con su mujer. Parece que lo encarcelan en Sevilla, donde 'engendra' el Quijote... ?Pero qu¨¦ quiere decir engendrar?"
Cuatro siglos y medio despu¨¦s, un saco de inc¨®gnitas. ?Hay respuestas en la ficci¨®n? 'F¨¢bulas mentirosas', las llama Cervantes. Pero algunas certezas contradictorias sustituyen poco a poco a la mitificaci¨®n, dice su bi¨®grafo: "Siempre anduvo metido en asuntos de dinero, aunque hablaba de su pobreza exagerada. Fue hombre de negocios, pero cuando suma comete errores. Se sabe que no logr¨® el ¨¦xito esperado en los corrales, y que la aparici¨®n de Lope le llen¨® de amargura aunque su estilo no se correspond¨ªa con sus convicciones: acept¨® su condici¨®n de segund¨®n porque se proyect¨® m¨¢s all¨¢ de su tiempo, ten¨ªa una conciencia muy fuerte de escritor, nada pegada al ¨¦xito: su ambici¨®n era m¨¢s fuerte".
De 'gays' y burdeles. "Cervantes suscita muchos entusiasmos, y eso ha dado pie a todo tipo de adhesiones esot¨¦ricas", dice Francisco Rico. Y aunque le duela a Francisco Ayala, premio Cervantes, que cree que "de una figura as¨ª no se puede decir nada porque lo ¨²nico que puede uno decir es una bobada y para qu¨¦ hacer blablabl¨¢", por charlas no ha quedado. Por ejemplo, Fernando Arrabal, en su ensayo Un esclavo llamado Cervantes, trat¨® de, probar la homosexualidad del autor de Rinconete y Cortadillo. Al parecer, la que hizo saltar la liebre fue una hispanista italiana, Rosa Rossi. "S¨ª, se ha dicho que Cervantes se salv¨® de la tortura en Argel por un supuesto romance con el comandante de los Ba?os", comenta desde Cambridge el hispanista Anthony Close: "Igual que hay mucha gente dispuesta a jurar su ascendencia jud¨ªa. Disparates. Aunque hay pasajes en sus obras teatrales en que escribe agudamente de las tentaciones a las que se ven sometidos los cautivos... ni se compromete ni se solidariza."
Si bien, en cuanto a sus hermanas las Cervantas, Cannavagio cree que "es evidente que se dieron a galanteos y tratos il¨ªcitos. Se dice que la casa de Valladolid fue un burdel, y hay actas notariales que prueban que tratan con amantes de modo comercial, matrimonios no cumplidos y pagados, lo cual no impide que luego acabaran convertidas en beatas... Nada de eso cambiar¨ªa el valor de la obra".
De herencias y relecturas. Eso mismo, pero al rev¨¦s, cree Ayala, que a sus 90 a?os dice haber le¨ªdo el Quijote cuando ten¨ªa ocho: "Lo conozco casi mejor que mis propias obras, he escrito mucho sobre ¨¦l, y cada vez que lo leo se convierte en otro libro. En eso consiste la vitalidad de la literatura".
A Javier Mar¨ªas, el entusiasmo le llega por una doble v¨ªa: "Por el lado directo, me fascina el Quijote, las Novelas ejemplares, el Persiles... Por el indirecto, Cervantes me ha llegado a trav¨¦s de la novela inglesa del XVIII -Dickens y Tristram Shandy, sobre todo, tal vez la obra m¨¢s cervantina despu¨¦s de Cervantes- y de los franceses. Ellos son los que mejor han guardado el linaje".
Y a?ade su puya: "La tradici¨®n novel¨ªstica espa?ola est¨¢ hecha en contra de Cervantes: tenerlo en nuestra propia lengua tal vez ha dificultado las cosas, porque ¨¦l agot¨® la lengua para una larga temporada, pero es muy frecuente que los escritores espa?oles se reclamen cervantistas y yo no veo eso por ning¨²n sitio. Tal vez se olvida que era un espa?ol muy pasado por el extranjero, que era un espa?ol poco espa?ol, mucho m¨¢s intelectual que la media. Y m¨¢s gracioso, claro. Por algo el Quijote se ley¨® mucho tiempo como un libro c¨®mico -los ni?os se aburren, los mayores se divierten y los viejos lo entienden...-".
Juan Goytisolo tambi¨¦n ha hablado de esa incumplida tradici¨®n. Fue en el art¨ªculo La herencia de Cervantes (EL PA?S, 8 de enero de 1996): "El autor del Viaje del Parnaso, 'raro inventor', no consiente la descendencia prolifera.( ... ) Su gran lecci¨®n es acceder a la literatura a partir de la anomal¨ªa, situarse deliberadamente al margen de modas, corrientes y g¨¦neros".
De deudas y Cd-Roms. Curiosamente, esa anomal¨ªa se ha extendido al campo editorial. Despu¨¦s de 1.000 ediciones, entre traducciones y nuevos estudios cr¨ªticos en espa?ol, el Quijote todav¨ªa est¨¢ lleno de errores. Francisco Rico y un centenar m¨¢s de especialistas trabajan ya en la versi¨®n CD-Rom para el Instituto Cervantes, que se publicar¨¢ el 12 de octubre, y que, seg¨²n el responsable del texto y las notas, cuenta "con las m¨¢s modernas t¨¦cnicas electr¨®nicas de detecci¨®n de graf¨ªas y erratas". El texto reproduce la tercera edici¨®n, publicada por Francisco de Robles en 1608, que se supone fue corregida por el propio Cervantes: "En aquella ¨¦poca trabajaba mucho para su editor, hac¨ªa de negro escribiendo las dedicatorias, lo que hoy ser¨ªan las solapas. A Robles, que ten¨ªa un garito de juego, Cervantes siempre le deb¨ªa dinero".
Seg¨²n Rico, la edici¨®n resolver¨¢ las cuatro fuentes de errores que todav¨ªa padece uno de los bestsellers de la historia: "Uno, el borrador original de Cervantes; dos, la copia en limpio; tres, las p¨¢ginas editadas, y cuatro, los disparatados estudios de muchos ignorantes".
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