Alarc¨®n, virtual presidente de Ecuador y tercer jefe de Estado en una semana
![Juan Jes¨²s Azn¨¢rez](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F6c0df8bd-0ff3-4468-936e-c96fafaa26b6.png?auth=b5d935e44f236e02ca04903532080bbde3883da024a5334989732c8e86c47147&width=100&height=100&smart=true)
Poco antes de que, en una movida sesi¨®n plenaria, el Congreso de Ecuador se dispusiera a nombrar la pasada madrugada a su presidente, Fabi¨¢n Alarc¨®n, como jefe de Estado interino, la presidenta temporal saliente, Rosal¨ªa Arteaga, lanz¨® acusaciones de extrema gravedad. Durante la crisis de los tres presidentes comprob¨® que en Ecuador "todo est¨¢ en venta, hasta los principios y las conciencias". "En todas partes campea el chantaje y la desverg¨¹enza", denunci¨® la mujer que se considera despojada de sus derechos constitucionales.
, A primeras horas de la tarde (la madrugada de hoy en Espa?a), Alarc¨®n dispon¨ªa de los votos suficientes para hacerse con la jefatura del Gobierno hasta las elecciones generales de la primera mitad de 1998 en el pa¨ªs andino, desangrado institucional y econ¨®micamente durante el aprieto m¨¢s grave de su reciente historia. La crisis de los tres presidentes parec¨ªa llegar a su fin.En una alocuci¨®n desde el Palacio presidencial Rosal¨ªa Arteaga declar¨®: "Parecer¨ªa que vivimos en un baratillo donde la ¨²nica forma de medir la vida fuera el dinero y el poder. Siendo repugnancia". Arteaga, que ofreci¨® su renuncia a los parlamentarios, piensa escribir un libro sobre las tropel¨ªas que dice haber sufrido y llam¨® a una consulta popular sobre la conveniencia o no de convocar una Asamblea Constituyente y sobre qui¨¦n deba suceder al presidente en caso de ausencia definitiva de ¨¦ste. Una de las preguntas propuestas interroga sobre si ella ten¨ªa o no derecho a la jefatura del Estado. Arteaga, pese a sus acusaciones, dijo que permanecer¨ªa como vicepresidenta y ¨²nicamente renunciar¨ªa si la consulta le es desfavorable.
Persuadida 'manu militari'
La reticente presidenta temporal fue persuadida manu militari de la necesidad de acatar la decisi¨®n del Congreso para evitar el regreso a la virulenta crispaci¨®n nacional. de la pasada semana. "?No ser¨¢ que detr¨¢s de todos estos argumentos se esconde una actitud malsana y abominable como el machismo que pretende desconocer la capacidad de una mujer para dirigir los destinos de una naci¨®n?". Rosal¨ªa Arteaga evit¨® ceder el mando porque niega al Congreso competencias para designar una jefatura interina.
"Esta noche el Congreso pretende fraguar el delito de la inconstitucionalidad basada en una supuesta representatividad del Congreso. Lastimosamente parece que siguen primando los intereses y las ambiciones". Hasta ¨²ltima hora Arteaga se mantuvo firme en esa tesis pese a haber aceptado el acuerdo parlamentario que la nombr¨® presidenta temporal en sustituci¨®n de Abdal¨¢ Bucaram, apartado con cargo de enajenaci¨®n mental. Y como ocurri¨® durante el desarrollo de la crisis, las instrucciones castrenses determinaron el comportamiento pol¨ªtico. La abogada Rosal¨ªa Arteaga, cort¨¦smente conminada por los generales y almirantes del comando conjunto, prometi¨® acatar la resoluci¨®n parlamentaria. As¨ª lo hizo saber Nelson Robelly, ministro secretario general de la Administraci¨®n y uno de los hombres de confianza de Arteaga, en una comparecencia ante la prensa. Quedaba claro, pues, que, Alarc¨®n se perfilaba como presidente interino por dos veces en seis d¨ªas. Nunca como ahora el texto fundamental ecuatoriano hab¨ªa sido tan manoseado: unos y otros lo interpretaron, o manipularon en provecho propio, y llevaron la crisis de los tres presidentes a situaciones grotescas. El pa¨ªs sum¨® m¨¦ritos para incorporarse a la categor¨ªa de rep¨²blica bananera.
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