Una banda de proxenetas y polic¨ªas mat¨® al periodista argentino Cabezas
La investigaci¨®n de la muerte de Jos¨¦ Luis Cabezas, fot¨®grafo de la revista Noticias, secuestrado el pasado 25 de enero, esposado y asesinado de un balazo en la cabeza y posteriormente calcinado junto con el coche que alquilaba para trabajar durante la temporada de verano en Pinamar, se ha centrado en "una banda integrada, probablemente, por delincuentes comunes y polic¨ªas retirados o en actividad", seg¨²n confirm¨® ayer un portavoz del juez de instrucci¨®n. De momento, hay cinco detenidos.
, Carlos Alberto Reduello, un ex convicto procesado por varios delitos, interesado en los 300.000 d¨®lares (m¨¢s de 40 millones de pesetas) de la recompensa que ofreci¨® el gobernador de la provincia de Buenos Aires, denunci¨® a cinco supuestos integrantes de una banda dirigida por Margarita di Tullio, llamada Pepita la pistolera, que administra prost¨ªbulos y trafica con droga en el puerto de Mar del Plata, la popular ciudad balnearia situada 400 kil¨®metros al sur de Buenos Aires, sobre el oc¨¦ano Atl¨¢ntico.El informante Reduello, que se present¨® de forma espont¨¢nea ante el jefe de la polic¨ªa, declar¨® que varios d¨ªas antes del crimen, en una reuni¨®n donde estaba Margarita di Tullio, le oy¨® decir: "Hay un periodista de Noticias que est¨¢ jodiendo y hay que sacarlo del medio". Cuando se enter¨® del crimen hizo tina relaci¨®n de los hechos y viaj¨® nuevamente a Mar del Plata. para "conocer m¨¢s detalles". En los registros domiciliarios de los acusados -Di Tullio y su pareja Pedro Villegas, adem¨¢s de Domingo Dominicetti, Flavio Stesk y el ciudadano uruguayo Luis Mart¨ªnez Mairana-, la polic¨ªa encontr¨® armas, entre ellas dos pistolas del calibre 32.
En una caja fuerte
Tras la prueba pericial bal¨ªstica, el juez asegur¨® que Cabezas fue asesinado con el arma que Mart¨ªnez Mairana ten¨ªa en una caja fuerte. Otros cuatro testigos reconocieron a Villegas como una de las personas sospechosas que merodeaban en un coche alrededor de la casa del empresario cuando celebraba su cumplea?os y de donde sali¨® Cabezas antes del amanecer.El juez, seg¨²n un portavoz, cree que "uno de los cinco es el autor material del crimen", pero sus indicios y sospechas no son pruebas evidentes ni suficientes. Todo lo que tiene es un arma, un informe pericial que puede ser invalidado por el estado en que se encuentra la bala que mat¨® a Cabezas y nada m¨¢s. Le falta sobre todo la respuesta a la pregunta central: ?por qu¨¦ una banda de conocidos rufianes iba a montar semejante operaci¨®n para matar a un reportero gr¨¢fico en un lugar tur¨ªstico a cien kil¨®metros de la ciudad, donde sus negocios marchan m¨¢s o menos bien y no tienen conflictos mayores con la polic¨ªa? Los abogados de los acusados ya han ofrecido varios testigos para demostrar que la mayor¨ªa de ellos estaban en Mar del Plata en la madrugada que asesinaron a Cabezas. Por otra parte, los expertos. se preguntan c¨®mo es posible que los supuestos asesinos no se desprendieran del arma que pod¨ªa incriminarlos. La ¨²nica hip¨®tesis que ata alguno de los varios cabos sueltos es la del "crimen por encargo". Pero, aun as¨ª, ?de qui¨¦n?, ?por qu¨¦?
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