?De qu¨¦ van los profesores?

La Universidad est¨¢ m¨¢s volcada en la ense?anza que en el aprendizaje. Los protagonistas del aula siguen siendo los profesores. Los estudiantes tienen que conformarse con un papel secundario, que en algunos casos es de comparsas. En las encuestas de evaluaci¨®n de la actividad docente, los alumnos suelen aprobar a sus profesores en conocimiento, pero les bajan la nota en habilidades pedag¨®gicas."Las supranacionalidades que van a constituir la Uni¨®n Europea construir¨¢n un puente Manuel, estudiante de Historia, todav¨ªa recuerda c¨®mo empez¨® su explicaci¨®n aquel catedr¨¢tico especialista en nacionalismos: "Me qued¨¦ pensando qu¨¦ querr¨ªa decir, intentando traducirlo. Al final me pregunt¨¦: ?Qu¨¦ puedo estudiar yo que sea coherente para ponerlo en el examen?". Su comentario lleva impl¨ªcitas algunas de las principales quejas de los estudiantes: sobre dosis de teor¨ªa en menoscabo de las pr¨¢cticas, abuso de las lecciones magistrales, alejamiento de la realidad y desfase entre lo que se explica en clase y lo que se pregunta luego en el examen.

Cada vez m¨¢s universidades hacen encuestas sobre los profesores. Algunos de estos instrumentos son de gran calidad t¨¦cnica, pero sobrar¨ªan dedos de una mano para contar las universidades que aprovechan los resultados, al margen del influjo sobre la verg¨¹enza torera de cada profesor.

Encuestas de evaluaci¨®n

En las encuestas, los estudiantes no suelen cuestionar la competencia cient¨ªfica de los docentes, pero s¨ª sus destrezas did¨¢cticas, sus capacidades de motivaci¨®n y su disponibilidad para los alumnos, adem¨¢s de la idoneidad de los apuntes como f¨®rmula de transmisi¨®n de conocimientos y de los habituales tipos de ex¨¢menes como t¨¦cnica de evaluaci¨®n."Nunca nos han ense?ado a ense?ar. La mayor¨ªa de los profesores empezamos con unas deficiencias pedag¨®gicas tremendas. Pobres alumnos. Tienen profesores que, durante a?os y a?os, conocen la materia, pero no c¨®mo dar una buena clase", afirma Javier Bra?a, titular de Econom¨ªa Aplicada.

En ese diagn¨®stico coincide Ignacio, futuro ingeniero de Caminos: "Hay profesores que dominan un mont¨®n su materia, pero no saben c¨®mo transmitir lo que saben. Y no hay quien entienda nada. La ¨²nica soluci¨®n que te queda es aprenderte los temas de memoria y rezar para que el pr¨®ximo a?o alguien te los explique mejor".

"?Para qu¨¦ sirve todo esto?". Es la pregunta, a menudo angustiosa, que muchos estudiantes se hacen cuando afrontan explicaciones sobre materias complejas, expuestas de forma te¨®rica, sin ejemplos y sin aplicaciones. "Tenemos un catedr¨¢tico que te da la clase para entenderla ¨¦l mismo. Es algo bastante com¨²n en determinado tipo de especialistas en una materia muy concreta. No hay quien entienda la aplicaci¨®n de lo que te cuenta. Si le preguntas, te dice siempre lo mismo, que la aplicaci¨®n la aprender¨¢s despu¨¦s", cuenta Ana, estudiante de Ingenier¨ªa Aerona¨²tica.

Miguel ?ngel, alumno de Ingenier¨ªa Industrial, ratifica: "No te ense?an c¨®mo debes aplicar lo que aprendes cuando sales de aqu¨ª. Adem¨¢s, te das cuenta de que, cuando haces preguntas a determinados profesores, temen salirse de la materia que tienen preparada". "Si planteas una duda te puedes quedar con ella para el resto de tu vida. Hay profesores que no saben responder y aplazan la respuesta hasta el d¨ªa siguiente. Pero ese d¨ªa nunca llega", asegura Jorge, estudiante de Econ¨®micas de la Complutense de Madrid.

Los apuntes se han convertido en un arma arrojadiza. Los profesores aseguran que los alumnos se los reclaman, y los estudiantes, que les son impuestos. "Tendr¨ªan que ense?arnos a estudiar por nosotros mismos, pero los profesores se limitan a los apuntes", afirma Gonzalo, estudiante de Derecho. "Abundan los aburridos, ¨¦sos que dictan sus propios apuntes y te se?alan punto por punto: 1.1. tal, 1.2., cual... Es como el colegio. Tienes que hacer esfuerzos por no bostezar y acabas organizando turnos para tomar apuntes", reconoce Jorge, alumno de Psicolog¨ªa.

Un futuro abogado, Alberto, asegura: "No hacen nada para captar nuestro inter¨¦s. A principios de curso te sueltan un listado de bibliograf¨ªa y, te recomiendan un libro del que, extraen toda la informaci¨®n. No se molestan m¨¢s. Diez d¨ªas antes de los ex¨¢menes te dicen que los apuntes no valen y que hay que estudiarse los libros. Es para volverse loco". Igualmente cr¨ªtico se muestra Francisco, tambi¨¦n de Derecho: "Te pasas cinco a?os en la universidad s¨®lo para que alguien te dicte apuntes".

Planes comprimidos

Otra queja generalizada es la compresi¨®n de las carreras de cinco a cuatro a?os sin aligerar los. programas: "Parece que est¨¢s en el colegio y te est¨¢n preparando para la selectividad. Se empe?an en meterte el temario a presi¨®n. Tienes la impresi¨®n de que no hay un planteamiento global de los planes de estudios, con la materia bien seleccionada y ajustada a las asignaturas cuatrimestrales", opina Ignacio, de Ciencias Empresariales. Francisco, de Filosof¨ªa y Letras, refuerza la cr¨ªtica: "Ocurre esto hasta el punto de que hay casos en los que profesores de diferentes asignaturas incluyen los mismos contenidos en sus temarios. Escuchas lo mismo dos veces. La ventaja es que s¨®lo te lo estudias una vez"."Hace d¨ªas se me ocurri¨® levantar la mano para preguntar algo que no hab¨ªa entendido a un profesor de Historia Contempor¨¢nea. Tras echarme una mirada asesina, me dijo: 'No tengo tiempo de contestar preguntas", cuenta Carlos. "Entonces deduje que ha adecuado su temario, que antes daba en un curso, a un cuatrimestre. Da la clase a toda prisa, lee como una bala para que le cunda. Yo me pregunto, ?es ¨¦sta la mejor forma de aprender?".

La falta de inter¨¦s de algunos profesores hacia sus alumnos la ilustra otro estudiante de Derecho: "En un examen de Filosof¨ªa Pol¨ªtica, un compa?ero disfraz¨® su identidad bajo el seud¨®nimo de Lucas Barbate Peich. Pues bien, en el listado de las notas sali¨® Lucas Barbate Peich con su calificaci¨®n. El profesor no se hab¨ªa enterado de que Lucas es s¨®lo un personaje de Tele 5".